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Jóvenes ante la crisisEl último informe del INJUVE sobre la juventud en España ha sido dirigido por el catedrático de Sociología de la UNED, Jorge Benedicto, con la colaboración la profesora Teresa Jurado, entre otros colegas | ||
Cada cuatro años, el Instituto de la Juventud (INJUVE) elabora un completo informe en el que trata de analizar los rasgos fundamentales que caracterizan a la juventud española de cada uno de esos periodos. En esta ocasión, la novena edición del informe ha corrido a cargo de un equipo dirigido por el catedrático de Sociología de la UNED, Jorge Benedicto, que, además de los rasgos generales, ha centrado el foco en los jóvenes españoles ante la crisis que ha protagonizado la realidad económica, social, política e institucional de nuestro país en los últimos años. Junto a Benedicto ha trabajado la también profesora de la UNED y directora del Departamento de Sociología II, Teresa Jurado, y los colegas de la Universidad de Sevilla, Antonio Echaves; de la Universidad Carlos III de Madrid, María Ramos, y de la Universidad del País Vasco, Benjamín Tejerina. El retrato, compuesto a través de las respuestas que 5.000 jóvenes de entre 15 y 29 años respondieron a la largo de 2015, muestra una generación “que se enfrenta a importantes obstáculos a la hora de integrarse social y políticamente en la sociedad a la que pertenecen, marcada por la precariedad y la desconfianza institucional, pero que al mismo tiempo muestra una capacidad significativa para desarrollar estrategias de acción y prácticas concretas que les permiten ir construyendo su autonomía personal y colectiva”, tal y como manifiesta el director del estudio. | ||
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El propósito último que ha guiado el trabajo del equipo y que se recoge en las conclusiones del mismo, ha sido el de “comprender la juventud que surge de la crisis, es decir, qué juventud afrontará esta nueva etapa de nuestra vida colectiva y en qué condiciones generacionales lo hará. “Esta crisis”, explica Benedicto, “no sólo ha supuesto una experiencia generacional decisiva para los jóvenes que desde distintas posiciones sociales están poniendo en marcha sus proyectos vitales, sino que ha permitido visibilizar muchos de los procesos de cambio que están transformando la condición juvenil en las sociedades del capitalismo global”. En primer lugar, el informe hace un repaso del contexto demográfico de la juventud, mostrando que los jóvenes son cada vez menos numerosos y tienen un peso más reducido dentro del conjunto de la población española (son tres millones menos desde 1995 a 2015). Este descenso ha hecho que los jóvenes sean menos numerosos que los mayores a los que tienen que reemplazar, lo cual supone una menor presión en el mercado laboral, de la vivienda, etc. Igualmente, esta breve introducción establece que los jóvenes conforman un colectivo cada vez más diverso –un 18% de los nacimientos de 2014 fueron de madre extranjera, por ejemplo- que vive en familias también más reducidas -desde mediados de 2000 la mayoría de las familias tiene un único hijo) y se han incrementado las familias monoparentales. | ||
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Satisfechos, a pesar de todo | ||
El segundo apartado del estudio se ocupa del bienestar subjetivo de los jóvenes. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto el predominio de cierta satisfacción con sus vidas y de optimismo hacia el futuro, “aunque ello no impide que aparezcan con claridad importantes dosis de preocupación y frustración ante los obstáculos que les impiden una integración más acorde a sus expectativas”, puntualiza el experto. Aproximadamente tres de cada cuatro jóvenes afirman tener una satisfacción muy alta con la vida y apenas hay jóvenes que se muestren insatisfechos o con una satisfacción con la vida muy baja, tal y como ocurre en todos los países europeos. Entre los aspectos que más satisfacción producen se encuentran los relacionados con la esfera personal: amigos, familia, salud… mientras que el trabajo y la situación económica son los aspectos que generan más insatisfacción. Apenas uno de cada tres jóvenes en España parece estar muy satisfecho con el trabajo y la situación económica (33’1% y 36’1%) y más del 20% se muestra muy insatisfecho. En comparación con los resultados de 2012 se ha reducido notablemente la preocupación juvenil por el paro, si bien sigue siendo el problema más mencionado: en 2012 un 72% citaba el paro y un 20% los problemas económicos como uno de los dos problemas que personalmente les afectaba más; en 2016 estas cifras se han reducido a 36% y 21% respectivamente. En líneas generales, los años más fuertes de la crisis económica se corresponden con una caída considerable en los niveles de satisfacción agregados, hasta el punto de que los niveles de satisfacción de los jóvenes descienden por primera vez por debajo del promedio de la población general, pero, a partir de entonces, los niveles de satisfacción muestran una recuperación paulatina. Los resultados de este último informe muestran, finalmente, niveles relativamente elevados de optimismo ante el futuro: 6’7 en una escala de cero a diez. Cabe destacar que el optimismo es más elevado entre aquellos que poseen un nivel educativo más alto. | ||
Conscientes de la necesidad de cambio | ||
El último apartado se ocupa de la construcción de los jóvenes como sujetos en el entorno cercano de las relaciones personales y en el entorno colectivo como ciudadanos. “Las prácticas sociales y comunicativas que llevan adelante los jóvenes en los distintos ámbitos vitales ponen de manifiesto su capacidad de convertirse en actores que se enfrentan a una realidad estructural muy complicada”, explica el director del informe. “Desde el punto de vista de las percepciones sociales, los jóvenes se revelan como ciudadanos conscientes de los problemas por los que atraviesa la sociedad española y la necesidad de realizar cambios profundos, pero sin que ello suponga impugnar el sistema sociopolítico. Los jóvenes hoy en España se consideran más competentes políticamente y se muestran mucho más interesados por las cuestiones políticas, pero desde una perspectiva muy crítica (desafección y malestar democrático) y con una gran desconfianza en las instituciones”. | ||
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Itziar Romera Edición web: Óliver Yuste Comunicación UNED | ||