La Tierra es un planea en constante transformación. A lo largo de su historia geológica, la disposición de las áreas emergidas se ha ido modificando drásticamente. Hace unos seis millones de años, aunque una morfología y distribución de los continentes similar a la actual ya había sido adquirida, existían algunas diferencias, destacando aquellas en la región ocupada por el Mar Mediterráneo. Así, este mar se había desecado casi por completo, dejando al descubierto grandes extensiones cubiertas por depósitos salinos. Este fenómeno de evaporación masiva, generado por la ausencia de aporte de agua desde el Océano Atlántico debido a su pérdida de conexión temporal con el Mar Mediterráneo, es conocido como la Crisis de Salinidad del Messiniense. Aunque ese fenómeno resultó catastrófico para muchas especies animales, especialmente para muchas formas marinas, otras consiguieron sacar provecho a la nueva situación. Así, las pérdidas de barreras geográficas son habitualmente empleadas por muchas especies animales para alcanzar y distribuirse por nuevas áreas.
La Crisis de Salinidad del Messiniense permitió la conexión terrestre del norte de África con el suroeste de Europa, es decir, con la Península Ibérica. Esta unión posibilitó que varios grupos de mamíferos, tanto de gran tamaño como de pequeñas formas, alcanzaran y se establecieran en España, donde fueron exitosas y habitaron durante miles de años. De hecho, algunos de estos mamíferos, de origen africano, habían sido reconocidos en Murcia, en el área de El Puerto de la Cadena.