Una historia y un mensaje, que fueron cambiando a través del paso del tiempo. Rodrigo de Balbín señala que “esto es algo muy importante, porque a nosotros nos llega la foto final de un monumento que, en realidad, ha sufrido un proceso largo de transformación y ha sido utilizado y reformado durante milenios”. Sobre la datación han aprendido mucho en todo este tiempo: “hemos contado con la documentación arqueológica realizada por Linares, llegando a constatar que algunas de las piedras del círculo exterior del Dolmen de Soto (más antiguo) habían sido rotas a mazazos para ser reutilizadas en el interior, pues presentan la misma geología e incluso casan unas con otras”. Esto quiere decir también que el Dolmen de Soto es uno de los más antiguos de Europa y que con anterioridad al monumento actual hubo algún tipo de construcción de grandes piedras o estelas como pasa en todo el Atlántico, “a pesar de que siempre se ha pensado que en Andalucía no sucedía así”, señala Balbín. Así, la datación C14 de los contextos arqueológicos que nos han llegado hasta la actualidad alcanza el IV milenio; por tanto el círculo y otras posibles construcciones son anteriores.
“Todo lo que hacemos en el Dolmen de Soto”, explica Bueno, “implica una visión completamente novedosa, pues demostramos que cada vez que se reelabora el monumento se reelaboran las pinturas y los grabados y se actualizan con la época”. Ejemplo de ello es el hallazgo entre los grabados de numerosas armas metálicas. “No hay un solo monumento megalítico en Europa que tenga tantas armas dibujadas como el Dolmen de Soto: tiene puñales, espadas… incluso hay una espada de Lengua de Carpa, que es una tipología muy concreta del Bronce final, cuando nadie se imagina que se siguieran utilizando los dólmenes. Con la suerte de que en la excavación exterior hay un pequeño depósito con una cronología del 1200aC., la misma que las espadas representadas. Esto significa que se redecoraban los monumentos y se actualizaban con elementos de cada momento histórico, al tiempo que nos señala que nos encontramos ante un panteón con un significado profundo donde se guardaban los ancestros desde el IV Milenio pero también durante el III y II milenio aC.”.
Primitiva Bueno va más allá y se atreve a apuntar, incluso, que estos lugares sagrados de enterramiento han seguido teniendo una memoria de sitios respetados, como depósito de ancestros: “hay un ejemplo muy claro en Europa, en Knowth, en un dolmen que tiene dos túmulos con cronologías del IV, III y II milenio y en el que, además, hay muestras de enterramientos pertenecientes a la Alta Edad Media. También en el Dolmen de Soto se han documentado enterramientos del siglo V después de Cristo. Y, como ejemplo final, vemos que el Dolmen de Menga o los Dólmenes de Antequera están al lado del cementerio actual de Antequera. O el Dolmen de Montelirio, que se encuentra junto al cementerio de Castilleja de Guzmán”.
Balbín está convencido de que sería justo en ese momento, en el Bronce final, cuando el monumento podría contemplarse en todo su esplendor. “la decoración sería similar a la de los frisos del Partenón de Atenas, con colores intensos, aunque la paleta estaría limitada a blanco, rojo y negro”. La catedrática añade que “se estaba escribiendo discurso funerario, de forma que los que entraran en el túmulo estarían comprendiendo una historia contada a través de figuras grabadas y figuras pintadas. La reflexión que debemos hacer es que si nosotros, después de casi 6000, años percibimos los restos de color… ¿Qué cantidad de color tendrían? Si aún podemos encontrar los rastros del pincel en la masa… ¿cómo sería la masa? Pensamos, de hecho, que la piedra no se vería y que la masa de pintura sería plástica y blanda. Ellos dibujaban y pintaban; a veces el grabado sería el contorno y otras veces el interior, y en otros momentos simplemente jugarían con los dos. Hay que tener en cuenta que, además, entraban con lamparitas alimentadas por grasa para mantener el fuego, lo cual daba un auténtico contraste de color y les permitía experimentar con las formas y el movimiento”.