Logo de la UNED

Madrid, 25 de enero de 2018




“Los ordenadores son tontos. El lingüista computacional les permite bregar con el lenguaje humano”, Elena Álvarez, premio Nacional Miguel Delibes


Elena Álvarez Mellado acaba de entrar en la treintena. Uno de sus mejores regalos ha sido recibir el XXII Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, que otorga la Asociación de la Prensa de Valladolid, por su artículo Metáforas peligrosas: el cáncer como lucha, publicado en eldiario.es. Lingüista de formación y especializada en lingüística computacional, ha trabajado para la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y Molino de Ideas, y se incorporó a la UNED a principios del actual curso en el equipo de investigación POSTDATA, un proyecto europeo de investigación participado por la Facultad de Filología y la Escuela de Ingeniería Informática de la UNED. Es la tercera mujer que recibe este galardón en sus 22 años de existencia.


Enhorabuena, Elena. En su artículo habla de metáforas que sustituyen la realidad, ¿cree que llegará un día en que los robots sustituirán a los poetas?


- Hombre, llegado el caso, sería interesante desde luego descubrir a qué le cantan los robots…

Entrega del premio

Imagen de la Asociación de la Prensa de Valladolid

- En realidad, ¿en qué consiste la investigación en lenguaje computacional y en qué punto nos encontramos?


- La lingüística computacional es una rama relativamente reciente (y apasionante) dentro de la lingüística que consiste en estudiar la lengua con el objetivo de crear programas informáticos que sean capaces de procesar el lenguaje de forma automática. Los avances de la lingüística computacional están detrás de algunas herramientas o recursos con los que interaccionamos a diario. Cuando la voz del GPS nos guía por la carretera, cuando hacemos una búsqueda en Google, cuando usamos un traductor automático, cuando nuestro teclado del móvil nos corrige o nos sugiere las palabras con las que escribir nuestro mensaje… todas estas situaciones cotidianas tienen algo en común: en último término, hay algún programa informático que contiene información sobre cómo debe el ordenador tratar textos y palabras. Los ordenadores son tontos y cuando se enfrentan a un texto solo ven ristras de caracteres que no tienen ningún sentido o relación. Pues bien, podríamos decir que el cometido de la lingüística computacional es intentar desarrollar técnicas para que los ordenadores puedan bregar con el lenguaje humano de la forma más exitosa posible. Y en ello estamos.


- Muchos lingüistas son reclamados por las grandes empresas tecnológicas, ¿cuál es su trabajo allí?


Elena Álvarez Mellado

Imagen de fundéu BBVA

- La verdad es que el trabajo del lingüista computacional es bastante desconocido, no digo ya para el público general no especializado, incluso dentro de la propia filología y las humanidades es una figura poco conocida. Pero hay lingüistas computacionales trabajando en la industria. Algunas de las grandes multinacionales que habitualmente asociamos con el mundo de la tecnología (Google, Amazon, Samsung y compañía) cuentan con lingüistas entre sus filas que trabajan en equipos interdisciplinares suministrando datos lingüísticos y diseñando estrategias para construir sistemas automáticos que analicen y procesen automáticamente lenguaje humano. Al fin y al cabo, vivimos rodeados de información lingüística: internet es una fuente inmensa de datos en forma de texto (noticias, artículos de blogs, entradas de Wikipedia, tuits, opiniones, reseñas…). Esta información es muy jugosa, pero resultaría impensable procesar o revisar toda esta información manualmente. Por eso es necesario crear sistemas que nos permitan procesar y extraer información automáticamente de esa enorme cantidad de textos. Y para crear esos sistemas son necesarios lingüistas computacionales.

- Actualmente usted forma parte del proyecto de investigación POSTDATA. ¿Cuál es exactamente su cometido?


- El proyecto POSTDATA tiene como finalidad el estudio y análisis computacional de la poesía. En mi caso, formo parte del equipo que trabaja en Procesamiento de Lenguaje Natural aplicado a poesía, es decir, crear programas informáticos que sean capaces de procesar textos poéticos para extraer automáticamente información, características lingüísticas o rasgos estilísticos. Por ejemplo, ¿en qué tipo de estrofa está escrito este poema? ¿Es un soneto? ¿Es un romance? ¿De qué habla este poema? ¿Qué personas o lugares aparecen mencionados en él? ¿Qué figuras literarias aparecen?


- ¿Resulta fácil y funcional investigar en un equipo tan multidisciplinar, formado por ingenieros, lingüistas, filólogos, etc.? ¿No es complicado combinar las distintas metodologías de todas esas áreas?


- Sencillo no es, pero es muy necesario y tremendamente enriquecedor. Como lingüista, me resulta interesantísimo y muy valioso ver cómo un matemático se enfrenta a un problema lingüístico, por ejemplo. Y viceversa: creo que el conocimiento lingüístico que traemos quienes nos dedicamos a las humanidades tiene mucho que aportar a los retos que se abordan en disciplinas tan (aparentemente) alejadas como la ingeniería. Quizá esa dificultad para trabajar con personas de otros gremios y disciplinas sea solo falta de costumbre. Al fin y al cabo, la especialización consiste en saber cada vez más de un área de conocimiento que cada vez es más pequeña y específica: al final, uno acaba acostumbrándose a trabajar siempre con personas que provienen de su mismo ámbito de especialización y por eso nos resulta marciana la idea de trabajar codo con codo con alguien que viene de lo que consideramos las antípodas de nuestra disciplina. Las cajitas en las que fragmentamos el conocimiento (esto es matemáticas, esto es biología, esto es lingüística) son útiles, pero resultan limitantes o insuficientes cuando nos enfrentamos a ciertos fenómenos. La lengua es un fenómeno complejo que atañe a lingüistas, pero que también se aborda desde la biología, la psicología, la matemática, la logopedia, la neurología o la ingeniería. Como objeto de estudio, la lengua es bastante escurridiza y parece que se resiste a ser encorsetada en una sola cajita. Así que es necesario (y muy iluminador) aunar esfuerzos desde disciplinas distintas.


- Colabora periódicamente en eldiario.es, donde escribe una columna sobre lengua por la que acaban de concederle el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes. ¿Cuál cree que es el valor o el sentido de hacer divulgación lingüística?


- La verdad es que es un tema que me obsesiona bastante, pienso mucho en ello cuando escribo artículos de divulgación. ¿Por qué quiero hablar de esto? ¿Qué le aporta este texto al lector no especializado (y no necesariamente interesado) en cuestiones lingüísticas? En mi caso, el fin último que me mueve a escribir esos artículos es producir placer. Desgraciadamente, la lengua es una disciplina con no muy buena fama entre el público general. Hay mucha gente para la que la lingüística es una disciplina árida, un recuerdo borroso de clases del cole aburridas o una cuestión de eruditos que desprecian o se escandalizan por cómo habla la gente de a pie. Pero la lingüística no tiene nada que ver con esa aproximación. Para mí, como lingüista, hay un enorme placer en observar y entender cómo funciona la lengua, cómo cambia, cómo la usamos en nuestro día a día, en descubrir las leyes profundas que rigen nuestra comunicación y que lo impregnan todo. Mi objetivo cuando escribo columnas de divulgación sobre lengua es compartir o intentar contagiar al lector la fascinación y el inmenso placer que yo siento cuando observo la lengua.


- Dígame, ¿el éxito de la lingüística computacional será mantener una conversación culta y enriquecedora sobre el Mío Cid con un ordenador o, al contrario, comprobar que se pueden crear las mejores rimas de la literatura contemporánea a golpe de algoritmos?

Elena Álvarez

Fotografía de Andrés Pajarón

- La verdad es que soy nefasta para hacer predicciones a futuro, pero si tengo que apostar, creo que, en cualquier caso, el gran éxito de la lingüística computacional puede ser (si no lo es ya) el que una rama del conocimiento que ha sido tradicionalmente considerada como eminentemente teórica (y hasta presa de la torre de marfil) tenga una aplicación clara y directa en nuestro día a día. Como lingüista computacional, me resulta enormemente gratificante que el conocimiento lingüístico (que tanto me interesa y del que disfruto) sirva para solucionar problemas cotidianos con los que todos tenemos experiencia directa.



Elena Álvarez Mellado

Fotografía de Javier Herrero


La tercera en más de 20

El premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de la Prensa de Valladolid, se instituyó en 1996, con motivo de la celebración de la concesión del título de ciudad a Valladolid y durante el congreso ‘El Español y los Medios de Comunicación’. Lleva el nombre del escritor y periodista destacado por la reivindicación de la pureza de la lengua castellana y su defensa y promoción en los medios de comunicación, que lo convirtieron en el vallisoletano más internacional.

Entre los periodistas y divulgadores lingüísticos más famosos que han recibido el galardón, se encuentran Fernando Lázaro Carreter; Vicente Verdú; Álex Grijelmo; Jesús Marchamalo; Carlos Luis Álvarez ‘Cándido’; Juan José Millás; Javier Marías; Andrés Trapiello; Luis María Ansón; Isaías Lafuente; Iñaki Gabilondo…

La lingüista computacional de la UNED, adscrita al proyecto europeo de investigación POSTDATA, Elena Álvarez Mellado, es la tercera mujer que consigue el premio en sus 22 años de existencia, tras María de los Ángeles Sastre, filóloga de la Universidad de Valladolid y Pepa Fernández, periodista de RNE.




Aida Fernández Vázquez

Edición web: Elena Lobato Toledano

Comunicación UNED