Se llama NAO y es “un robot humanoide del tamaño de un juguete y con aspecto agradable”, cuenta el profesor Félix de la Paz, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la UNED. Resulta tan llamativo para un niño que, a través de la interacción directa entre ambos, se pueden observar los indicadores tempranos del autismo. “El atractivo que NAO tiene para los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) ha quedado mostrado en diferentes estudios, donde la integración de un robot NAO en los programas de intervención psicoeducativa se asocia con mejoras en la comunicación, la atención y la interacción social”, explica De la Paz.
Una investigación multidisciplinar en la que participan los departamentos de Metodología de las Ciencias del Comportamiento (Psicología) e Inteligencia Artificial (Informática) de la UNED ha explorado las posibilidades de este robot para plantear un método de detección precoz de los TEA. “Este trabajo surge desde la perspectiva de la Inteligencia Artificial y de los beneficios que ha mostrado la interacción robot-humanoide”, indica el profesor que interviene en el proyecto junto a Pilar Pozo Cabanillas, profesora titular de la Facultad de Psicología; Encarnación Sarriá, catedrática de la Facultad de Psicología y Rafael Martínez-Tomás, catedrático de la Escuela de Informática. El trabajo es el resultado del trabajo final de Rubén Romero García, egresado del Master en Investigación en Inteligencia Artificial de la UNED.