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Es la segunda vez que la invitan a integrarse en el claustro de una universidad mexicana, como miembro honoris causa. Su pensamiento se afianza allí y se consolida su escuela, su magisterio, en un país que venera el feminismo en las aulas y llora en las calles a las, según las encuestas, más de siete mujeres que diariamente se convierten en víctimas del femicidio. Quizá por eso en su conferencia ante la comunidad académica destacó la importancia de la presencia de las mujeres en cualquier órgano de poder político, de conocimiento, de opinión, de creatividad y arte, de los medios, económico o incluso el religioso, que supone la normalización necesaria de la presencia real de todas las mujeres en todas las esferas del saber y del poder en nuestra sociedad. “La alta formación de las mujeres está produciendo una novedad antropológica compleja, que es la superior presencia de mujeres en la alta formación en todo el planeta. Nunca había ocurrido algo así” dijo.
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