La ética militar, como base de investigación de una tesis doctoral, es una materia novedosa que se aborda en el trabajo del general Moliner por primera vez en el programa de doctorado en Seguridad Internacional del IUGM pero apenas estudiado en el conjunto de las universidades españolas. En este caso, se trata de las condiciones y justificación que ha de tener el uso de la fuerza y de las armas en un conflicto bélico. Los militares son los profesionales que tienen delegada la utilización de la violencia para ejercerla produciendo destrucción y muerte, además de exponer sus propias vidas y las de sus equipos.
Por ello es imprescindible su convicción moral de que su intervención es justa, legal, legítima y ética. “Como profesional que tiene en las armas su instrumento esencial, que puede ser llamado a combatir por el gobierno legítimo de un sistema democrático, el militar que participa en una guerra es el principal agente responsable y ello le exige una convicción moral que no puede delegar en otras autoridades políticas o líderes sociales. Estas son las razones que justifican que el combatiente indague y analice los principios éticos del conflicto bélico”, revela la tesis.
La hipótesis de trabajo del general, ya doctor, Moliner sitúa la ética militar en el núcleo de la toma de decisiones, al determinar los criterios y condiciones, las imposiciones y limitaciones que hacen que la guerra, con la violencia como componente esencial y el uso de armes letales, sea legítima desde su inicio, a lo largo de todo el tiempo y con toda la intensidad requerida en su desarrollo y de las consecuencias que deriven de ella. La presenta como herramienta “imprescindible para la reflexión y evaluación, para conocer y aplicar los criterios a que debe responder ese ejercicio de la fuerza legal”.