Madrid, 20 de julio de 2021

“Confieso, como Pablo Neruda, que he vivido. Y que he vivido bien. He trabajado mucho, pero también puedo decir que he vivido como un sibarita”, cuenta el profesor, erudito y culto, con un toque de humor granaíno, en honor a esa ciudad en la que nació y de la universidad en la que se formó y doctoró. “A quien no da hijos la naturaleza, le da UNED. No tengo hijos, pero sí más de 30 sobrinos, y como quiero evitar cualquier desavenencia entre ellos cuando falte, he decidido legar, mis bienes inmuebles a organizaciones de caridad y mi patrimonio económico a la UNED. Servirá para ayudar a estudiantes sin recursos, a jóvenes profesores investigadores y a la generación de conocimiento y su difusión”. Es la continuidad de lo que ha hecho siempre, la continuación de su obra después de él, y una nueva fórmula de apoyo a los estudiantes que se incorpora a la UNED.

El Legado del Profesor José Romera Castillo, que incluye la cesión de algunas obras de arte y algunos libros, primeras ediciones o ediciones singulares ya depositadas en la Biblioteca Central, establece el destino que la UNED ha de dar al fondo de 30.000 euros anuales. La relación comienza con las actividades prioritarias relacionadas con su grupo de investigación, el Centro de Investigación de Semiótica Literaria Teatral y Nuevas Tecnologías (SELITEN@T), al que se adscribirá la organización de un seminario internacional anual, continuación de los anteriores ya realizados, y la edición impresa de sus Actas; la edición impresa y digital con carácter anual de la revista SIGNA, continuación también de los números anteriores; y la publicación de la obra ganadora del Premio de investigación filológica profesor José Romera Castillo, instituido por la Facultad de Filología de la UNED.

Una segunda relación del Legado del profesor José Romera Castillo incluye otras actividades: instauración de 4 becas anuales, dos becas para estudios de lenguas y lingüísticas y dos para estudios literarios y teatrales; Financiación de dos proyectos de investigación para jóvenes profesores de la Facultad de Filología de la UNED; digitalización de libros singulares por parte del Laboratorio de Innovación en Humanidades Digitales (LiNHD) y/o la Biblioteca de la UNED, Propone también un Seminario Permanente José Romera Castillo y una sala con sus libros para consulta abierta de los estudiantes.

Historia de un docente

Romera Castillo achaca su capacidad de innovación y sus iniciativas a los tiempos en que comenzó su actividad como profesor. “Cuando entré por la puerta de la UNED, aún no había muerto Franco, estaba todo por hacer en mi departamento, así que todas las propuestas eran secundadas con entusiasmo. No tanto por mi capacidad sino por la oportunidad”. Creó el primer grupo de investigación, el SELITEN@T, que hoy cuenta con más de 80 miembros en Italia, Francia, México… “El paro entre nuestros jóvenes filólogos es tan alto, la situación tan desalentadora, que qué va a hacer un lingüista, pues irse fuera para poder trabajar”. Estableció el primer programa de doctorado en su área y dirigió medio centenar de tesis doctorales. “Recuerdo con especial cariño a cinco doctorandos africanos, de Camerún y Guinea, muy trabajadores pero a los que costó especialmente sacar adelante por cuestiones económicas. Es un orgullo poder decir que hoy son exitosos profesores en las universidades de sus países”.

De sus 50 años como profesor, Romera ha pasado 43 en la UNED, y de ellos 22 como director de departamento, vicedecano, decano… “Confieso también que me gusta sobre todo la investigación y la docencia, pero sé de la importancia de las labores de gestión y me he puesto al servicio de los demás siempre que me lo han propuesto. No lo debía hacer mal, porque siempre me elegían”, recuerda.

Publicaciones, proyectos de digitalización de libros, conferencias, congresos, colaboraciones. Tanto trabajo y en tantos campos le ha reportado prestigio internacional y también entre los compañeros de profesión de las universidades españolas. “Un amigo también catedrático de la Universidad de Granada, muy querido, pero de lengua acerada, siempre me decía: con tanta fundación, vas a desplazar a Santa Teresa. Todo un honor, respondía yo, porque, quitando lo religioso, que me importa más bien poco, sus escritos y su actividad, enfrentándose hasta a la Inquisición, demuestra que era una mujer fuerte y carismática”.

Es difícil no ceder a la tentación de preguntar a Romera por sus autores preferidos y, algo socarrón responde con los clásicos. “En cada época hay faros resplandecientes, Cervantes, en el Siglo de Oro, Baroja y Unamuno en la Generación del 98, Lorca y Cernuda en el 27… Pero no existe el incontestablemente mejor. Ni Cervantes escribió todo bien” ¿Y las mujeres? Teresa de Ávila, quitando lo religioso; ahora que estamos en el su centenario, la liberada Emilia Pardo Bazán, toda una señora liberada, anticipada a su tiempo y a la que tantos disgustos dio la Real Academia. ¡Mira que decirle que no podía entrar porque no había baños de mujeres!. Y de las actuales, mi gran y querida amiga Almudena Grandes, que es Honoris Causa por la UNED”.

Su erudición, fuera del ámbito docente, le ha valido la entrada a ocho Academias: Academia de las Artes Escénicas de España; academias de la lengua española Norteamericanas, chilerna, puertorriqueña y filipina; y academias de Buenas Letras de Barcelona, Granada y Córdoba.