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Madrid, 18 de mayo de 2021




“La primera gran pandemia del tercer milenio”, un ensayo de Rosa Peñasco

Rosa Peñasco Velasco acaba de publicar su decimoquinto libro, “ La primera gran pandemia del tercer milenio”, un estudio multidisciplinar, histórico, jurídico, sociológico y periodístico que relata lo ocurrido en aquellos primeros meses en los que el estallido de la covid-19 cambiaría el mundo. Profesora Servicios Sociales y Fundamentos Históricos Jurídicos de la Facultad de Derecho, es autora de ensayos, novelas, obras eróticas y otras que destilan fino sentido del humor, y algún guión de cine y cortometrajes, como “ La copla sabe de leyes”, que analizaba las letras pasionales de la copla relacionándolas con el derecho penal; “ Mi madre-niña”, que trata del alzhéimer; o “ El testamento ológrafo otorgado por personas que escriben con la boca o con el pie”, una revisión a la historia del derecho. Ella misma cuenta qué cuenta en el libro recién publicado y, también, cómo combina la arquitectura docente, investigadora y creativa en su día a día y en la UNED.


“Solo fueron dos meses, pero aquellos dos meses del año 2020 cambiaron el mundo. Súbitamente, todos los escenarios posibles se transformaron por la irrupción de una grave pandemia: sistemas sanitarios de muchos países que colapsaron por el tsunami que supuso la irrupción del coronavirus y por las no pocas veces improvisada gestión política de una situación sin precedentes que también cambiaba por segundos, imposibilidad de conocer lo ocurrido por la infinidad de fake news de uno y otro signo que aparecían a diario, ausencia de material sanitario y de test que facilitaran el distingo entre personas asintomáticas, contagiadas, inmunizadas y libres de virus que permitiera la adecuada gestión de la movilidad de la población con ausencia de riesgos, extinción de muchos de nuestros mayores en residencias de ancianos que fueron escenarios especialmente afectados por el virus, trabajo incansable y sin la protección adecuada de un personal sanitario y geriatra que, en una proporción escalofriante, también llegó a perder la vida en la lucha contra la Covid19, así como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, profesionales del transporte, reposición y de otros sectores que también enfermaron y fallecieron en el ejercicio de su trabajo...

“Para superar aquellos traumas seguramente querremos olvidar, pero estas líneas recordarán para siempre la sobrecarga de todo y de todos, la utilización de pabellones feriales para la construcción en tiempo récord de hospitales especializados o –y por muy difícil que nos resulte creerlo- hasta la habilitación de centros de ocio como morgues improvisadas. También servirán para recordar las mentiras, las luchas políticas y el terror de una población que vivió un perenne miedo al contagio y a los sucesivos rebrotes del virus, con sus nuevos decesos y confinamientos, directamente proporcionales a la ausencia de movimiento económico, crisis en todos los sectores, ruina, desempleo y un extraño equilibrio entre ERTES y ERES.

Nuestras vidas cambiaron radicalmente, en base a una nueva normalidad difícil de digerir porque las consecuencias de la Covid19 fueron de todo menos normales, sobre todo debido a la terrible crisis económica surgida de la pandemia y a la crisis sanitaria y social que se derivó de todo aquello, con los recursos bajo cero, profesionales fallecidos, enfermos y exhaustos, infinidad de personas con secuelas físicas y también miles de ciudadanos de a pie que necesitaron ayuda psicológica como consecuencia de la Covid19.

Fue La primera gran pandemia del tercer milenio. Ocurrió de verdad y las páginas de este ensayo siempre podrán ayudar a no repetir los mismos errores, si en cierta manera sirven para recordar aquel bisiesto inolvidable…”


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La autora en los jardines de la UNED en la Ciudad Universitaria de Madrid


El arte de combinar literatura, ensayo, investigación y docencia

“Compaginar mi trabajo como profesora y como escritora no siempre es fácil, ya que el día, en vez de 24, tendría que tener mucha más horas… Pero no puedo evitarlo porque soy muy curiosa y como me apasione un tema (estoy convencida de que como afirma la neurociencia moderna sin pasión no hay aprendizaje) es muy probable que no pueda evitar terminar escribiendo artículos o un ensayo científico.

“Sin embargo la creatividad, aunque me quita la vida porque soy muy compulsiva a la hora de crear y me cuesta tocar tierra cuando escribo, también me la da en los demás sentidos, porque es esencial para mí: es mi equilibrio, mi desahogo, mi conexión con la espiritualidad, con otras formas de ver el mundo y la vida y la mejor manera que he encontrado de aprender, sanar, recolocar, profundizar y bucear por el alma humana, ya que el hecho de escribir en sí, hace brotar heridas y a la vez las cauteriza: ¡magia total!

“Ahora estoy fascinada porque junto a la escritura, he aprendido a hacer videos (y me costó por eso de que pillé la extensa Edad Media en plena Era de Acuario), pero me parece un medio muy inmediato y claro para promocionar mis libros u otros trabajos creativos y también poder expresar conceptos muy complejos, por ejemplo de carácter espiritual. Y ahí está mi modestísimo e ínfimo canal youtube, una web que casi no atiendo por falta de tiempo o Instagram con el nombre rosa.palabrarista porque, lo siento, los inmediatos y breves juegos de palabras son mi pasión y se me ocurrió el vocablo Palabrarista para poder describir la acción de hacer malabares de palabras.

“Quizás por esta doble actividad científica y artística que me apasiona de igual manera llevo toda la vida intentando integrar Ciencia y Arte. De hecho, siempre me ha parecido terrible que la ciencia y el arte parecieran comportamientos estancos enfrentados entre sí, como, por poner un ejemplo, veo que ocurre a veces con los dos hemisferios del cerebro: racional o intuitivo, metódico o creativo: ¿y por qué elegir? ¿No es un desperdicio centrarnos en uno, en vez de sentir la riqueza de desarrollar los dos?

“Creo que la dualidad y el fanatismo de enfrentar todo y a todos, es parte de este mundo gris que vivimos, en donde, por ejemplo en la Universidad, a veces los egos del especialismo pesan más que la grandeza de la creatividad, la transferencia, la multidisciplinaridad y la sinergia.


“Por eso, dentro del ámbito universitario, he dirigido Redes de Innovación docente sobre Arteterapia, igual que este verano se celebrará un curso, titulado La Ciencia en el Arte y en Arte en la Ciencia o que se encuentre en prensa una monografía colectiva, titulada UniversalizARTE, el arte en la Universidad como medio terapéutico y docente.

“Y como no estoy en absoluto de acuerdo con esta dualidad que me resulta incluso un poco troglodita, casi todos mis libros y de forma directa o indirecta, buscan o destilan integración. Desde el primero publicado que fue La copla sabe de leyes que unía las pasionales letras de las coplas con la frialdad de las leyes: ¡pero con su particular lenguaje ambas realidades contaban lo mismo! También Mi madre-niña, en donde a un tema tan complejo como el alzhéimer, se le unía el estudio de terapias complementarias, así como del amor y otras emociones positivas para aprender a vivirlo mejor. O con El testamento ológrafo otorgado por personas que escriben con la boca o con el pie, en el que gracias a los pintores de la Asociación de Pintores con la Boca o con el Pie, algunos juristas jurásicos tuvieron que aceptar, irremediablemente, que el ológrafo o testamento de puño y letra, en realidad también puede ser de boca-letra o de letra-pie.

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“Fíjate que la integración también se aprecia en mi libro de poesía mística del siglo XXI, dedicado a Santa Teresa y InTeresa, siete moradas, siete chacras y energía kundalini en Teresa de Jesús, ya que estudiando y venerando a una figura intemporal y tan grandiosa como la de Teresa de Jesús, intenté unir Oriente y Occidente con la analogía de las siete moradas teresianas y los siete chacras del budismo o el éxtasis de la Santa con el despertar kundalini del otro lado del mundo, quizás queriendo reivindicar, desde la riqueza espiritual de una mujer “de armas y almas tomar” que la Mística, como Absoluto travieso, no entiende de fronteras ni regionalismos.

“Y ahora, el que creo que es mi libro 15 (he perdido la cuenta, la verdad), La primera gran pandemia del tercer milenio, es un estudio multidisciplinar: histórico, jurídico, sociológico y hasta periodístico, de lo que ocurrió durante dos meses de 2020 que cambiaron el mundo”.

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Aida Fernández Vázquez

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