El profesor Jesús Francisco Jordá, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, explica que la principal aportación de este trabajo es que, “por primera vez se obtienen fechas radiocarbónicas del yacimiento asturiano de Cova Rosa (Sardéu, Ribadesella, Asturias), donde los humanos modernos habitaron durante cerca de 20.000 años con algunas interrupciones, durante el Solutrense, el Magdaleniense inferior y superior y el Mesolítico, dando lugar a una importante acumulación de restos arqueológicos del Paleolítico superior en un depósito de más de dos metros de espesor del que se desconoce la base rocosa, y que estuvo cubierto por un conchero del Mesolítico, actualmente desaparecido salvo pequeños testigos”.
En opinión del profesor Jordá, ya se conocía que Cova Rosa tenía una secuencia con Solutrense, Magdaleniense y Mesolítico, pero este trabajo supone poner fechas con dataciones numéricas. “Ahora se puede situar con mayor precisión en el tiempo, en la escala cronoestratigráfica del Pleistoceno superior. Así, la secuencia de Cova Rosa podemos situarla sin duda alguna en dos momentos muy claros: la parte inferior de la secuencia en el llamado Último Máximo Glacial (el final de la llamada Edad del Hielo) con las ocupaciones del Solutrense y Magdaleniense, y la parte superior, correspondiente a un conchero (acumulación de conchas de moluscos producida por el consumo humano) del Mesolítico, en los primeros momentos del Holoceno, en un ambiente cálido y húmedo”, precisa.
El impacto de estos hallazgos es muy grande, pues supone “un gran avance para el conocimiento del desarrollo temporal de las ocupaciones de los grupos de cazadores recolectores y mariscadores formados por Homo sapiens, que desarrollaron sus actividades en el sector asturiano de la Cordillera Cantábrica”, opina el profesor, que añade que ahora se sabe que las ocupaciones del Solutrense se inician en Cova Rosa hace 24.800 años calibrados antes del presente y se termina 4.000 años después hace 20.500 años cal BP.