La investigación se centró en personas de 30 años, edad a partir de la cual se considera que su nivel de formación no variará excesivamente. Las estadísticas mostraron que la esperanza de vida de los varones que a esa edad tenían estudios universitarios llegaba hasta los 82,3 años, mientras que los que disponían de una formación básica acababa en los 78,6, casi cuatro años de diferencia. En las mujeres también se detectaron diferencias, pero en ese caso las universitarias sobrevivían en dos años a las no universitarias. Esta diferencia en la edad de fallecimiento femenina viene dada porque, en general, ellas viven más años que ellos, de forma que la alta cualificación académica mitiga las diferencias de edad de mortalidad entre ambos sexos.
Una segunda lectura de la investigación indica que un hombre de 30 años con bajo nivel educativo tiene un 22,8 % de probabilidades de morir antes de cumplir los 70 años, mientras que otro con estudios universitarios reduce tales probabilidades hasta el 13 %.
“En realidad, los resultados no me sorprendieron, ya que el cálculo de la esperanza de vida según el nivel educativo se ha hecho en otros muchos países un montón de veces. Nosotros lo hemos verificado en España ahora porque hasta este momento no disponíamos de los datos, ya que el INE los ha publicado por primera vez en 2016”, explica el profesor Requena.
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