“Ingreso pues”, continúa el nuevo Académico de Número, “con la conciencia de tener el privilegio de enriquecerme, al formar parte de una comunidad intelectual que reúne, en armonía, conocimientos y manifestaciones de saberes teológicos, humanísticos, empíricos, jurídicos, médico-sanitarios, económico- sociales, artísticos y técnicos. Estoy seguro que, si soy capaz de aprovecharlos, podré hacer realidad esa máxima -expresión gráfica de mi vocación e inquietud intelectual- que afirma: “Nada humano me es ajeno”. Comprometo pues mi esfuerzo en contribuir -desde mi trayectoria romanística, iusprivatista, jurídica en general y metajurídica-, al cumplimiento de las indeclinables misiones y fines de esta Real Academia de hacer progresar la ciencia, transmitir el saber y elevar el nivel cultural de la sociedad”.
Precisamente este carácter multidisciplinar es una de las señas de identidad de la Real Academia de Doctores de España, que está integrada por diez secciones de las que forman parte Doctores de todo el país y de todas las disciplinas académicas. Gracias a ello, la institución aborda ámbitos culturales o profesionales de forma interdisciplinar, aportando distintas visiones a una cuestión concreta. Por ejemplo, tal y como señalan desde la institución, actualmente se está elaborando un informe acerca del problema del agua en el que participan Ingenieros Agrónomos, Químicos, Economistas, Juristas, etc.