Desde la II Guerra Mundial han proliferado una serie de organizaciones internacionales, en las que la cooperación policial ha jugado un papel determinante. En consecuencia, se impone un análisis del componente policial, cada vez más frecuente, al servicio de estas Organizaciones Internacionales, fundamentalmente en el marco de operaciones de paz que funcionan en el contexto de las Naciones Unidas, la OTAN, la OSCE e incluso la Unión Europea. En este sentido, no hemos de olvidar que España contribuye de modo habitual al componente policial de estas misiones.
Por otro lado, en estos últimos dos siglos hemos asistido a una gran transformación en la tipología del crimen. Efectivamente, los crímenes han cambiado, por lo que la manera de luchar contra los mismos también ha experimentado una gran transformación. No olvidemos que los delitos clásicos eran llevados a cabo de modo individual, mientras que en la actualidad nos encontramos: ante crímenes eminentemente internacionales, que suponen la vulneración del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. De este tipo eran los actos constitutivos de crimen de genocidio cometidos en Ruanda en la década de los 90, los constitutivos de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra cometidos en distintos lugares del mundo, entre ellos en la exYugoslavia, con la guerra de los Balcanes y el conflicto de Kosovo. Por otro lado, nos hallamos ante una criminalidad en manos de delincuentes organizados, para quienes el crimen es una empresa, un negocio. Así, nos enfrentamos al crimen organizado, como uno de los fenómenos más significativos, en el marco de la criminalidad, del último tercio del siglo XX. Este fenómeno es de largo alcance, con más de 4000 grupos criminales actuando en el marco de la Unión Europea, y más de 500 de ellos en España.
Por lo tanto, este tipo de crímenes, tanto los internacionales como los transnacionales, poseen una dimensión internacional que hacen más difícil su prevención y su erradicación. Ellos han sido el origen de una serie de transformaciones, tanto en el marco del Derecho Internacional y más concretamente de las Naciones Unidas y de la Unión Europea, como en el marco del Derecho Penal y Procesal interno de distintos países. Situándonos en el plano internacional, hemos asistido tanto al nacimiento del Derecho Internacional Penal, como al nacimiento de un Derecho Penal ad hoc para el crimen organizado, con elementos de cooperación internacional expresamente reforzados. En las dos ramas enjuician tribunales nacionales, pero, en el Derecho Internacional Penal también pueden conocer de estos delitos los tribunales internacionales. A pesar de estas diferencias, en ambos ámbitos son los órganos policiales nacionales los encargados de la detención y asistencia a la investigación de los tribunales. Es importante destacar que también en el marco de los crímenes internacionales, son los órganos policiales nacionales los que habrán de cooperar con las jurisdicciones nacionales.
Esta asignatura, por tanto, pretende abordar estos dos aspectos básicos: la cooperación policial al servicio de organismos internacionales (fundamentalmente en relación con las misiones de paz) y la cooperación policial en la lucha contra la delincuencia con elementos internacionales (en concreto, en el ámbito de la Unión Europea). La asignatura poseerá un carácter teórico-práctico, con la resolución de casos prácticos seleccionados en relación con el tema que aborda, y al mismo tiempo, tiene un carácter básico respecto al conocimiento de las otras asignaturas que configuran el Master. El estudiante adquirirá, así, una comprensión global de todas las dimensiones que componen la cooperación policial.
Toda esta labor se realizará en el marco de la metodología propia de la enseñanza a distancia, y con los recursos que la misma pone a disposición del profesorado y del alumnado.
