|
|
![]() |
||
![]() | Un estudio de la UNED muestra por primera vez los efectos del bisfenol A en el caracol Physa acutaEl BPA es uno de los compuestos químicos que mayor preocupación produce en la sociedad por su capacidad para migrar desde los envases hasta los alimentos. Sus efectos disruptores del sistema endocrino han sido ampliamente demostrados en vertebrados, pero es la primera vez que se estudian en este invertebrado, que se perfila como un excelente candidato para las pruebas de ecotoxicología ambiental | ![]() |
![]() |
![]() |
||
![]() | ![]() | |
![]() |
|
|
![]() |
||
![]() |
“El trabajo”, señala Morales, “ha estudiado los efectos del BPA sobre el caracol Physa acuta, analizando las alteraciones que produce este compuesto a nivel molecular, evaluando los cambios de expresión de genes relacionados con la ruta endocrina y la ruta de estrés celular”. El equipo de trabajo, que completan los investigadores de la UNED Pedro José Martínez de Paz, Gloria Morcillo Ortega y José Luis Martínez Guitarte, junto con Paloma Sánchez-Argüello, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), destaca que “los datos obtenidos proporcionan, por primera vez, evidencias de los efectos moleculares producidos por el BPA en varios genes relacionados con el sistema endocrino y la respuesta al estrés en el gasterópodo. Además, el conjunto de los resultados obtenidos sugieren que Physa acuta puede ser empleado como organismo centinela para evaluar el efecto de otros compuestos con potencial disruptor endocrino en los ecosistemas acuáticos de agua dulce por la alta sensibilidad que ha mostrado ante el BPA”. | ![]() |
![]() |
![]() |
||
![]() |
Momento de trabajo en el laboratorio del Grupo de Biología y Toxicología Ambiental y dos imágenes del gasterópodo Physa acuta, la última en fase embrionaria | ![]() |
![]() |
![]() |
||
![]() |
Tal y como informan los investigadores, el BPA constituye un monómero usado en la producción de policarbonato de plástico, empleado en una gran variedad de productos industriales y de bienes de consumo de uso diario. Además se encuentra presente en las resinas epoxi, que recubren el interior de multitud de recipientes y de envases que están en contacto directo con alimentos y bebidas, y en las resinas de poliéster. “A pesar de que la vida media del BPA en el medio ambiente es corta, su presencia en los ecosistemas es persistente debido a su emisión continuada. Las fuentes de liberación posteriores a su consumo son, principalmente, a través de la descarga de efluentes de plantas de tratamiento de aguas residuales municipales, la lixiviación de los vertederos, la combustión de los residuos domésticos, así como la descomposición natural de los plásticos en el medio ambiente”, añade Morales. Por todo ello, concluye la investigadora, “el BPA es uno de los compuestos químicos que mayor preocupación ha producido en la sociedad porque se ha demostrado que la principal vía por la que llega a nuestros cuerpos es a través de la alimentación debido a la capacidad de este compuesto de migrar desde los envases hasta los alimentos”. Todo ello hace que se encuentre clasificado en la lista europea como uno de los 564 potenciales disruptores endocrinos con el máximo nivel de riesgo. | ![]() |
![]() |
![]() |
||
![]() | Itziar Romera Fotografías: José Rodríguez y Paloma Sánchez-Argüello Edición web: Elena Lobato Comunicación UNED | ![]() |
![]() |