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Madrid, 29 de agosto de 2018




“La generación de conocimiento sobre el sexo se hace lentamente, como una lluvia fina”, Antonio Guillamón, catedrático de Psicobiología de la UNED




La Facultad de Psicología de la UNED ha patrocinado la 44 Conferencia de la International Academy of Sex Research (IASR), que ha reunido en Madrid a más de 200 científicos de todas las áreas del conocimiento para presentar las últimas investigaciones sobre sexología en todo el mundo. La mayoría de las ponencias aportadas responden a trabajos inéditos, con tratamiento de absoluta primicia académica. Se tratará, entre otras investigaciones, sobre el cáncer y la intimidad sexual en la comunidad LGBTI; el estrés crónico en minorías sexuales marginadas; la prevención del HIV en la comunidad gay y bisexual; la no-monogamia consensual; la función sexual en los adolescentes; la satisfacción sexual en la mujer y la investigación sobre personas transgénero en España.

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IASR fue fundada en 1971 y a ella pertenecen científicos que investigan sobre sexualidad desde muy variadas áreas de conocimiento: biología, genética, medicina, psiquiatría, psicología, sociología, antropología, derecho, etc… Todas las conferencias, debates y mesas de trabajo de esta 44 Conferencia de la International Academy of Sex Research (IASR), han sido de carácter inédito e innovador. La presidenta de la IASR, Sandra Byers, de la Universidad de New Brunswick de Canadá, presidió el encuentro de Madrid, donde las aportaciones de la Facultad de Psicología de la UNED fueron suscritas por los catedráticos Ángel Gómez, sobre la fusión de la identidad en la reasignación de sexo y Antonio Guillamón, organizador del Congreso, que presentó la investigación sobre los efectos del tratamiento hormonal cruzado en mujeres trans.





Reunir a dos centenares de científicos en el mismo foro siempre resulta complicado. ¿Cree que todo el trabajo realizado ha logrado ubicar la UNED en las agendas de investigación de sus colegas de otros países?


Creo que sí. IASR encarga cada año la organización de la conferencia a un miembro de la Academia porque conoce la investigación que realiza. En el caso de nuestra facultad, nuestro grupo investiga sobre las bases genéticas y cerebrales de la identidad de género. De hecho, el primer simposio, al que asisten todos los miembros de la academia, trata de la investigación que realiza el grupo que organiza la reunión.


IASR tiene dos vías de expresión científica: la reunión anual, que es en un país distinto cada año; y la revista científica Archives of Sexual Behavior, que es la de mayor impacto científico en su especialidad y la novena en clínica.

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Sobre sexo todos creemos saber muchísimo, pero, pese a que no nos gusta simplificar en listados, si tuviera que elegir las cinco ponencias que más le han sorprendido, ¿cuáles serían?

Más que hablar de sorpresa yo diría expectación. Prácticamente, conocemos las líneas de investigación de unos y otros de los miembros, y los simposios se organizan para establecer el estado actual y últimos avances de algún tema. Es más expectación por conocer hasta dónde ha llegado un investigador o un grupo.


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¿Y las cinco imprescindibles?

Las conferencias y comunicaciones fueron de importante nivel. Puedo citar algunas intervenciones que me interesaron especialmente, como la expresión del transgénero en sociedades de Asia; la competición sexual entre mujeres en áreas globo tan alejadas como Samoa y el istmo de Zapotec; la autoimagen de los genitales en la mujer; el impacto del cáncer de mama en mujeres que pertenecen a minorías psicosexuales; y un estudio conjunto de varios centros europeos sobre la salud en personas transgénero. También me pareció de gran impacto teórico una investigación sobre polimorfismos genéticos de receptores para estrógenos y andrógenos que sugiere que la diferenciación sexual del cerebro en nuestra especie es similar a la de otros mamíferos.


¿En qué trabajos de los presentados ha habido más consenso y en cuáles más diferencias o debates más intensos?

Todas las conferencias y comunicaciones tuvieron debate, pero generalmente se centró en aspectos metodológicos y técnicos. El método es esencial para verificar las hipótesis y para replicar los hallazgos o rechazarlos. A los participantes les interesan los detalles para aceptar o no las conclusiones.


¿En la investigación sobre sexualidad diría usted que hay temas que siempre están de moda o que aparecen continuamente tesis relámpago, o bien que se asientan las más novedosas y desplazan a las antiguas?

La generación de teorías se hace lentamente. Se parece a la lluvia fina. A veces los medios de comunicación reportan hallazgos que pueden ser sorprendentes para el público pero no para el investigador informado.



¿Cómo fue recibida su propia investigación sobre el tratamiento hormonal cruzado en mujeres trans?, ¿encontró otros similares?, ¿cree que se abrirá a otros nuevos investigadores?, ¿hay campo para la colaboración, para crear escuela?

Es curioso que después de setenta años de feminizar a mujeres trans y masculinizar a hombres trans no se hubiera estudiado el efecto sobre el cerebro de dosis farmacológicas de hormonas sexuales administradas de forma permanente. De los cuatro trabajos que hay en la literatura científica tres son de nuestro grupo. Con técnicas de neuroimagen hemos observado cambios morfológicos generalizados en la corteza cerebral y las estructuras subcorticales con expansión de los ventrículos en las mujeres trans tras la administración de estradiol y un anti andrógeno. En los hombres trans también encontramos cambios por la administración de testosterona para masculinizarlos. Para explicar los mecanismos moleculares implicados, hace tres años diseñamos un modelo animal de feminización de machos adultos y otro de masculinización de hembras adultas. En la reunión presentamos los resultados. El objetivo de estas investigaciones es mejorar estos tratamientos.

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¿Y el del profesor Ángel Gómez, también de la UNED, sobre reasignación de sexo?

Hay muchos tipos de personas transgénero: algunas no se tratan ni farmacológica ni quirúrgicamente; otras sólo se tratan farmacológicamente para feminizar o masculinizar su cuerpo; y otras solicitan tratamiento farmacológico y quirúrgico. Este último que implica castración, amputación del pene o mastectomía, histerectomía, y faloplastia, según los casos, como puede suponer, son tremendamente invasivos y comportan riesgos. El profesor Ángel Gómez ha identificado y medido un proceso que denomina fusión de identidad. Pues bien, diseñó un cuestionario que predice, según la fusión de género, si una persona transgénero va a solicitar intervención quirúrgica o no. Esto es muy importante para poder ayudar a tomar una decisión a estas personas y evitar intervenciones que son irreversibles.



Según sus conclusiones, ¿qué nuevos caminos de investigación considera ineludibles?

Es necesario que las investigaciones que buscan las bases cerebrales de la identidad de género y la orientación sexual tengan en cuenta la variedad que hay en nuestra especie y que muestran los trabajos de psicología social. Por tanto, la homogeneidad de las características conductuales de cada grupo a estudiar es inexcusable.

En otro orden de cosas, si se quiere comprender como funciona el cerebro de nuestra especie en la activación sexual, es preciso mejorar las técnicas de neuroimagen que hasta ahora se están utilizando y seleccionar muy bien los grupos que se estudian dada la variedad con respecto al género y la orientación sexual.

No podemos olvidar que como mamíferos, los embriones humanos son potencialmente bisexuales. El proceso de desarrollo y diferenciación sexual parte de este hecho. Tal y como veo las cosas, el estudio de las bases psicobiológicas de la bisexualidad será el quicio que ayudará a comprender la sexualidad humana.



Aida Fernández

Fotografía: agradecimiento a Sharon McCutcheon y Jorge Saavedra

Edición web: Óliver Yuste

Comunicación UNED