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Madrid, 8 de enero de 2020


Purificación Sierra lidera el convenio UNED-OSEP Mendoza para Atención Temprana a bebés y niños en Argentina


Purificación Sierra, profesora del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UNED, lidera el proyecto de transferencia de conocimiento sobre Atención Temprana (AT) a bebés y niños de entre 0 y 6 años con la Obra Social del Empleado Público (OSEP) de la Argentina, una institución pública de asistencia sanitaria y social a los empleados públicos del país y sus familias. Un contrato programa de asesoramiento técnico que la ha llevado a la provincia de Mendoza, a los pies de la cordillera andina, donde ha colaborado con equipos médicos, de enfermería, asistencia social y psicología para establecer los protocolos y la capacitación profesional en diagnóstico, derivación e intervención dentro del programa de AT.

Los buenos resultados obtenidos en esta primera fase se consolidarán en una segunda, con un nuevo convenio de colaboración y varios convenios específicos, a punto de ser suscritos entre la UNED y la OSEP.

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Los recursos aplicados a la detección y desarrollo de terapias con neonatos y escolares con problemas ya existentes, o con riesgo de padecerlos, diseñados por Sierra no replican el sistema español, sino que se adaptan a las condiciones y procedimientos propios de la sanidad y el sistema educativo argentinos.

La Atención Temprana, es definida por el Libro Blanco de la Atención Temprana, como conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Desde estas premisas, se trata de poner al servicio del niño y su familia los recursos sanitarios y educativos necesarios para eliminarlos, mitigarlos o reducir al máximo sus efectos en la maduración psicológica y el desarrollo de las competencias acordes con su edad. El objetivo de la AT es amortiguar el impacto de cualquier alteración, déficit o factor de riesgo que afecte a bebés y niños y darles oportunidades de solventarlas desde equipos y en contextos multidisciplinares. En el contexto del modelo de la OSEP, los servicios pediátricos serían los primeros encargados del diagnóstico, ampliándose luego la capacidad a la escuela, ambas instituciones responsables de detectar, comunicar y resolver cualquier problema. La combinación de ambos y la toma de decisiones conjuntas para minimizar el conflicto es el campo en que se capacita a los empleados públicos de la OSEP de Mendoza con el proyecto liderado por Purificación Sierra.

“El protocolo comienza con la detección del niño con una alteración o riesgo de padecerla, seguir una secuencia de gestiones que lo lleven hasta el programa de AT, examinar su caso en las unidades de valoración pertinentes, realizar un buen diagnóstico, con criterios científicos, derivarlo desde neonatología, desde pediatría o desde la escuela y establecer el calendario de revisiones pertinentes. Desde el principio, el equipo de expertos ha de determinar o no la necesidad de la AT y también cuál es la intervención que el niño y la familia requiere y el tiempo previsto de intervención, en el que se incluyen evaluaciones continuas”. Hemos trabajado también con la premisa de racionalizar los recursos y que las lista de esperas se reduzcan todo lo posible, destaca la profesora. Este protocolo, inspirado en los protocolos internacionales, como se ha dicho, tiene como uno de sus méritos estar adaptado al contexto sociocultural y económico en el que se iba a implantar”, destaca la profesora.

Una alianza de éxito

Puri Sierra

“Conocí a la que hoy es la coordinadora de AT en la provincia de Mendoza, Alejandra Capone, hace unos 12 años, mientras ella realizaba una estancia en el Hospital Clínico San Carlos donde yo colaboraba con el servicio interhospitalario de AT. Ella se interesó mucho por nuestro sistema y en todo este tiempo ha ido generando estructuras similares allí en Mendoza. Conozco bien su labor, porque la he seguido, colaboro como docente en la formación de profesionales de AT en la provincia y la he visitado en varias ocasiones en estos años”, recuerda Purificación Sierra.

"Durante el último año las relaciones entre ambos lados del Atlántico se intensificaron, se acotaron las áreas de intervención y se priorizaron los desarrollos de las distintas líneas de actuación. “Primero eran reuniones telemáticas vía skype; se fijó un equipo de trabajo que se fue ampliando con diferentes interlocutores dependiendo de las fases de trabajo; se construyó un sistema de derivación al servicio de AT y más tarde el protocolo de derivación, así como los documentos y procedimientos oportunos”, describe la psicóloga de la UNED.

“Todo este proceso culminó recientemente, con unas intensas jornadas de trabajo del Equipo y la presentación en diversas sedes de la OSEP, Hospitales y Centros de Atención Temprana, en la provincia de Mendoza. Mi universidad, desde aquí, ha gestionado el proyecto de colaboración desde nuestra OTRI (Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación) y ha respaldado la transferencia de conocimiento que supone esta intervención. A eso hay que sumarle que la internacionalización es uno de los objetivos estratégicos de la UNED en estos momentos. Así que gracias a la alianza de los profesionales de estas dos instituciones se ha podido llevar a cabo el trabajo con éxito”, destaca Sierra, obviando aludir a la cantidad y calidad de horas invertidas por la líder del proyecto, ella misma, y su equipo en Argentina.

Atención a medida

El equipo multidisciplinar dirigido por la psicóloga de la UNED y que ha contribuido al éxito del proyecto está formado por Alejandra Capone, coordinadora del Programa de AT de la OSEP, que atiende a la población infantil de riesgo o con alteraciones de la provincia de Mendoza; Walter Mesas, responsable del programa Materno Infantil Nacer en OSEP, que gestiona las prestaciones sanitarias desde el embarazo a hasta el año de vida del bebé; y Hugo Lara y Mauricio Recabarren, coordinadores del programa Crecer Juntos, que protege y realiza el seguimiento de la salud infantil desde los 13 meses a los 14 años. “Además de este magnífico equipo, durante todo el proyecto y mi estancia se sumaron al trabajo de campo expertos en Discapacidad, Derecho, Trabajo Social, Educación, etc., que enriquecieron notablemente el resultado final, ya que son áreas muy implicadas en la AT”, señala la profesora.

Mendoza es una de las provincias más importantes de Argentina, con casi dos millones de habitantes. La constituyen el Gran Mendoza que es la capital de la provincia y 18 municipios o departamentos, con una orografía complicada y una población muy dispersa cuyo acceso a los servicios resulta muy costoso tanto desde el punto de vista de recursos económicos como personales para los profesionales y para los niños y sus familias.

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La OSEP es una organización de la Seguridad Social que presta servicios de salud y sociales a los empleados públicos de la provincia y sus familias. El número de beneficiarios de la OSEP de Mendoza entre 0 y 6 años es de unos 38.000 niños y se estima que de ellos unos 3.000 requerirán Atención Temprana. Actualmente el programa de AT de Mendoza atiende a unos 600 niños y el objetivo del convenio UNED - OSEP Mendoza es que todos los que necesiten cuidados los obtengan.

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Para garantizar este derecho se ha implantado un procedimiento eficaz y eficiente de detección, derivación, evaluación e intervención para niños con alteraciones del desarrollo o con riesgo de padecerlas y sus familias. Se cuenta para ello con una red local de evaluación con representación de obstetras, pediatras, pscócolos, educadores y de Trabajo Social. Uno de los puntos fuertes para el éxito del sistema generado es el absoluto compromiso de la Administración de OSEP Mendoza con la AT aunque, uno de los escollos fundamentales para su completa implantación son los recursos económicos, esto no es nuevo en ningún país y modelo de AT.

“A pesar de los esfuerzos y la implicación de profesionales y de las administraciones (que en cada comunidad autónoma organizan la AT de una manera específica), aquí también falta financiación y recursos. Aun combinando los recursos públicos y privados nuestro sistema de AT no es capaz de absorber, a tiempo, toda la demanda o no en el momento adecuado, es decir, en los primeros meses o años de vida. La AT en España permite la detección precoz, especialmente en bebés prematuros o grandes prematuros, y en aquellos casos de neonatos o bebés con alteraciones o con riesgo de padecerlas, así como aquellos con factores de riesgo biológico o psicosocial. Los niños que nacen con alteraciones o factores de riesgo para el desarrollo son derivados desde el propio hospital a los Servicios de Atención Temprana, cuando en el mismo, como en la mayoría de los casos, no se encuentra en el propio hospital. En cualquier caso, los factores de riesgo o las manifestaciones de las alteraciones o retrasos en el desarrollo pueden presentarse a lo largo de los primeros años de vida, ya que muchos procesos psicológicos son dependientes de las demandas del entorno, que se producen en momentos diferentes. Pensemos, por ejemplo, en alteraciones del aprendizaje. Por ello, es necesario hacer un esfuerzo mayor para proporcionar a los niños y sus familias, la atención a la que tienen derecho. Afirma Sierra

“El protocolo de AT compete a todos equipos implicados en la salud infantil, pero no podemos trasponer modelos de forma directa, hemos de respetar cómo se trabaja en ese país y sus formas de actuación: qué se necesita y qué se puede asumir. No basta únicamente trasladar de nuestra experiencia”. Para no replicar el modelo y por otros condicionantes de los propios sistemas sanitarios y educativos argentinos, se ha evaluado y elaborado un protocolo y servicio específicos para estos niños de Mendoza, que no es un espejo que duplique lo ya existente en España, sino una tarea de excelencia que ha permitido que la UNED y la OSEP diseñen y firmen un convenio-programa y otros convenios específicos más para continuar con la segunda fase del proyecto de AT.

En sintonía con los ODS

La psicóloga Purificación Sierra suma al interés de este proyecto la positiva incidencia en el cumplimiento por parte de la UNED de los ODS de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. “Este convenio y sus objetivos se encuentran en sintonía con el Plan de Fortalecimiento internacional, cooperación y ODS de nuestra universidad, en relación con potenciar la internacionalización de la UNED, ODS-1 y favorecer la cooperación internacional, ODS-2.

“Nuestro trabajo en cooperación con el ámbito de la salud, el trabajo social y la educación, se alinea especialmente con el ODS-3, salud y bienestar, que se refiere a políticas y estrategias para mejorar y potenciar la salud y el bienestar de la población. Una detección e intervención temprana, incluso desde antes del nacimiento, supone la oportunidad de un desarrollo integral y saludable para el niño y su familia. Mucho más cuando se interpreta la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, según lo define la OMS.

“La Escuela es un agente esencial de detección precoz de alteraciones y riesgo así como de intervención y promoción de desarrollo e igualdad en una etapa esencial del desarrollo. Por ello, nuestras acciones, integradas con agentes educativos, dan respuesta también al objetivo 4, educación de calidad.

“Además, los niños con alteraciones del desarrollo, con discapacidad o vulnerables y sus familias, son claramente poblaciones de riesgo y desfavorecidas. Por ello, nuestro programa pretende afianzar una atención temprana y de calidad. Además, nuestro plan establece y amplía políticas y estrategias de protección que permiten el acceso a oportunidades de igualdad y el desarrollo en el marco de una vida plena e integrada. Este es, precisamente, el espíritu y la demanda del ODS-10, reducción de las desigualdades”.

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Aida Fernández Vázquez

Comunicación UNED