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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA II

Curso 2017/2018 Subject code70011063

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA II

SUBJECT NAME
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA II
CODE
70011063
SESSION
2017/2018
DEPARTMENT
FILOSOFÍA
 
GRADO EN FILOSOFÍA
COURSE
 
PRIMER CURSO
SEMESTRE  2
FORMACIÓN BÁSICA
 
ECTS
6
HOURS
150.0
LANGUAGES AVAILALBLE
CASTELLANO

PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

La asignatura “Historia de la Filosofía II” está dedicada a estudiar el periodo de la historia del pensamiento que suele denominarse “filosofía helenista”, entendiendo el concepto de “helenismo” en un sentido amplio. Se trata de una asignatura cuatrimestral situada en la segunda parte del primer curso y a la que corresponden 6 créditos ECTS.

Desde un punto de vista histórico, el mundo helenístico conoce dos fases, griega y romana, y ello ha llevado a distinguir de igual manera dentro de la filosofía helenista diversos momentos; así se habla, por ejemplo, de primer y segundo helenismo, o helenismo tardío, o también se ha distinguido entre un helenismo griego y otro romano, al que sucedería otro, de nuevo griego, que sería “tardío” en un sentido más estricto. En la presente asignatura, sin embargo, se tratará este periodo de la historia de la filosofía como una materia unitaria que forma un todo homogéneo en muchos aspectos.

El verbo hellenizen significa “hablar griego”; el primer ejemplo que tenemos de su utilización se aplica a bárbaros, más exactamente, a individuos de lengua materna no griega que en contacto con los helenos habían adoptado el griego como segundo idioma (Tucídides, II, 68, 15). Los Hechos de los apóstoles (6, 1) utilizan el sustantivo hellenistés para referirse a los judíos que habían cambiado su lengua materna por el griego. Es muy probable que la palabra pasara de esta acepción lingüística a otra más general de carácter cultural, de acuerdo con la cual  “helenismo” designa un fenómeno de aculturación: individuos de cultura no griega, esto es, orientales, que adoptan la cultura y la forma de vida griegas. En cualquier caso, esta mezcla de culturas -oriental, griega y posteriormente romana- hizo que la problemática filosófica estudiada en la asignatura “Historia de la filosofía antigua I” se transformara radicalmente.

La reflexión filosófica ya no es estrictamente racional, más exactamente: la misma filosofía es muy consciente de los límites de la racionalidad, y asimismo de que estos límites son de carácter religioso. Cuando Flavio Josefo identificó a los saduceos con los epicúreos, a los fariseos con los estoicos y a los esenios con los pitagóricos, fue muy consciente de que por detrás de la diversidad de perspectivas se escondía una misma preocupación metafísica y moral: cómo ser felices en un mundo que se derrumba. La religión griega siempre se había caracterizado por su tolerancia y facilidad para integrar las divinidades extranjeras. Ahora, entre la época de Alejandro y la pax romana, el proceso se acentúa. En el período clásico ya se habían divinizado y tenían culto nociones abstractas (como la Paz o la Concordia) que pretendían consolidar, vía sacralización, determinados ideales políticos. En el mundo helenístico, caracterizado por constantes guerras y turbulencias, sube a los altares Tyche: no la fortuna como expresión de la voluntad incomprensible de los dioses, sino como manifestación de la profunda inestabilidad de las cosas de este mundo; diosa voluble a la que se rinde culto en un intento de dominarla, de conseguir en definitiva seguridad metafísica y escatológica en un contexto donde todo parecía escaparse de las manos. La filosofía helenística se sitúa dentro de este clima.

Suele aceptarse que la filosofía helenística puede dividirse en tres grandes escuelas: estoicos, epicúreos y escépticos, lo cual no deja de ser una notable simplificación. En primer lugar, porque sugiere que estamos ante corrientes de pensamiento homogéneas, lo cual no es del todo cierto. Sin embargo, en la medida en que la filosofía de esta época tiene un tono marcadamente polémico no es extraño que dentro de cada escuela se acentúe lo común y tiendan a olvidarse las diferencias. Por la misma razón, si ahora no atendemos a cada escuela en particular sino a todas ellas en conjunto, tampoco sorprende que se acentúen las diferencias entre las tres escuelas y se pase por alto lo mucho que tienen en común. Porque este es un fenómeno muy característico de la filosofía helenística, a saber, la absoluta preponderancia que tienen las escuelas frente a los autores particulares, hasta el punto de que muchos de ellos no han sido interpretados en sí mismos, sino en tanto que miembros de determinada escuela.

Epicúreos, estoicos y escépticos entienden que la filosofía se dirige al hombre concreto e individual que, en alguna medida, pasa a ocupar el puesto antes reservado a la polis y a la religión de la polis. La filosofía ofrece nuevos contenidos para la vida espiritual, ilumina la conciencia, enseña al hombre a vivir y a ser feliz: la preocupación filosófica del helenismo es predominantemente ética, o ético-religiosa, y las especulaciones filosóficas de otro tipo se subordinan a este interés práctico. Esta tendencia se acentúa en la reflexión del medio y del neoplatonismo, al que estará dedicado el último bloque de esta asignatura.

Así pues, esta asignatura pretende ofrecer una panorámica general sobre la reflexión filosófica realizada en el periodo situado entre la desaparición de la Grecia Clásica y el establecimiento del Cristianismo como pensamiento hegemónico, insitiendo en las continuidades y discontinuidades que vertebran la historia de la filosofía.

Esta asignatura se integra dentro de la materia “Historia de la filosofía”, dentro del “Grado de Filosofía” y, en consecuencia, contribuye al desarrollo de las competencias genéricas del mismo, en especial las siguientes:

1.- Capacidad de análisis y de síntesis en vistas a la comprensión de los textos y problemas, a un razonamiento crítico propio y a un pensamiento creativo.
            Esta competencia es especialmente importante en  la presente asignatura, que no debe basarse en un estudio simplemente memorístico y externo, sino que ha de conducir al estudiante a un pensamiento propio y creativo en los diversos temas abordados. Para ello se hace necesario el análisis de los elementos que componen un texto o un tema, más una capacidad de síntesis que conduzca a la toma de posición sobre el mismo, es decir, a una comprensión e interpretación reflexiva y argumentada y a decisiones tanto teóricas como prácticas.

 

2. Capacidad de aplicar los conocimientos y resolver problemas incluso en entornos nuevos y poco conocidos.
            Esta capacidad se ejercita especialmente en la presente asignatura, pues la originalidad del pensamiento helenista, así como la dificultad de cada tema planteado, comporta un desafío al estudiante en la aplicación y revisión de sus conocimientos anteriores. Esta capacidad, en un segundo momento, deberá aplicarse en particular a todos aquellos ámbitos que la reflexión filosófica puede iluminar de manera particular: valores, actitudes, decisiones, sentido, argumentaciones, derechos, etc.

3.- Capacidad de expresarse y comunicarse.
            La filosofía sólo cuenta con la palabra, y el uso adecuado de la misma, tanto oral como escrita, es el ámbito de su objetivación. Por tanto es de suma importancia que el estudiante aprenda a expresarse y comunicarse, oral y por escrito, de una manera adecuada gramaticalmente y conforme a la terminología y argumentación específica de las distintas formas de hacer filosofía.

Respecto de las competencias específicas destacaría las dos siguientes:

1.- Capacidad de reunir, seleccionar e interpretar los datos, textos y problemas filosóficos

            El estudiante se irá capacitando para leer y escuchar presentaciones cada vez más complejas de la reflexión filosófica, para interpretar textos de diversas épocas y tradiciones, para usar los recursos bibliográficos requeridos, cada vez más específicos en bibliotecas y en Internet, para relacionar y examinar los diversos temas, plantearse cuestiones, captar las peculiaridades de los diversos métodos filosóficos e interrelacionar las diferentes materias y asignaturas como un todo entrelazado y tendente a la comprensión racional del mundo y de la existencia humana, sus saberes y sus acciones. Esta competencia se irá adquiriendo en cada una de las materias referidas a la historia de la filosofía pero también mediante las otras asignaturas propias del Grado, de manera que lo adquirido en unas potencia esa misma capacidad a la hora de abordar las otras. Esta sinergia y visión global colabora en la creación de un pensamiento crítico y creativo, no meramente repetitivo, y en la capacidad de identificar las cuestiones de fondo de todo texto o debate. Esto es lo que habrá de mostrar el estudiante en los exámenes y en los trabajos, y posteriormente en la aplicación de esos conocimientos, ya sea en la vida cotidiana y personal, en la actividad profesional o bien en investigaciones posteriores y más especializadas.

2- Capacidad de exponer argumentada y sistemáticamente la propia interpretación de textos y problemas filosóficos

           El proceso formativo y evaluador que se contempla en este Plan de Grado en Filosofía conlleva que el estudiante habrá de irse ejercitando y cualificando en la exposición clara, ordenada y rigurosa, más bien escrita pero a veces también oral, de la comprensión obtenida en el estudio de un texto o de un problema filosófico, siendo capaz de hacerse entender tanto ante un público especializado como no especializado en esos temas. Con ello se capacita, primero, para ordenar las ideas y construir argumentos y, segundo, para enseñar y comunicarse a diferentes niveles, que es la mejor manera de mostrar y objetivar lo sabido y de hacerlo fructífero. Además ha de ser capaz de llevar todo esto a cabo en un diálogo abierto y creativo, es decir, sabiendo escuchar otras opiniones, siempre presentes en los textos estudiados o leídos, en los foros, en los seminarios virtuales o presenciales. Este aspecto dialogal y público de la reflexión filosófica es uno de los más educativos para el individuo y necesario en la formación de una comunidad racional y pacífica, respetuosa de los otros como seres capaces de tener sus propias reflexiones y dignos de ser escuchados, aunque también objetables racionalmente en caso de no compartirse sus posiciones. Por consiguiente, el Graduado ha de salir capacitado para la asunción y defensa argumentadas de una posición propia ante un problema planteado o una cuestión abierta, y ser apto para comprender críticamente otras alternativas así como para un debate racional con otras posiciones opuestas.

Como es evidente, esta asignatura guarda relación con aquellas otras que componen la materia “Historia de la Filosofía” y, muy especialmente, con la inmediatamente anterior y posterior, a saber: “Historia de la Filosofía Antigua I” e “Historia de la Filosofía Medieval y Renacentista I”. El motivo es evidente: la filosofía helenista sólo se comprende en y desde el contexto y el continuo histórico intelectual del que forma parte.