La líder del proyecto, González de Oleaga, es hija y nieta de republicanos asturianos que se vieron obligados a exiliarse en Argentina tras la Guerra Civil y decidieron volver a España durante la Transición. “Ellos volvían a casa, pero yo iba hacia un nuevo país, desconocido. Tenía 15 años, mis clases, mis amigos, una incipiente militancia política que me apasionaba y un novio al que adoraba. Para nosotras, las autoras, aquello era una ruptura forzada, el abandono radical de nuestra infancia y adolescencia y la precipitación hacia una memoria traumática”
No existían en aquellos momentos redes sociales o conexión a Internet que acercaran a los ausentes. “La única forma de comunicación con quienes quedaban allí, la única manera de saber si estaban bien, si te recordaban, eran las cartas. Una carta cartada tardaba 15 días en llegar de Argentina a España, y había que esperar otros tantos para la vuelta. En total, un mes. Y contando siempre con la censura, con que tenías que tener cuidado con lo que decías, no podías abrir tu corazón o explicar determinados asuntos reales, porque la correspondencia podía ser violada, las crtas abierta por la policía o los colaboradores del régimen. Podía no llegar a destino o crear problemas a quienes la recibían. Así se iban abriendo los abismos del olvido”.
El legado traumático del exilio
El audiolibro “Transterradas” se concibió, se gestó y se materializó durante la pandemia. El éxito de su versión convencional, en papel, conminó a las autoras a general el audio. Era difícil, por trabajar bajo las duras condiciones de aislamiento de la pandemia sanitaria de la COVID-19, “pero estábamos seguras de que no es lo mismo leer que oír y encontramos tal receptividad en el equipo de CEMAV de la UNED que todo resultó más fácil de lo que imaginábamos”.