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Tiberio Feliz, director de UNIDIS: “Nuestra misión es la de un terrón de azúcar: se disuelve y endulza el agua sin necesidad de hacerse notar”Según la Guía de Atención a la Discapacidad de Fundación Universia 2019, el número de estudiantes con discapacidad matriculados en las universidades españolas durante el curso académico 2018-2019 fue de 22.897, de los que la UNED aporta el 36,46% manteniendo una clara posición de liderazgo. Las principales cifras del curso académico 2019-2020 así lo reflejan. En este curso se han matriculado 7.947 estudiantes con una condición declarada de discapacidad. En el conjunto de planes de estudio de la UNED, exceptuando la formación continua, se han registrado un total de 8.687 matrículas de estudiantes con discapacidad. Además, se han recibido 1.643 solicitudes de adaptación en UNIDIS, las cuales han sido concedidas a 1.187 estudiantes. Hoy se conmemora el Mes Europeo de la Diversidad en España con un evento organizado por la Fundación Diversidad y la Representación en España de la Comisión Europea. Así pues, hoy es un buen día para subrayar la labor del Centro de Atención a Universitarios con Discapacidad (UNIDIS). Su director, Tiberio Feliz, explica los objetivos de UNIDIS y cómo afronta la UNED este reto. | ||
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¿Cuál es la misión de UNIDIS, y cómo ha ido cambiando su trabajo desde su creación? UNIDIS tiene como objetivo general asegurar la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad y/o necesidades educativas específicas en la UNED. Aunque centramos nuestra tarea en los estudiantes con una atención especializada que les permita participar y desarrollarse en nuestra universidad, también actuamos hacia la comunidad universitaria en todos sus niveles y estamentos para informar, sensibilizar y formar, contribuyendo así a la creación de una cultura de la inclusión en la que el servicio sea cada vez menos necesario y en la que cada cual, esté donde esté, desempeñe su labor de manera positiva, incluyente y promotora de cada persona. Compararía nuestra misión con la del azúcar: se disuelve y endulza el agua sin necesidad de hacerse notar. Desde nuestra creación a través de un convenio con la Fundación MAPFRE en el año 2007, la comunidad con discapacidad de la UNED ha crecido sin cesar. Hemos duplicado el número de estudiantes con discapacidad, hemos institucionalizado los procesos, hemos afinado los procedimientos, hemos ampliado nuestras estrategias, hemos socializado la atención a la discapacidad, la comunidad universitaria nos ha asumido como parte de sí misma y hemos naturalizado muchas tareas en el día a día de los equipos docentes. A pesar de los numerosos retos que nos plantea la evolución de nuestro entorno, entre ellos, la madurez de la comunidad con discapacidad cada vez más exigente, y los ambientes formativos cada vez más tecnificados, nuestra universidad se ha transformado. ¿Qué le gustaría que cambiara en el mundo universitario para que hubiera mayores tasas de diversidad? Nuestra realidad universitaria ya es de por sí muy diversa. Lo que necesitamos es trabajar mejor para respetarla y mimarla. La Educación a Distancia tiene una tradición marcada de estandarizaciones: enseñar a muchas personas se ha entendido demasiadas veces como enseñar lo mismo a todas ellas. Pero sabemos que no es necesario. Debemos seguir profundizando en las perspectivas abiertas con la creación del Espacio Europeo de Educación Superior. En la medida que profundizamos en el aprendizaje autónomo, en la participación activa de toda la comunidad, en el diseño universal y en la dotación de tecnología adaptativa, favorecemos el respeto por la diversidad y que cada persona se desarrolle según su idiosincrasia. | ||
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Si tuviera que hacer una radiografía del estado de la Diversidad en la UNED, ¿cuáles serían, en su opinión, los pilares fundamentales? Correré el riesgo de desvelar lo que esperamos de los próximos episodios de la serie. Creo que de forma inminente precisamos plantearnos culminar tres puertos (y ya estamos en ello). En primer lugar, garantizar el diseño universal en todas las dimensiones, pero especialmente en la accesibilidad tecnológica que plantea una realidad muy dinámica y escurridiza. En segundo lugar, fortalecer el marco institucional para que la inclusión se ponga en marcha adecuadamente en cada extremo de nuestra actividad. Y finalmente, reforzar los recursos con los que contamos. En 2007, teníamos 4.283 estudiantes con discapacidad; actualmente tenemos el doble y seguimos creciendo. Se requieren más medios para poder darles las respuestas apropiadas. | ||
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