- Se pueden distinguir, simplificando, dos grandes estereotipos, que fueron creados por autores anglosajones entre los siglos XVI y XIX y que han sido posteriormente asimilados por el cine británico y el estadounidense.
Por un lado está la imagen de una España negra, con el fanatismo de la Inquisición y la crueldad de conquistadores codiciosos masacrando indios en América. Esa visión fue forjada a partir del siglo XVI por la Inglaterra anglicana y los Países Bajos para justificar, entre otros fines, su expansionismo en América frente a la potencia colonial española en América, presentando a los piratas y a los corsarios como héroes. Refleja la contraposición de un mundo anglosajón guiado por la providencia y los valores morales frente a una España decadente.
Por otro lado está la imagen, desarrollada durante los siglos XIX y XX por autores europeos y estadounidenses, de una España luminosa y colorida que incluye como elementos el sol, la fiesta y los toros.
El cine ha difundido estas dos visiones por todo el mundo y resulta llamativo que, incluso en España, se hayan asimilado y que tengan éxito películas como El Código da Vinci, heredera del viejo mito anglicano de la conjura católica española, o la saga de Piratas del Caribe, en la que criminales anglosajones, asesinos y ladrones, son los héroes, mientras que los españoles que combaten la piratería son presentados como villanos. Es sorprendente el modo en que se ha normalizado la aceptación de la piratería hasta el punto de que haya en parques Disney una atracción de los piratas en la que la diversión es contemplar el saqueo de una ciudad poblada por hispanos, con escenas de tortura, asesinato y esclavización que estarían prohibidas si las víctimas representadas fueran judíos o africanos. Por todo ello, un objetivo del trabajo es que los lectores vean con distintos ojos muchas películas clásicas.