En julio de 2010 la UNED había estrenado una nueva tecnología, la red de salas AVIP, financiadas por Fondos Feder de la UE y que conectaban todas las sedes de la universidad. En una de ellas, en el campus de la Ciudad Universitaria de Madrid, se preparaba la conexión de tres continentes, Europa, América y Asia. El doctorando Fernando Reyes iba a leer su tesis sobre el "Análisis económico del sistema virtual de ecuación de la universidad veracruzana" ante los 5 principales expertos mundiales en este tema. Dos de ellos estaban allí mismo, en Madrid, otros dos en México DF, donde vivía el estudiante, y otra profesora en Bangkok.
Era todo un reto tecnológico que permitiría evaluar a Francisco en línea y en tiempo real, pese a las diferencias horarias y los miles de kilómetros de dispersión geográfica. Un reto que había levantado expectación y en el que los nervios del doctorando, por una vez, competían con los de su director de tesis, el profesor José Luis Calvo, que se había lanzado resueltamente a la innovadora experiencia, y eran casi superados por por los técnicos, los informáticos, y el equipo de gobierno en el área de tecnología.
Tras unos titubeos técnicos iniciales, todo salió bien. El doctorando Reyes superó con buena nota la defensa de su tesis y se convirtió en doctor; el profesor Calvo celebró su audacia tecnológica con el equipo de la Facultad de CC Económicas y Empresariales y la UNED comenzó una exitosa carrera de innovación intercontienental. Tras una década de trabajo y de volcarse en la apuesta clara por la metodología b-learnig, la UNED ofrece ahora, en medio de la crisis del coronavirus, la posibilidad de que sus doctorandos lean desde su casa, ante un tribunal que también está en sus casas, una tesis doctoral con todas las garantía académicas.