Desde la organización señalan que, tras la finalización del Congreso, los participantes contarán con una perspectiva de conjunto de la situación actual de los movimientos de población que les permitirá realizar una valoración personal y crítica de la misma. La idea, de hecho, tal y como señala el director del congreso, “es que quienes participen en el encuentro no solo adquieran nuevos conocimientos, sino que se conviertan en agentes de transformación y mejora de nuestra sociedad en una materia de tanta trascendencia como es la de los movimientos de población”. La actualidad es, sin lugar a dudas, la que marca la oportunidad del congreso: “nos encontramos en un momento”, señala Lacruz, “en el que aumenta la presión migratoria en el Mediterráneo español, pues se ha venido desplazando desde Grecia a Libia y finalmente a Marruecos. A la migración económica se añaden los movimientos de refugiados provocados por los conflictos bélicos que todos tenemos en mente. Mientras tanto, la Unión Europea se ha mostrado como un actor débil y dividido que con sus políticas de externalización ha visto cómo esa debilidad se puede ir multiplicando. Además, todo ello pone en duda su pretendido papel como valedor de los Derechos Humanos a nivel global”.
En este contexto, la dimensión internacional del congreso se perfila imprescindible. En esta segunda edición el país invitado es México, “que por su situación estratégica”, explica Lacruz, “se ha convertido no solo en lugar de emigración sino de inmigración y paso. Además, la llegada de Trump al gobierno de Estados Unidos y su proyecto de muro le da la máxima relevancia”. El profesor Eduardo López Betancourt, catedrático de la UNAM, pronunciará la conferencia de cierre del congreso con el título Entre Centroamérica y los USA: México y los movimientos migratorios, en la que abordará todas estas cuestiones.