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Madrid, 28 de junio de 2021




La educación gratuita universal de 0 a 3 años, una inversión rentable para el Estado

Una investigación de la UNED calcula entre 5.400 millones y 7.500 millones de euros el coste de implantar un sistema universal de educación de 0 a 3 años de alta calidad, lo que supondría un aumento del gasto actual de entre 2.900 y 4.900 millones de euros, teniendo en cuenta los permisos parentales igualitarios y las jornadas laborales semanales de 40 horas. Los beneficios ascenderían a 3.900 millones de euros generados en su mayoría de la creación directa de empleo. Además, de un aumento en la equidad y la igualdad de oportunidades.



La profesora de la UNED Cristina Castellanos Serrano, profesora del Departamento de Economía Aplicada de la UNED y la economista Ana Carolina Perondi firman un estudio de viabilidad económica para proponer una reforma del sistema de educación de 0 a 3 años en España. El objetivo es convertirlo en un sistema de cobertura universal de alta calidad que genere un impacto socio-económico positivo.


“Este estudio de viabilidad se realiza a iniciativa del Instituto de Estudios Fiscales”, cuenta Cristina Castellanos. “Se ponen en contacto conmigo porque llevaba años estudiando la viabilidad económica, social y legal de reformar el sistema de permisos parentales. María Pazos dirigía entonces la línea de investigación de Políticas Públicas e Igualdad de Género en el Instituto de Estudios Fiscales, dependiente del Ministerio de Hacienda, y propuso conocer la viabilidad de un sistema económico en el que los servicios de Educación Infantil, por una parte, y de atención y cuidado de las personas dependientes, por otro, fueran universales”.


“Se quería analizar -continua Castellanos- cuánto costaría y que beneficios económicos supondría crear un sistema público de cuidados que permitiera que realmente todas las personas tuvieran acceso a servicios de calidad, de forma similar a lo que ocurre, por ejemplo, con los servicios sanitarios. A partir de ahí, seguimos estudiando e investigando, viendo las sinergias entre las distintas políticas clave para crear un sistema donde los cuidados estén cubiertos y la igualdad de género sea posible”.

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En el estudio, las autoras estiman que los beneficios directos de la puesta en marcha del nuevo sistema de educación infantil de 0 a 3 años ascenderían a unos 3.900 millones de euros, provenientes de la generación directa de empleo y la mayor disponibilidad de recursos de los hogares, que podrían usarse en otros sectores de la economía.


Por otra parte, los beneficios indirectos provenientes de la mayor participación de las mujeres en el mercado de trabajo se calculan entre los 1.800 y 6.200 millones de euros, por lo que los beneficios económicos totales de la implantación del nuevo sistema (entre unos 5.700 y 10.100 millones de euros) superan ampliamente los costes de funcionamiento del nuevo diseño de educación infantil de 0 a 3 años.


Pero no todos son números y economía. Los beneficios sociales, educativos, de bienestar infantil, igualdad de género e igualdad de oportunidades serían muy importantes. Las autoras estiman que los beneficios económicos totales de implantar una educación infantil gratuita de calidad de 0 a 3 años serían ampliamente superiores a sus costes. “Además, un sistema universal tendría relevantes efectos sociales positivos para la igualdad de género, la corresponsabilidad y la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación”, escriben en el trabajo.


La implantación de esta política resulta relevante para la equidad social de hombres y de mujeres y el bienestar infantil porque posibilitaría un reparto más equilibrado de las tareas de cuidado, y reduciría la penalización laboral de las mujeres que en la actualidad asumen en mucha mayor proporción las responsabilidades domésticas y de cuidado de la familia.


Las autoras de la investigación señalan que “una persona adulta se tiene que responsabilizar y estar presente para que el cuidado de las niñas y los niños permita conseguir su bienestar y óptimo desarrollo emocional, cognitivo y físico. La mayoría de las y los progenitores y expertos en el bienestar infantil prefieren que los bebés, normalmente hasta alrededor del año o, al menos, hasta que la criatura empieza a desplazarse, sean cuidados en el seno de la familia”.


Lo que proponen las investigadoras es que este cuidado “intensivo inicial puede proveerse por madres y padres, sin que pierdan sus ingresos, con un sistema de permisos parentales remunerados que cubran ese tiempo”.


La gran mayoría de los varones solo utilizan los permisos si están remunerados al 100% de sus ingresos previos (o a tasas similares) y si son intransferibles, es decir, que se pierden si no los usan. “Por tanto, para que ambos progenitores se corresponsabilicen del cuidado en esta etapa, los permisos parentales tienen que ser iguales para varones y mujeres, intransferibles y pagados al 100%. Esta situación será probablemente así en España a comienzos del 2021”, señala el trabajo.


Si el permiso parental cubriera hasta cerca del primer año, la siguiente política que ayudaría a asegurar el bienestar de las niñas y niños manteniendo los ingresos laborales de sus progenitores –dicen las investigadoras - sería un sistema educativo con cobertura universal de cero a tres años. “Esta universalización implica la gratuidad, necesaria para que los y las menores tengan acceso a la misma educación independientemente de la situación socioeconómica de sus progenitores”.


Su propuesta es extender la universalización, que ya existe en España en el segundo ciclo de infantil (de 3 a 5 años), también al primer ciclo de 0 a 3 años. Esto permitiría reducir el riesgo de pobreza infantil y familiar, pues aumentaría la disponibilidad de madres y padres para desarrollar trabajos remunerados mientras sus hijos acuden a los centros educativos.

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La regulación de las jornadas laborales y la racionalización de horarios son para las autoras “un elemento muy relevante” para la puesta en marcha de este sistema. “Las jornadas laborales deberían ser compatibles con las escolares, y deberían ser lo suficientemente compactas como para que los niños no estuvieran obligados a pasar largas jornadas en los centros educativos”, proponen.


Castellanos apunta que hace más de un año se creó la iniciativa Cuarto Pilar “para poner en práctica el diseño propuesto en los estudios para universalizar la educación de 0 a 3 años y el cuidado de personas dependientes.


Además, la estrategia apuesta por dos reformas adicionales: “Por un lado, la del sistema de permisos parentales, que modificaría la actual ley para permitir que la amplia mayoría de los padres varones cuiden más tiempo sin necesidad de que las madres estén presentes. Es decir, que la mayoría de los padres y madres no cojan el permiso de forma simultánea, sino uno después de otra, para alargar el tiempo de cuidado de los bebés en el hogar y que se pase del padre “ayudante” al padre “corresponsable”. Por otra parte, r educir la jornada laboral a 35 horas a nivel general. “Poner este cambio sobre la mesa de la negociación colectiva y de la reforma del estatuto de los trabajadores”, explica la profesora.

La iniciativa de Cuarto Pilar se ha desarrollado con investigadores de otras universidades, como la UCM y la UPF, y se ha estado dialogando con miembros del Gobierno y con todo el arco parlamentario. La propuesta de Cuarto Pilar se presentó en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso de los Diputados el 15 de junio de 2020. El gasto de España en el ciclo educativo de 0 a 3 años es menor que el de otros sistemas de referencia internacional, e insuficiente para garantizar una cobertura universal de calidad en esta etapa educativa. Los datos manejados en el estudio muestran que “más de la mitad de las familias españolas no pudieron utilizar el sistema educativo y de cuidados, o lo utilizaron menos de lo deseado debido a que no pudieron permitírselo económicamente”. De lo que deducen las autoras que el número de niños y niñas matriculadas en esta primera etapa de la educación infantil está “por debajo del valor potencial”. Durante el curso 2015-2016, el 35,5% del total de niños y niñas españolas de 0 a 3 años(444.492) estuvo matriculado en el primer ciclo de educación infantil. Esto implica que, a nivel global, un 64% de los niños de 0 a 3 años podría haberse quedado fuera de esta etapa educativa, lo que representa un total de 807.449 niños. “Es cierto que podría argumentarse que hay progenitores que, aunque tuvieran acceso a una plaza en este primer ciclo del sistema educativo no la utilizarían y optarían por otras formas de cuidado y educación. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que en el segundo ciclo de educación infantil, de 3 a 5 años, en la actualidad gratuito pero no obligatorio, la tasa de escolarización supera el 90%. Por tanto, parece plausible pensar en tasas de uso similares en la primera etapa de educación infantil si éstas fueran gratuitas”, señala la investigación que estima la demanda potencial de este primer ciclo educativo en torno a las 898.903 plazas (el 72% de los pequeños de 0 a 3 años.

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