Carlos Antoranz, tras prometer su cargo, esbozó su proyecto para la Facultad de Ciencias. “¿Cómo entiendo yo la gobernanza? Una combinación de transparencia y objetividad. Creo en el trabajo colaborativo, poniendo a disposición de todos los miembros de la comunidad universitaria, datos e informes que les permitan consolidar una opinión. A partir de ahí, abrir dialogo, escuchar ideas a través canales abiertos para que cada uno podamos aportar nuestro grano de arena. Y considerar todas las aportaciones bienvenidas. Esas ideas serán la base de análisis y conclusiones basadas en hechos, no especulativos”.
El nuevo decano centró los retos de su mandato en la dotación del nuevo edificio de Ciencias, el exceso de carga docente de los profesores, las, en general, desfasadas y obsoletas herramientas, las reducidas tasas de reposición en el profesorado y las escasas expectativas de mejora personal. “Miremos alrededor y veamos que esto no sólo pasa en la UNED, todas las universidades tienen problemas similares. El caso es hacer un buen trabajo de calidad. Me consta que aquí sabemos hacer y hacemos un buen trabajo. Y la calidad se alcanza cuando se mantiene especial cuidado en los pequeños detalles: la calidad es hacer las cosas bien cuando nadie te mira. En mi campaña les prometí cometer nuevos errores, porque de los viejos errores ya estamos cansados. Y también les prometí más trabajo para todos. Y en esto espero decepcionarles, aunque no demasiado pronto. Nuestra obligación es mantener y mejorar nuestra universidad y estoy empeñado en conseguirlo”.