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Madrid, 14 de enero de 2020




Las jirafas nos enseñan cómo evolucionó el cuello de los dinosaurios saurópodos

El movimiento del largo cuello de algunos dinosaurios saurópodos aumentaba con la edad, del mismo modo en que las jirafas. La recreación virtual de esqueletos de jirafas pueden enseñarnos como se movía un dinosaurio de hace más de 160 millones de años, según se desprende de una investigación internacional liderada por la UNED y que acaba de ser publicada en la revista PLOS One.


Foto Recreación del aspecto en vida de los individuos adulto y juvenil de Spinophorosaurus comparados con un ser humano. (Autor: Diego Cobo)




Los saurópodos son dinosaurios muy populares que se caracterizan por su enorme tamaño y por el desarrollo de larguísimos cuellos y colas que los hace inconfundibles. Las discusiones sobre la biología de los saurópodos son temas recurrentes en la literatura científica sobre dinosaurios, dado que no existen buenos ejemplos actuales para compararlos con la anatomía de estos gigantes mesozoicos

Probablemente, entre los animales terrestres actuales, los únicos con cuellos comparables a los de los saurópodos sean las actuales jirafas. Los cuellos de ambos desarrollaron algunas semejanzas a través de un proceso conocido como convergencia evolutiva.

Estas semejanzas hacen que el cuello de las jirafas sea un excelente modelo para intentar entender cómo funcionaba el cuello de los mayores organismos que han pisado la tierra. La posibilidad de que el parecido entre estos cuellos sea meramente superficial o, por el contrario, de que sean capaces de indicarnos algunas de las funciones del cuello de los saurópodos hace que su conocimiento sea enormemente interesante para un paleontólogo de dinosaurios.


Un equipo de investigación internacional liderado por los profesores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, Daniel Vidal, Adrián Páramo y Francisco Ortega junto con los investigadores Pedro Mocho del Instituto Dom Luiz de la Universidad de Lisboa y José Luis Sanz de la Universidad Autónoma de Madrid, han abordado esta cuestión en un estudio que acaba de ser publicado en la revista PLOS One .

A partir de la digitalización de los cuellos de ejemplares adultos y juveniles de jirafas y del dinosaurio saurópodo Spinophorosaurus nigerensis se modelaron las capacidades de movimiento en un entorno virtual en tres dimensiones. Spinophorosaurus es uno de los dinosaurios saurópodos primitivos más completos y mejor preservados que se conocen. Sus restos fueron excavados en sedimentos depositados hace más de 160 millones de años en el norte de Níger por investigadores del proyecto PALDES (Paleontología para el Desarrollo en Níger) en el año 2007. El dinosaurio se conoce a partir de tres esqueletos parciales, dos de los cuales se encuentran provisionalmente depositados para su estudio en el Museo Paleontológico de Elche (MUPE).

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Aspecto de un ejemplar adulto de Spinophorosaurus durante su excavación en 2007 en el norte de Níger en el contexto del proyecto PALDES.



Foto Comparación de los rangos de movimiento posibles de los cuellos virtuales de individuos adultos de jirafas y Spinophorosaurus.



El primer logro de la investigación fue comprobar que los cuellos virtuales generados en 3D eran capaces de reproducir el movimiento de los de las jirafas reales . Los cuellos virtuales pudieron reproducir las mismas posturas extremas que los de las jirafas vivas sin desarticular sus vértebras. Se sabe que los cuellos de las jirafas adultas tienen un mayor rango de movimiento que los de sus crías, debido a una serie de características que se modifican durante el crecimiento. Esto es debido a que las vértebras del cuello de las jirafas juveniles son más cortas que las de los adultos y están más separadas entre sí por el desarrollo de tejidos blandos. Sorprendentemente, a pesar de ser organismos evolutivamente muy separados y muy distantes en el tiempo, los cuellos de los individuos juvenil y adulto de Spinophorosaurus crecían de la misma manera que los de las jirafas: las vértebras se alargaban conforme crecía el animal y el espacio intervertebral disminuía.

Al comparar las capacidades de movimiento entre los modelos virtuales se puso de manifiesto que, como las jirafas, Spinophorosaurus podía situar su cuello perpendicular al suelo, plegarlo contra su cuerpo y que, como en estas, la flexión de cuello no era suficiente para que la cabeza alcanzase el suelo. Como hacen las jirafas, Spinophorosaurus debería hacer una flexión extrema de los brazos para poder beber agua. No solo eso, la movilidad del cuello de Spinophorosaurus aumentaba a medida que crecía, como en las jirafas reales y virtuales.


De esta forma, aunque no es posible conocer directamente cómo funcionaban los cuellos de los Spinophorosaurus, la semejanza anatómica con las jirafas y el uso de modelos virtuales permiten establecer que tenían capacidades funcionales semejantes. Así, se comprueba que estos dinosaurios habrían tenido la capacidad de alimentarse de vegetación con un rango de tamaño desde 40 cm hasta unos a 7 m de altura, que podrían volver su cuello para mirar hacia atrás o que su cabeza podría alcanzar su lomo para rascarse o reposar al dormir, como sucede en las jirafas actuales.


Reproducción a escala del esqueleto de individuos juveniles y adultos del dinosaurio saurópodo Spinophorosaurus comparados con el juvenil y adulto de una jirafa y de un ser humano.


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Sonia Cubillo

Edición web: Comunicación UNED

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