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Madrid, 24 de mayo de 2020




La incertidumbre del 78% de la población y el malestar psicológico del 46% han aumentado durante el confinamiento

La UNED ha participado en un proyecto de investigación sobre las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y del confinamiento en la población español. La incertidumbre del 78% de la población española y el malestar psicológico del 46% han aumentado durante el confinamiento, según un proyecto de investigación sobre las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y del confinamiento en la población española. En la investigación, liderada por la UPV/EHU, han participado la Universidad de Barcelona, la Universidad de Murcia, la Universidad Miguel Hernández, la Universidad de Granada y la UNED. La investigación ha contado con el apoyo del Ministerio de Universidades.

El confinamiento en el hogar constituye una situación sin precedentes recientes en nuestro país, y es previsible que tenga un importante impacto en el bienestar físico y psicológico de la población. La paralización de la actividad económica, el cierre de centros educativos y el confinamiento de toda la población durante semanas ha supuesto una situación extraordinaria y con múltiples estímulos generadores de estrés. La presente investigación responde a la necesidad de disponer de datos precisos acerca de los efectos que ha podido tener la situación de pandemia y confinamiento sobre el bienestar psicológico de la población. Tales datos se utilizan como referencia para proponer una serie de recomendaciones que permitan afrontar posibles problemas psicológicos tanto en la población general como en grupos de mayor vulnerabilidad.

El equipo de investigación de este proyecto lo constituyen Juana Gómez Benito, catedrática de Psicometría de la Universidad de Barcelona; Mª Dolores Hidalgo, catedrática de Psicometría de la Universidad de Murcia; José Pedro Espada, catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Miguel Hernández; José Luis Padilla, catedrático de Psicometría de la Universidad de Granada; Miguel Ángel Santed, profesor titular de Personalidad, Evaluación y Tratamiento psicológico de la UNED; Arantxa Gorostiaga, profesora titular de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UPV/EHU, y Nekane Balluerka, catedrática de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UPV/EHU.

La investigación incluye dos estudios y combina la metodología cualitativa y cuantitativa. Ha contado con la participación de un total de 6.829 personas de entre 18 y 92 años de todas las Comunidades Autónomas. En el primero de los estudios se han realizado entrevistas en profundidad a 40 personas, lo que ha permitido aportar información sobre el grado de afectación psicológica generado por el confinamiento y profundizar en las áreas de preocupación desde la voz propia de las personas entrevistadas. El análisis de las narraciones de las entrevistas ha permitido identificar las áreas temáticas de interés para ser abordadas en el estudio cuantitativo mediante encuesta. En el segundo estudio, se ha utilizado un cuestionario online, diseñado a partir del estudio anterior, para encuestar a una muestra representativa de 6.789 participantes, lo que ha permitido obtener conclusiones generalizables a la población española respecto a los efectos psicológicos de la pandemia y del confinamiento, tanto a nivel emocional y cognitivo, como a nivel conductual.


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El 46% de las personas encuestadas afirman que han experimentado un aumento en su malestar psicológico general, porcentaje que ha sido mayor en el caso de las personas afectadas por COVID-19, las mujeres y las personas más jóvenes.

A su vez, destacan también las sensaciones de irrealidad entre la población que ha participado en la investigación. El 38% de hombres y el 48% de mujeres informaron de un aumento de esta sensación, de los cuales, el 8% y el 15%, respectivamente, lo calificaron como “mucho incremento”.

Si se atiende a indicadores de ansiedad/miedo, destaca el porcentaje de personas en las que se ha incrementado la incertidumbre (78%), mayor entre aquellas que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19 y entre las que han perdido su empleo temporal o definitivamente; la mayor preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave (COVID-19 u otras), que se acentúa notablemente entre las personas mayores de 60 años (76%); y el aumento del miedo a perder a los seres queridos, especialmente entre las personas afectadas por COVID-19 (83%).

Asimismo, es destacable el incremento de los sentimientos depresivos, pesimistas o de desesperanza, que se ha producido en el 43% de la población. Esta tendencia es mayor en las personas que han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19, en las que están pasando el confinamiento solas, en mujeres, en aquellas que han perdido su trabajo y en los grupos de menor edad.

Un 44% de los participantes ha señalado que ha disminuido su optimismo y confianza. Las personas que han visto empeorada su situación laboral, las que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19, y las mujeres, son los grupos en los que este porcentaje ha sido mayor. Los sentimientos de vitalidad y energía han empeorado, ya que un 49% manifiesta que han disminuido. De nuevo, este efecto es mayor en mujeres, en grupos más jóvenes, en personas afectadas por COVID-19, con peor situación laboral y en zonas con mayor incidencia de la pandemia.

En general, se ha observado un aumento de los sentimientos de irritabilidad y enfado (47%) y de los cambios de humor (45%), siendo este aumento mayor en los grupos de menor edad, en las mujeres y en quienes han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19.

Con respecto a los cambios conductuales, los resultados más destacables son los siguientes: más del 40% de las personas participantes señaló que ha incrementado el consumo de alimentos de alto contenido calórico, mientras que el 46% redujo la práctica de ejercicio físico, siendo esta reducción más notable a medida que crece la edad. También resulta destacable el gran porcentaje de personas que ha utilizado en mayor medida las redes sociales (superior al 70%), el de personas que dedica más tiempo a ver la televisión (67%), y el mayor uso de videojuegos, especialmente entre los más jóvenes (llegando a un 64%).

A partir de los resultados de la investigación, se realizan una serie de recomendaciones generales para la situación de confinamiento y para la prevención de problemas psicológicos, así como recomendaciones específicas para grupos de mayor vulnerabilidad y para profesionales de salud mental y atención primaria.

Más información
Informe de investigación: Las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y el confinamiento.


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