Mucho camino por recorrer
A continuación, Laura Alba-Juez, vicerrectora de Internalización de la UNED, ha subrayado en su intervención: “Las mujeres no solo somos capaces de ser líderes y de desempeñar cualquier papel y profesión, sino que además tenemos esa capacidad de conciliación que nos ha hecho tradicionalmente también ejercer el papel de cuidadoras (de nuestros mayores, nuestros niños, nuestros congéneres en general) y realizar todo el trabajo emocional de la sociedad. Esto implica un desarrollo más agudo de la llamada inteligencia emocional, que tan necesaria es para la convivencia, y que en el siglo XXI se ha llegado a considerar como una de las principales habilidades necesarias para conseguir un puesto de liderazgo dentro del ámbito empresarial e institucional. En eso, creo yo, las mujeres llevamos ventaja, y verdaderamente, el que se haya llegado a la conclusión de que la inteligencia emocional es una habilidad necesaria y muy valorada para ocupar puestos de liderazgo”.
“En cuestiones emocionales, creo yo, las mujeres llevamos cierta ventaja, y verdaderamente, creo que el hecho de que se haya llegado a la conclusión de que la inteligencia emocional es una habilidad necesaria y muy valorada para ocupar puestos de liderazgo es un logro en el que las mujeres hemos tenido mucho que ver, sin por supuesto deshonrar a los muchos hombres que también investigan sobre el tema y ponen este tipo de inteligencia en funcionamiento”.
La vicerrectora de Internacionalización ha recordado que, dentro del ámbito, en 1849, “una mujer valiente llamada Concepción Arenal se tuvo que disfrazar de hombre para estudiar Derecho en la Universidad de Madrid. Afortunadamente esto ha dejado de ocurrir, gracias a la lucha y la entrega de muchas mujeres y muchos hombres que las acompañaron y apoyaron, porque el hecho de reclamar los derechos de las mujeres, no implica un enfrentamiento con el hombre, sino un andar juntos y en sintonía”. A pesar de ello, por supuesto, “todavía queda mucho camino por recorrer, ha asegurado. “Existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres en el mundo acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género, entre otras desigualdades. Sin ir más lejos, en el ámbito universitario, solo tenemos un 20% de catedráticas, con una mayoría abrumadora de hombres en este estamento, que es el más alto de la carrera académica”.