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● Hay ya plataformas blockchain que permiten también, por parte de cada ciudadano, la gestión personalizada de sus propios datos personales (DNI, certificaciones escolares y académicas, datos médicos, etc.) en una sola base datos, sin necesidad de tener que aportarlos cada vez que se lo pide un organismo público (Agencia Tributaria, Seguridad Social, Registro de la Propiedad, etc.) o privado (banco, notaría, compañía de seguros, etc.).
El ejemplo paradigmático es el país europeo de Estonia, pionero en la gestión integral en una plataforma blockchain de los datos de sus 1,3 millones de ciudadanos, los cuales pueden decidir en cada momento qué datos ofrecen a una determinada entidad pública o privada. De esta manera, los ciudadanos de Estonia tienen un seguimiento total del destino de sus datos, pudiendo ser informados cada vez que una entidad, autorizada previamente por ellos mismos, accede a cualquier dato suyo.
En el caso de la Educación y Formación, la implantación de plataformas blockchain va a permitir próximos escenarios que ya están en marcha, y difícilmente imaginables hasta la fecha:
● Cualquier ciudadano europeo podrá tener su propia identidad digital de formación, al disponer de una base de datos con todo su historial escolar, académico y de cursos recibidos, además de la relación de competencias aprendidas.
Dicha base de datos podrá gestionarla él mismo, y le permitirá una movilidad laboral total en una Europa real sin fronteras, pues ante cualquier empleador, público o privado de cualquier país europeo, podrá demostrar, sin necesidad de certificado alguno expedido expresamente para este fin, qué formación tiene y qué competencias domina.
● La gestión automatizada de la formación bonificada de cada empresa a través de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE, anteriormente conocida como Fundación Tripartita) podría ser una realidad, evitando muchos esfuerzos de las empresas dedicados actualmente a la enorme burocracia que la gestión de dicha formación conlleva, generalmente con el fin de evitar posibles fraudes, aparte de desaparecer, en gran medida, la sensación actual de inseguridad jurídica en las inspecciones.
● Se podrán crear nuevos escenarios de aprendizaje basados en una «tokenización» de determinadas tareas de los alumnos de un curso, o para automatizar la gestión de la formación interna dentro de una empresa, reduciendo considerablemente gastos de gestión y de auditoría asumidos hasta ahora por humanos, en unas tareas de escaso valor añadido.
En resumen, la implantación de la tecnología blockchain es un reto que creará nuevas oportunidades para reducir costes y aumentar la productividad, para combatir el fraude, para automatizar tareas humanas de escaso valor añadido y, finalmente, para generar nuevos escenarios de enseñanza/aprendizaje en la formación presencial y online.
No obstante, para superar satisfactoriamente este reto, será necesaria una intensa campaña de divulgación y formación sobre blockchain, dirigida no solo al público en general, sino también a cualquier profesional de cualquier empresa o entidad pública, para que sepa y pueda aplicar esta tecnología tan transversal en su entorno laboral.
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