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Madrid, 23 de mayo de 2019




Historias de valientes, escritoras y mecenas en el día de la Facultad de Filología

Imagen de los estudiantes




El día de la Facultad de Filología los miembros de la mesa quisieron ceder protagonismo a sus invitados. El rector y presidente del acto, Ricardo Mairal; el decano, Julio Neira; la secretaria de la Facultad y maestra de ceremonias, María Martos y el vicedecano de Gestión Académica, Didac Llorens; contaban con la escritora María Dueñas para impartir la conferencia magistral. La mayoría de los presentes, egresados, familiares y profesores y trabajadores de la facultad, habían leído su obra, incluso tenían noticia de su pasado como profesora universitaria, pero casi nadie sabía que, en su día, fue tutora de la UNED de Cartagena. Un nexo más con esta universidad que justificaba el cariño con el que ligó sus personajes, valientes y tenaces, con la vida de los estudiantes de la universidad a distancia más grande de Europa en número de matrículas.


La ceremonia incluía la imposición de bandas a los graduados en Estudios Ingleses y en Lengua y Literatura Españolas y a los titulados en Máster; la entrega de la Medalla de la Facultad al mejor expediente, que correspondió a José Alejandro Marqués; el homenaje a los profesores jubilados -Ángeles Estévez, Antonia Sagredo y Margarita Goded-; y la entrega de dos premios: el premio “Profesor José Romera”, que recayó en Mirta Dos Santos por el trabajo “Con alma fúlgida y carne sombría: edición crítica de la obra completa de Delmira Agustini y estudio de concordancias léxicas de Los cálices vacíos”, que recogió su directora de tesis, Ángeles Estévez; y el premio “Poesía de la Facultad de Filología”, obtenido por “La casa china” de María Serna, algunos de cuyos versos leería ante los asistentes. .


María Dueñas, profesora en la Universidad de Murcia, ha sido tutora de nuestro Centro Asociado en Cartagena”, señalaba Julio Neira que nos conducía de la mano de la autora por los caminos del espionaje en los difusos tiempos entre nuestra Guerra Civil y la II Guerra Mundial; por los mercados internacionales del comercio del vino; por el legado de los exiliados españoles y por la lucha de las mujeres por sobrevivir en sociedades emergentes. “Esta escritora, que ahora tiene su residencia en Nueva York, ha logrado aunar en su obra la historia del siglo XX en una trama novelesca”.



El universo, la universidad

María Dueñas

“Durante un tiempo prolongado, en un pasado relativamente cercano, mi actividad se desarrollaba en aulas, despachos, pasillos, entre proyectos docentes, de investigación y exámenes. En contacto con las inquietudes, ilusiones y quebrantos de los muchísimos estudiantes entregados al apasionante mundo de las lenguas, literaturas e idiomas. Por eso, procuro atender todas las propuestas que me llegan de una institución educativa: para mí es un honor volver a la universidad, mi universo”, aseguraba María Dueñas.


Recordó su época de tutora del Curso de Acceso para Mayores de 25 Años en la UNED de Cartagena y su contacto con los alumnos. “Aprecio el coraje y la voluntad que habéis demostrado al estudiar a distancia. Seguro que alguna vez habéis pensado en la posibilidad de tirar la toalla, pero no la habéis considerado. Sois unos valientes, y vuestras armas, la tenacidad y la motivación resultan inspiradores. Los que termináis ahora tenéis mucho que ver con los protagonistas de mis novelas”.


La escritora fue recorriendo sus obras. Habló que aquella joven ingenua y confiada, de El tiempo entre costuras, “que se enamoró de quien no debía” y lo siguió hasta Marruecos. Que fue abandonada y vivió para pagar deudas ajenas en un tiempo entre dos guerras, la Civil española y la II Mundial, y en un espacio habitado por telas, clientas y tareas de modista y rodeado de tramas oscuras, de espías y de laberintos diplomáticos que marcarían su vida. Igual que los tiempos del protectorado habían marcado a la autora: “mis abuelos y mi madre vivieron allí más de 40 años. Regresaron a la península en 1957 y siempre me trasmitieron recuerdos inspiradores, felices y luminosos de la vida que habían dejado atrás”.

Misión olvido se inscribe en el género de novela de campus, “escaso en España, pero frecuente en la narrativa anglonorteamericana”. En ella una profesora universitaria recién divorciada se va a una poco conocida universidad de Estados Unidos para tratar de pasar página. Allí, en el territorio de la actual California - antes México y antes aún la Nueva España-, le encargan catalogar el legado de uno de los colonos españoles del territorio, protagonista de la historia no contada de las misiones del Camino Real. “Es triste conocer el enorme legado, el poso de la importante huella que dejaron los españoles en aquel territorio, sus hazañas y la razón de ser que dieron a California, y el poco reconocimiento su historia. Por eso recurro a una profesora universitaria en crisis para recuperarlos”.


La templanza recurre a un empresario minero arruinado que transita, de la mano de una mujer casada -con otro- los caminos de los incipientes mercados internacionales del vino de finales del siglo XIX: del recién independizado México a la ciudad entonces cosmopolita de Jerez de la Frontera, pasando por Las Antillas o la Habana colonial. Un torbellino de viñas, bodegas, disputas de familias, derrotas y victorias de personajes guiados por la pasión. “Escribo sobre gente luchadora, capaz de sacar las uñas, caer, levantarse y seguir caminando”.


Imagen de la mesa

José Alejandro Marqués



En Las hijas del Capitán el dueño de una pequeña casa de comidas, empuja a sus tres hijas a huir de la Guerra Civil y embarcarse hacia América. En Nueva York, entre compatriotas y extraños, en una ciudad extremadamente competitiva, luchan para salir adelante. “Existen pocos testimonios de los españoles que emigraron a los Estados Unidos. Menos aún de las españolas. He tratado de hacerles justa memoria contando la historia de estas tres andaluzas”.



De la bohemia a la Academia


José Alejandro Marqués subía al escenario, recién operado de una rodilla y con muletas, para hablar en nombre de sus compañeros egresados. El mejor expediente académico del curso 2017/18 explicó, sentado y con gracia, cómo se había matriculado en Arquitectura Técnica más de 30 años atrás. Pero se le cruzó un verano en Ibiza con una amiga y decidió no volver a la universidad. Vivió 10 años de sus dibujos, de aguafuertes y óleos, en el mundo de la bohemia isleña. Volvió luego a su Tenerife natal y durante los siguientes 20 se dedicó al diseño gráfico, con conocimientos adquiridos de forma totalmente autodidacta. A los 55 años la UNED se le atravesó en el camino. “Decidí hablar bien inglés. Decidí hacerme pobre adrede, aceptar sólo trabajos de subsistencia. Decidí acabar el grado en 5 años. Y lo he conseguido, a sólo 10 años de mi edad de jubilación. Ahora he decidido hacer el Master”.







Julio Neira felicitó a los egresados y al alumno Marqués por su trabajo. “Sabemos que estudiar en la UNED es difícil que exige esfuerzo y disciplina férrea. Alguna de vosotras me ha dicho lo mucho que ha llorado. Se que se sufre mucho, pero que gran satisfacción de deber cumplido con uno mismo”, respondía el decano. También recordó que “todos hemos hecho mucho. Indudablemente vosotros, pero no olvidéis a esos profesores que a la una de la madrugada están respondiendo a vuestros correos electrónicos. Si tú subes una consulta a medianoche puedes tener la respuesta de madrugada, sea tutor, profesor o catedrático quien escriba a esas horas. Lo hacemos para que todo esto funciones y porque, como siempre decimos, vuestro éxito es el nuestro”.

Julio Neira

Ricardo Mairal






Ricardo Mairal agradeció la conferencia inaugural impartida por María Dueñas, “gracias, querida María, por la cortesía que has tenido al presentarnos tus novelas desde la perspectiva de nuestros estudiantes. Gracias por compartir con nosotros tu magisterio”. Y al profesor José Romera por instituir el premio homónimo a la Investigación, “por su generosidad y por la valía académica que supone dar su nombre a una de las verdaderas esencias del magisterio, la Investigación”. Agradeció a todos los egresados la elección de la UNED y les invitó a abrirse a nuevos retos con uno de los títulos de Master o un Doctorado que se han preparado para ellos.

Medalla


Varias imágenes

Al final del acto, el rector y todos los participantes en la ceremonia disfrutaron de un improvisado concierto en el vestíbulo, con varias estudiantes que cantaron a capella varias piezas clásicas y arrancaron los aplausos de los presentes, encantados con la iniciativa.


Premio de Poesía de Filología


La ganadora del Premio de Poesía de la Facultad de Filología de la UNED fue María Serna Aguirre. He aquí uno de sus poemas.


con ganas de dormir

pero sin dormir

con ganas de escribir de no pensar

pero con ganas de caos de nada

un duro apócrifo violento

una nuez a dentelladas

roedores y maquetos

avivando el incendio

leer a autores extranjeros

y proponer su traducción

o abandonarse al pensamiento

para todo

dejadme descansar

déjame descansar

no borrar la respiración ansiosa

de la adolescencia

recuerdo a dos amigas en el suelo fumadas

y yo volviendo a casa porque me había entrado hambre y sueño

comer filetes empanados a las siete de la tarde

y a mi madre friéndolos

recuerdo haber comido setas alucinógenas en el monte

María Serna Aguirre

o pasar del pensamiento

sentir la roca

la roca dura que enmohece dentro

la roca de la falta de motivación

desidia de día y de noche

ambivalencia que corrige el ordenador

corregir mi falta de ardor

un burro por tu casa

y ahora por la ventana un blanco gris

de vez en cuando un pájaro solitario

atraviesa los marcos

me late el cuerpo de un baño caliente

para calmar qué

animar desanimar

llorar llorar todavía

la brecha en mi familia

o será una excusa para mi pereza

para mi indolencia

una herida en el sexo es una excusa

y cenar en casa disfrutando de la sensualidad

pero sigo llorando la separación de mis padres

o tal vez nunca la lloré

o me gusta llorar y lamentarme y bueno

parece una buena excusa

han pasado treinta años

tal vez sea hora de aceptar

a las personas que lo hicieron

a mis hermanos que se fueron

a mis padres que se amaron

que se dejaron de amar

que creyeron

que formaron una familia y después la atomizaron

independientes

sensibles

inteligentes

luchadores

MIERDA para todos



COMUNICACIÓN UNED: Galería de imágenes


Patrón de Filología (23/05/2019)


Aida Fernández Vázquez

Fotografías: José Rodríguez Rodríguez

Edición web: Elena Lobato Toledano

Comunicación UNED