En opinión de la profesora, el protocolo produce “sentimientos encontrados”. “Tiene defensores y detractores Pero debemos concienciar a la gente de que no se trata de cumplir las normas o saltárselas, sino de vivir, o mejor, convivir en sociedad. El protocolo ha superado el carácter honorífico con que fue concebido y ya no consiste tan sólo en establecer la utilización de ciertos elementos decorativos. Si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos tiempos es que puede ser una potente herramienta de comunicación interpersonal e interinstitucional”.
El protocolo es un arte que se ha modernizado y adaptado al siglo XXI, y eso también se discutirá en el congreso. “Ya no estamos ante el viejo protocolo rancio, trasnochado y caduco de otros tiempos en el que la pelea era conseguir unos honores y privilegios frente a los de los demás, gracias a una posición social o política. Ahora lo que importa son las personas y las instituciones. Las sociedades buscan en el protocolo una importante vía de trasmitir una imagen institucional seria, consciente, democrática y, sobre todo, acorde con unos determinados principios y valores”.
Este congreso, que organiza la Fundación UNED, defiende la idea de que el protocolo debe ordenar para mejorar la convivencia y consolidar la identidad e imagen de personas, empresas, instituciones y corporaciones.
“Esperamos que el congreso refuerce los ricos lazos existentes con toda la comunidad iberoamericana en aras de consolidar proyectos de investigación conjuntos, o al menos interconectar grupos de investigación multidisciplinares. Además, queremos contribuir a crear un espacio de encuentro entre profesionales, investigadores y estudiosos del protocolo para diseñar el futuro del protocolo como ciencia, disciplina y método de trabajo. También trataremos de crear un espacio jurídico y comunicativo para que las organizaciones e instituciones tengan un cuerpo jurídico adecuado que regule el protocolo y las relaciones públicas”, concluye la profesora.