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Una investigación de la UNED analiza las causas de la radicalidad de los combatientes del Estado Islámico y los que luchan contra ellosEl estudio, dirigido por el profesor Ángel Gómez, ha sido publicado en la revista Nature Human Behaviour tras superar un arduo proceso de selección | ||
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A través de figuras humanas que pueden aumentar o disminuir de tamaño, los entrevistados valoraban tanto la percepción | ||
Tras las entrevistas preliminares, los investigadores realizaron un trabajo de campo en Irak con 56 combatientes de la Armada Irakí, Soldados Kurdos y Peshmerga, que reconocieron esta como la batalla más feroz de su vida, complementado con 14 estudios correlacionales y experimentales realizados online, y en los que participaron más de 6000 ciudadanos españoles. Débiles en lo “formidable”, pero espiritualmente imbatibles Un aspecto sorprendente de los resultados es que “tanto los combatientes como los propios prisioneros… todos consideraron al EI como débil respecto a lo que representaba la “formidabilidad”, pero muy fuertes en el terreno espiritual”, explica Ángel Gómez. “Por otro lado, los miembros del EI perciben que el ejército norteamericano es fuerte físicamente, pero es débil en fuerza espiritual, al contrario que ellos”. “Este acuerdo”, que supone un favoritismo en beneficio del otro grupo (en concreto, del EI) en una dimensión extremadamente valorada continúa Gómez, “es muy difícil de encontrar en la literatura, pero además lo relevante es su relación con los sacrificios costosos que ellos hacen por sus creencias. Sacrificios costosos que incluyen acciones como torturar civiles, matar niños o asesinar a miembros de su familia si es necesario”. | ||
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No es casualidad, por tanto, que el trabajo final publicado en Nature Human Behaviour esté encabezado por una frase que pronunció Barack Obama en 2014, siendo aún presidente de Estados Unidos, y que hacía referencia al foco en torno al cual se organizaba la lucha contra el EI: “Subestimamos al ISIL y sobreestimamos la capacidad de combate del ejército iraquí... Como hicimos en Vietnam… Se reduce a predecir la voluntad de lucha, lo cual es un imponderable”. | ||
Imágenes de la zona de conflicto en la que se realizó el estudio de campo (Artis International) | ||
Ésta es una de las repercusiones principales del estudio, pues dicha voluntad de lucha ya no es tan “imponderable”. Tal y como señala Horgan en su revisión, “la investigación da una oportunidad para hacer este fenómeno significativamente más cuantificable”, además de garantizar un potencial de estudio notable para los próximos años. “Para una persona que está fusionada con el grupo”, aclara el investigador, “el grupo y la persona son una misma cosa. De ahí el poder percibido: si alguien me ataca a mí, el grupo va a sentir que le atacan a ellos. El hecho de estar fusionados con el grupo les hace sentirse más invulnerables y tener la sensación de “agencia personal”, es decir que lo que ellos hagan de forma individual puede tener una repercusión para el grupo en su conjunto. Por ejemplo, un atentado cometido por una sola persona en una furgoneta o un camión tiene repercusiones a nivel internacional. Si cambia la política de seguridad de todo el mundo, cambia la estrategia del enemigo”. Con todas estas claves, “el estudio podría ayudar a la hora de tomar decisiones políticas relacionadas con la defensa común” y la lucha contra el terrorismo. Porque sólo entendiendo que lo que motiva a los actores devotos es “lo que sale de nuestro corazón, de nuestras entrañas”, como señala Gómez que expresaban los combatientes, se podrá ponderar de alguna manera las motivaciones que llevan a los terroristas a realizar sus acciones. Finaliza el investigador afirmando que “no se trata de un lavado de cerebro, ni de un proceso sectario. Por eso tiene tanta fuerza, porque las personas son realmente conscientes de la importancia de su capacidad personal dentro del grupo.” “Este tremendo trabajo”, señala Gómez, “no se podría haber realizado sin la colaboración de la también profesora de la UNED Alexandra Vázquez y de la investigadora, también española, Lucía López-Rodriguez, el extremadamente peligroso trabajo de campo llevado a cabo por Hoshang Waziri y Lidia Wilson, las ideas de Hammad Sheik y Jeremy Ginges, el apoyo logístico de Richard Davis y los incomparables conocimientos y experiencia en conflictos internacionales del profesor Atran”. | ||
Itziar Romera Edición web: Óliver Yuste Comunicación UNED | ||