Madrid, 2 de junio de 2021

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En su laudatio, José Manuel Maíllo, padrino del nuevo Honoris destacaría que “es para mí un honor presentar al profesor Vandermeersch, el primer candidato a doctor honoris causa propuesto por mi Facultad en más de tres lustros. Su trabajo supuso un hito en el cambio de paradigma de nuestro pensamiento sobre los Neandertales y los primeros Humanos Modernos, tanto en Europa, como en Próximo Oriente”, ha explicado el prehistoriador, que coincidió con él por primera vez con el maestro en las excavaciones de la cueva del Castillo en Cantabria. Se pusieron a excavar y, “al poco tiempo, el profesor Vandermeersch anunciaba que había descubierto la falange de un neandertal. Como se pueden imaginar, ese día la excavación se convirtió en una fiesta. Mientras celebrábamos el hallazgo, el profesor nos miraba atónito y cuando la algarabía cesó, dijo: ¿Qué ocurre? Es solo una falange ¿Porqué ante tanta alegría tan sobria reacción?, se preguntarán.

“Uno de los hitos de su carrera científica se produjo en la cueva de Qafzeh cerca de Nazaret, donde descubrió un total de 27 individuos, fósiles humanos de morfología moderna, de los cuales 8 estaban en sepulturas. Poco después, en la cercana cueva de Kebara descubrió una sepultura de neandertal que mostraba claramente un tratamiento post-morten del cuerpo, puesto que los neandertales re-excavaron la tumba para llevarse el cráneo. Ya en el Occidente, su hallazgo fue un el esqueleto de un neandertal, en el yacimiento francés de Saint Césaire. Quizás, ahora puedan entender que alguien como el profesor Vandermeersch, con todo este bagaje científico plagado de descubrimientos absolutamente icónicos y sus numerosos hallazgos de restos humanos, muchos de ellos ritualizados, reaccionara de manera tan sobria ante el descubrimiento de una solitaria falange neandertal, y quedara estupefacto ante la algarabía de un grupo de jóvenes doctorandos”

En su discurso de aceptación, Vandermeersch declaró sentirse conmovido por “el hecho de que este diploma me lo otorgue una gran Universidad española, la UNED, ya que, para mí, España se ha convertido en una segunda patria. La búsqueda e investigación de los hombres más antiguos de morfología moderna; y, por otro lado, el suroeste de Francia y los neandertales. He tenido mucha suerte porque cuando se empieza la excavación de un yacimiento, nunca estás seguro de lo que vas a encontrar, y yo tuve una suerte inmensa, tanto que me sentí abrumado. Demostramos que los hombres de Qafzeh tenían 95.000 ± 5.000 años de antigüedad. Ahora, tal edad ya no sorprende a nadie y la antigüedad del hombre moderno está confirmada, pero en ese momento, por primera vez se demostró que estos hombres eran mucho más viejos de lo que se creía y que eran contemporáneos de los Neandertales. Todos estos resultados se han logrado a través de programas y trabajo en equipos multidisciplinares. Quisiera agradecer a todos aquellos, prehistoriadores, geólogos, arqueozoólogos, antropólogos, que han participado en esta gran aventura científica”

La lengua, las lenguas

Laura Alba-Juez, vicerrectora de Internacionalización de la UNED, madrina de John Lachlan Mackenzie, ha señalado “la eminencia de su trayectoria como académico e investigador y su capacidad ciclópea de trabajo, así como su generosidad para compartir el conocimiento. Es uno de los padres de la Gramática Discursivo-Funcional. Su labor de investigación es rigurosa e inmensa en la creación de una teoría lingüística completa seguida y trabajada por muchos otros académicos en distintas universidades de nuestro planeta; y también en la gran y honrosa tarea de formación de profesores e investigadores. Su modelo gramatical está plasmado en la publicación de Oxford University Press (Functional Discourse Grammar) de 2008, que constituye un hito en el panorama de la investigación lingüística mundial.”

Alba-Juez ha explicado que mucha de la amplia producción académica del nuevo Honoris Causa es fruto de años de colaboración con la UNED y ha utilizado el nombre de pila del nuevo doctor Honoris Causa, LANCHLAN, para describir “su calidad humana con adjetivos como leal, afable, culto, capaz, cosmopolita, honesto, humilde, luminoso, amable, nórdico y notable”. Concluía su laduatio con una cita a Benjamin Franklin que propugnaba “ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía; para con los inferiores, una prueba de nobleza”.

Tras un saludo en castellano, John Lachlan Mackenzie se preguntaba, ya en inglés, “¿Porqué hablan los hablantes?, ¿porqué rompen su silencio. Seguramente porque tienen algo que decir. El habla se divide en unidades de entonación cuya característica más sobresaliente es su brevedad: las que aportan contenido al discurso, lo que él llama las unidades sustantivas, tienen una longitud modal de cuatro palabras.

“Considero al usuario del lenguaje como un estratega por su capacidad de desplegar recursos lingüísticos para hacerse entender, en las transcripciones de conversaciones reales se observa que la situación es más caótica de lo que parece y los malentendidos, abundantes. Lo que sucede es que los interlocutores cooperan para lograr que el resultado de la conversación sea mutuamente satisfactorio. Sin embargo, al escribir, el usuario del lenguaje tiene tiempo para pensar, para reflexionar sobre la mejor manera de impactar al lector, que necesariamente es distante y desconocido. Esto abre vías para valorizar la comprensión técnica de la lingüística y la pragmática de la comunicación en forma de consejos para escritores novatos. Por ello ya que el lenguaje es un instrumento y animo a cuidarlo como un objeto delicado, como un instrumento musical que si se maneja con cuidado y habilidad puede cambiar el mundo para mejor. Pero si se explota con fines nefastos, por ejemplo para difundir noticias falsas, puede socavar los elementos comununes de los que todos dependemos”.

Exitos compartidos, enemigos comunes

Tanto el secretario de Universidades, José Manuel Pingarrón Carrazón, como el rector Ricardo Mairal han ofrecido parte de sus discursos en castellano y parte en inglés en deferencia a los nuevos Honoris Causa. Pingarrón incidió en “el éxito que supone para esta universidad es contar con profesores de tan amplia repercusión internacional, y, ya que la UNED está adscrita al Ministerio, el éxito de la UNED es el éxito del Ministerio, lo que es bueno para la UNED, lo es también para el Ministerio. Y así lo celebramos”. El secretario de Universidades destacaba también que el acto de investidura es muestra “del grado de internacionalización que rige en la UNED y de las inmejorables relaciones con la Academia en el ámbito europeo y en todo el mundo. Los curricula de los dos nuevos doctores que se incorporan hoy a esta universidad son muestra de excelencia, esfuerzo y coherencia académcia”.

El rector, por su parte, indicaba que “hoy hemos investido como doctores honoris causa por nuestra universidad a dos grandes figuras de la Historia y la Filología, del Arte y de la Ciencia. Uno, el profesor Bernard Vandermeersch, destacado paleontólogo quien ha estado involucrado en algunos de los descubrimientos arqueológicos y fósiles humanos de mayor relevancia en las últimas décadas. Otro, el profesor Lachlan Mackenzie, quien es un relevante exponente de la lingüística funcional, padre cofundador de un modelo propio de análisis del lenguaje, conocido como Gramática Funcional Discursiva, cuyas aportaciones en los ámbitos de las dimensiones pragmática y discursiva del lenguaje, son universalmente reconocidas. Las biografías profesionales de los dos son tan dignas de admiración y encomio que nos sentimos muy orgullosos, a la par que muy honrados, de reconocer formalmente su prestigio y darles la más encarecida bienvenida al Claustro de doctores honoris causa de la UNED, agradeciendo que hayan aceptado este nombramiento”.

En su discurso de bienvenida a los nuevos doctores Honoris Causa, Mairal Usón citó otro discurso de aceptación, pleno de actualidad. “Recuerdo en esta misma ceremonia, hace un año al doctor Darío Villanueva, quien en su lección de ingreso a nuestro Claustro, reflexionaba sobre las novelas fundadoras de la distopía basada en la postverdad; o sea, la mentira cuidadosamente elaborada y difundida, al servicio de un pensamiento único y un estado totalitario. Entonces se refería a la novela de Aldous Huxley, donde la verdad es sentida como amenaza y la ciencia es considerada un peligro público en su «mundo feliz», y ponía de manifiesto su preocupación sobre el rumbo que pueden tomar nuestras sociedades si los laboratorios hacedores de fake-news continúan su estrategia. Así, el profesor Villanueva sostenía la convicción, que hago mía, de que el mejor antídoto es la ciencia y el conocimiento que de ella se deriva pues nuestro objetivo, como investigadores, es cultivar la perspicacia ilustrada frente a la información indiscriminada y acrítica”.