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Madrid, 27 de agosto de 2018




Un reptil marino alcarreño de 230 millones de años

Investigadores de la UNED han presentado en la revista científica Biology Letters a Paludidraco multidentatus, un ejemplar de reptil marino con un modo de vida similar al del actual manatí que habitó el antiguo Mar de Tethys durante el Triásico



La revista científica Biology Letters ha publicado recientemente un artículo firmado por los investigadores de la UNED Carlos de Miguel Chaves, Francisco Ortega y Adán Pérez-García, miembros del Grupo de Biología Evolutiva de la universidad, en la que se presenta el estudio completo de un nuevo reptil marino cuyos restos fueron hallados en dos excavaciones realizadas en 2008 y 2015 en el pantano de El Atance (Sigüenza, Guadalajara), donde habitó en el Triásico, hace más de 230 millones de años, fondeando en las aguas del Mar de Tethys que cubría entonces la zona. El ejemplar, bautizado como Paludidraco multidentatus ("dragón del pantano con muchos dientes", por la ubicación en la que fue encontrado su esqueleto y por la enorme cantidad de piezas dentales presentes en su cráneo y mandíbula), pertenece al grupo de los simosáuridos, hasta ahora representado por depredadores marinos de 3 o 4 metros de longitud que se alimentaban de peces y crustáceos. Sin embargo, Paludidraco presenta algunas características peculiares que permiten aumentar la ya enorme diversidad de los reptiles marinos de su época y que aleja al dragón del pantano de los hábitos de sus parientes más cercanos.



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Recreación del aspecto en vida de un individuo de Paludidraco (crédito: Eloy Manzanero y Natalia Pérez)



En primer lugar, y aunque el tamaño es similar al de sus congéneres más cercanos, Paludidraco presenta una mandíbula muy delgada y frágil con un gran número de dientes de pequeño tamaño; en segundo lugar, la estructura de su tórax está formada por vértebras y costillas extremadamente robustas que limitarían su maniobrabilidad. Estos rasgos alejan al animal de la imagen de depredador activo de otros miembros de su grupo y llevan a los investigadores a concluir que el dragón del pantano presentaba un modo de vida inédito en ningún otro reptil conocido.



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Adán Pérez-García (izda.) y Carlos de Miguel
en un momento de la excavación

“Como resultado de esta investigación”, señalan los investigadores, “se propone que los dientes de pequeño tamaño de Paludidraco formarían una empalizada que funcionaría como un tamiz, permitiéndole filtrar el alimento y expulsar a continuación el agua sobrante. Además, este peculiar reptil se desplazaría por aguas marinas costeras tranquilas y poco profundas, protegidas del mar abierto, recorriendo lentamente el fondo en busca de pequeños animales en el sustrato o, como en el caso de los actuales manatíes, de materia vegetal”.


Los investigadores añaden que “durante el Triásico Superior, hace unos 230 millones de años, lo que hoy es la provincia de Guadalajara se encontraba cubierta por las aguas cálidas y poco profundas del antiguo Mar de Tethys. Estas aguas estaban habitadas por multitud de animales, entre los que se encuentra un grupo particular de reptiles acuáticos denominados sauropterigios, que aparecieron durante el Triásico y desaparecieron a finales del Cretácico hace 66 millones de años. A este grupo pertenecen tanto Paludidraco como otros organismos muy populares, como los plesiosaurios”.


Ahora, los trabajos de investigación paleontológica realizados en las cercanías del pantano de El Atance han permitido identificar este nuevo reptil marino. En este yacimiento se han encontrado algunos de los restos de reptiles marinos mejor preservados del Triásico de la península ibérica, correspondientes a ejemplares articulados y relativamente completos. Así, el mismo equipo de investigación ha publicado recientemente un nuevo placodonto, también perteneciente al grupo de los sauropterigios, al que se ha denominado Parahenodus atancesis, a partir de un cráneo también procedente de El Atance. La existencia de reptiles marinos hasta ahora desconocidos, en buen estado de conservación y representados por individuos articulados, contribuyen a situar a El Atance como uno de los yacimientos de vertebrados del Triásico más relevantes de la península ibérica y en el que se reconoce un enorme potencial para el estudio de la historia evolutiva de estos peculiares grupos de reptiles marinos que vivieron hace más de 200 millones de años, cuando la Tierra comenzaba a recuperarse de la gran extinción del Pérmico y los primeros dinosaurios iniciaban su andadura por el planeta.



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Uno de los ejemplares de Paludidraco recogidos en El Atance (Guadalajara) junto a un esquema que permite interpretarlo.
El cráneo se siúa a la derecha. Destaca el volumen de la cavidad torácica frente al tamaño del cráneo

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Árbol evolutivo de los sauropterigios del Triásico mostrando las relaciones de parentesco de Paludidraco multidentatus

Los animales representado en rojo son los placodontos, reptiles con alimentación durófaga a los cuales pertenece Parahenodus atancensis, también descrito recientemente en el Triásico de Guadalajara. En azul están representados los pistosauroideos, que incluyen a los plesiosaurios, unos sauropterigios que se extenderán por los mares de todo el planeta durante el Jurásico y el Cretácico. Paludidraco pertenece al grupo de los Nothosauroidea, que incluye tanto a pequeños reptiles piscívoros como a grandes depredadores de varios metros de longitud. Dentro de los notosauroideos, Paludidraco pertenece a Simosauridae, siendo el taxón hermano del género Simosaurus, un depredador de 3-4 metros de longitud. Todo el grupo representado en el gráfico se extingue definitivamente a finales del Mesozoico, hace 66 millones de años.




Itziar Romera

Edición web: Óliver Yuste

Comunicación UNED