|
|
La incertidumbre del 78% de la población y el malestar psicológico del 46% han aumentado durante el confinamientoLa UNED ha participado en un proyecto de investigación sobre las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y del confinamiento en la población español. La incertidumbre del 78% de la población española y el malestar psicológico del 46% han aumentado durante el confinamiento, según un proyecto de investigación sobre las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y del confinamiento en la población española. En la investigación, liderada por la UPV/EHU, han participado la Universidad de Barcelona, la Universidad de Murcia, la Universidad Miguel Hernández, la Universidad de Granada y la UNED. La investigación ha contado con el apoyo del Ministerio de Universidades. | ||
|
|
El 46% de las personas encuestadas afirman que han experimentado un aumento en su malestar psicológico general, porcentaje que ha sido mayor en el caso de las personas afectadas por COVID-19, las mujeres y las personas más jóvenes. A su vez, destacan también las sensaciones de irrealidad entre la población que ha participado en la investigación. El 38% de hombres y el 48% de mujeres informaron de un aumento de esta sensación, de los cuales, el 8% y el 15%, respectivamente, lo calificaron como “mucho incremento”. Si se atiende a indicadores de ansiedad/miedo, destaca el porcentaje de personas en las que se ha incrementado la incertidumbre (78%), mayor entre aquellas que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19 y entre las que han perdido su empleo temporal o definitivamente; la mayor preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave (COVID-19 u otras), que se acentúa notablemente entre las personas mayores de 60 años (76%); y el aumento del miedo a perder a los seres queridos, especialmente entre las personas afectadas por COVID-19 (83%). Asimismo, es destacable el incremento de los sentimientos depresivos, pesimistas o de desesperanza, que se ha producido en el 43% de la población. Esta tendencia es mayor en las personas que han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19, en las que están pasando el confinamiento solas, en mujeres, en aquellas que han perdido su trabajo y en los grupos de menor edad. Un 44% de los participantes ha señalado que ha disminuido su optimismo y confianza. Las personas que han visto empeorada su situación laboral, las que han tenido sintomatología o diagnóstico de COVID-19, y las mujeres, son los grupos en los que este porcentaje ha sido mayor. Los sentimientos de vitalidad y energía han empeorado, ya que un 49% manifiesta que han disminuido. De nuevo, este efecto es mayor en mujeres, en grupos más jóvenes, en personas afectadas por COVID-19, con peor situación laboral y en zonas con mayor incidencia de la pandemia. En general, se ha observado un aumento de los sentimientos de irritabilidad y enfado (47%) y de los cambios de humor (45%), siendo este aumento mayor en los grupos de menor edad, en las mujeres y en quienes han tenido síntomas o diagnóstico de COVID-19. Con respecto a los cambios conductuales, los resultados más destacables son los siguientes: más del 40% de las personas participantes señaló que ha incrementado el consumo de alimentos de alto contenido calórico, mientras que el 46% redujo la práctica de ejercicio físico, siendo esta reducción más notable a medida que crece la edad. También resulta destacable el gran porcentaje de personas que ha utilizado en mayor medida las redes sociales (superior al 70%), el de personas que dedica más tiempo a ver la televisión (67%), y el mayor uso de videojuegos, especialmente entre los más jóvenes (llegando a un 64%). A partir de los resultados de la investigación, se realizan una serie de recomendaciones generales para la situación de confinamiento y para la prevención de problemas psicológicos, así como recomendaciones específicas para grupos de mayor vulnerabilidad y para profesionales de salud mental y atención primaria.
Más información
| ||
|
|