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Madrid, 5 de marzo de 2018




La UNED presenta el fósil de un pollo recién salido del huevo hace 125 millones de años

El estudio del hallazgo ha permitido avanzar en el conocimiento de las enantiornitas, un grupo de aves ya extinto que era diverso y abundante en los ecosistemas cretácicos

Es una de las aves fósiles más pequeñas que se conocen (apenas dos centímetros), pero contiene una información única sobre cómo era el crecimiento de un ave primitiva. El fósil de pollo de enantiornita que se ha presentado hoy en Cuenca, y cuyo estudio ha sido publicado en la revista Nature Communications bajo el título de A diminutive perinate European Enantiornithes reveals an asynchronous ossification pattern in early birds, ha permitido conocer aspectos relevantes sobre la osificación de su esqueleto y su ritmo de desarrollo, permitiendo establecer la hipótesis de que se trataba de un grupo de aves nidífugas, es decir, que abandonaban el nido rápidamente después de nacer. Así lo explica Francisco Ortega Coloma, del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y uno de los integrantes del equipo multidisciplinar que ha investigado los restos hallados en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca). Además de la universidad, han participado en el estudio investigadores de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, del Museo de Historia Natural de Los Ángeles (EE UU), de la Universidad de Mánchester (Reino Unido), de la Universidad de Upsala (Suecia), del Sincrotrón Europeo (Francia), del College of Charleston (EEUU), de la Universidad de Málaga y de la Universidad Autónoma de Madrid, quienes han empleado algunos de los equipos más sofisticados disponibles actualmente: entre otros, se ha recurrido a dos sincrotrones que, mediante la energía residual de aceleradores de partículas, pueden capturar detalles minúsculos de los fósiles en tres dimensiones.


Por un lado, en el sincrotrón de Grenoble, en Francia, se ha podido reconstruir la ultraestructura del hueso de este minúsculo animal por micro-tomografía computarizada. De esta manera, los investigadores han podido concluir que el pollo murió nada más salir del huevo. “El análisis virtual de la estructura del hueso muestra la presencia de una única capa externa de hueso y la ausencia de líneas de parada de crecimiento, lo que indicaría que el esqueleto estaba creciendo a gran velocidad”, explica Ortega, “además, la cabeza es enorme respecto al cuerpo y tiene unas grandes órbitas que albergarían unos ojos también relativamente grandes, como corresponde a un individuo en sus primeras fases de desarrollo”.

Ave cretácica


Reconstrucción del aspecto del pollo de ave cretácica de Las Hoyas (Cuenca). Arriba, a la derecha, escala gráfica de tamaño. (Raúl Martín)


El trabajo realizado con esta técnica ha permitido saber que el tejido óseo del húmero -el hueso más largo del ala- tiene las características típicas de un ave joven y de crecimiento rápido y que el ritmo de osificación del esqueleto es claramente distinto al de las aves actuales. “El esternón está incompletamente osificado, mostrando que existe una gran variedad en los ritmos de osificación del esternón con respecto a la columna vertebral en las enatiornitas”, continúa el paleontólogo de la UNED. “Otro dato relevante es que el esqueleto ha preservado parte de una cola que ya cuenta con 10 vértebras libres. Las enantiornitas adultas sólo tienen 8 vértebras libres en la cola, mientras que el resto se fusionan en una estructura denominada “pigostilo” (como en las aves actuales). El fósil de Las Hoyas no conserva el final de la cola, pero el elevado número de vértebras libres podría indicar que la formación del pigostilo de las enantiornitas se produciría después del nacimiento de los pollos”.


Gracias a la información aportada sobre el ritmo de desarrollo de estos pollos primitivos, los investigadores han podido establecer la hipótesis de que las enantiornitas eran, en términos generales, aves nidífugas, es decir, que abandonaban el nido rápidamente después de nacer. Y todo ello a pesar de que el fósil de Las Hoyas representa a un individuo que sería incapaz de volar aún debido a la incompleta osificación del esternón. “Este dato”, apunta Ortega, “no indica necesariamente que se trate de un ave nidícola, es decir, aquellas que pasan cierto tiempo en el nido hasta abandonarlo, puesto que muchas aves nidífugas son incapaces de volar durante algún tiempo hasta el momento en que están completamente desarrolladas esquelética y muscularmente”, como podía ser el caso del pollito fosilizado.



Un “bombazo internacional”

José Luis Sanz, José Luis Martínez Guijarro, Ángel Felpeto y Santiago Langreo

(De izda. a dcha.): José Luis Sanz,
José Luis Martínez Guijarro, Ángel Felpeto y Santiago Langreo

Francisco Ortega (UNED), Fernando Escaso (UNED), José Luis Sanz (UAM) y Elena Cuesta (UAM)

(De izda. a dcha.): Francisco Ortega (UNED),
Fernando Escaso (UNED), José Luis Sanz (UAM) y Elena Cuesta (UAM)


El fósil de pollo de enantiornita en el que se basa el estudio publicado ha sido presentado hoy en el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha, ubicado en Cuenca.


En la presentación han participado el vicepresidente primero del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro; el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto; el delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Tomás Godoy; el director del museo, Santiago Langreo; y los paleontólogos José Luis Sanz (Universidad Autónoma de Madrid) y Francisco Ortega. Sanz ha afirmado que el descubrimiento del ejemplar fue “un bombazo internacional”, ya que ha permitido avanzar en la demostración de la hipótesis más extendida sobre que las aves son dinosaurios especializados. Se trata además de un hallazgo único debido a que conserva el cráneo completo.



Un yacimiento excepcional


Mapeo del fósforo

Imagen basada en el mapeo del fósforo sobre la superficie del fósil y la roca que lo contiene, realizada en el sincrotrón de la Universidad de Stanford (California, EE UU)

En las tres últimas décadas la paleontología ha conseguido una información cada vez más precisa sobre el origen y evolución temprana de las aves. Actualmente sabemos que un grupo de aves extinto, denominado enantiornitas, ya era diverso y abundante en los ecosistemas cretácicos. Conocemos muchos aspectos de sus relaciones de parentesco, su modo de vida e incluso de su forma de volar, pero la información sobre su reproducción y crecimiento es todavía escasa.


La localidad de Las Hoyas en Cuenca es un yacimiento de conservación excepcional que, desde su descubrimiento en la década de 1980, ha proporcionado mucha información sobre un humedal de hace 125 millones de años y, particularmente, sobre la evolución temprana de las aves.


Los trabajos realizados para esta investigación en el sincrotrón de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) han permitido realizar mapas de elementos químicos procedentes de los tejidos fosilizados tales como el fósforo, que forma parte de la composición de los huesos. Así, se ha podido delimitar con precisión el contorno de los huesos del minúsculo esqueleto y confirmar que este elemento está presente en concentraciones muy semejantes a las de los esqueletos de las aves actuales, lo que viene a confirmar el enorme potencial de preservación del yacimiento conquense.




Itziar Romera

Fotografías: Francisco Ortega

Edición web: Elena Lobato

Comunicación UNED