El primer logro de la investigación fue comprobar que los cuellos virtuales generados en 3D eran capaces de reproducir el movimiento de los de las jirafas reales . Los cuellos virtuales pudieron reproducir las mismas posturas extremas que los de las jirafas vivas sin desarticular sus vértebras. Se sabe que los cuellos de las jirafas adultas tienen un mayor rango de movimiento que los de sus crías, debido a una serie de características que se modifican durante el crecimiento. Esto es debido a que las vértebras del cuello de las jirafas juveniles son más cortas que las de los adultos y están más separadas entre sí por el desarrollo de tejidos blandos. Sorprendentemente, a pesar de ser organismos evolutivamente muy separados y muy distantes en el tiempo, los cuellos de los individuos juvenil y adulto de Spinophorosaurus crecían de la misma manera que los de las jirafas: las vértebras se alargaban conforme crecía el animal y el espacio intervertebral disminuía.
Al comparar las capacidades de movimiento entre los modelos virtuales se puso de manifiesto que, como las jirafas, Spinophorosaurus podía situar su cuello perpendicular al suelo, plegarlo contra su cuerpo y que, como en estas, la flexión de cuello no era suficiente para que la cabeza alcanzase el suelo. Como hacen las jirafas, Spinophorosaurus debería hacer una flexión extrema de los brazos para poder beber agua. No solo eso, la movilidad del cuello de Spinophorosaurus aumentaba a medida que crecía, como en las jirafas reales y virtuales.