El estudio realizado por Toledano, Rubio y Gálvez, permite conocer mejor el comportamiento de estas monocapas, el porqué de su estructura en espiga, o sus diferentes inclinaciones y geometrías, en función de distintas condiciones de presión, concentración, tamaño de las moléculas o temperatura. “Según sean las características de la molécula anfifílica (tamaño y naturaleza de su cabeza o cola, por ejemplo), y las condiciones de presión y temperatura que tengamos, su empaquetamiento (el modo en que estas moléculas se distribuyen por la interfase acuosa) puede ser muy diferente, lo que da lugar a estructuras y propiedades distintas. Saber cómo es su estructura a nivel atómico en función de todos estos parámetros, no es algo sencillo de determinar experimentalmente. Nosotros hacemos una simulación de la monocapa por ordenador, utilizando métodos químico-cuánticos de alto nivel, precisamente con el fin de poder variar a nuestro antojo su ordenamiento y los diferentes parámetros que le pueden afectar y así entender por qué aparecen y cómo son las diferentes estructuras”, explica Óscar Gálvez.
El actual trabajo parte de uno anterior, una simulación con monocapas formadas por moléculas dispuestas sin ninguna inclinación con respecto a la superficie. En éste trabajo se va un poco más allá y se tienen en cuentan las fases y estructuras que presentan distintas inclinaciones. En el próximo, se abordará la investigación cambiando la composición de la cabeza, e investigando no sólo ácidos grasos, sino también alcoholes, aminas, ésteres, o cetonas. “Estos trabajos de simulación con métodos químico-cuánticos son muy necesarios para entender la naturaleza física y química de la formación y propiedades de estas monocapas tan versátiles” concluye el profesor Gálvez.