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Madrid, 10 de septiembre de 2021




“El expolio nazi”, una obra que sitúa España como cómplice del contrabando de arte en la posguerra

Setenta y cinco años después del fin de la Segunda Guerra Mundial las víctimas del expolio nazi o sus descendientes siguen reclamando a Estados y museos de todo el mundo las obras de arte robadas durante la contienda. ¿Cómo llevó a cabo el Tercer Reich el mayor saqueo de bienes culturales de la Historia?, ¿a quiénes benefició?, ¿qué tuvo que ver España con los contrabandistas de arte?. Miguel Ángel Martorell Linares , catedrático de Historia del Pensamiento Político, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, desvela en su libro El espolio nazi nuevos datos sobre la trama encabezada por el propio Hitler e integrada por militares, funcionarios, galeristas, museos y especuladores de toda ralea. Y señala cómo algunas de esas obras podían encontrarse en galerías españolas durante el franquismo. Su investigación le ha valido el Premio “Juan José Carreras”, de la Asociación de Historia Contemporánea, que será entregado estos días.




El expolio nazi analiza en detalle el funcionamiento de la gran maquinaria depredadora dirigida por Adolf Hitler y Hermann Goering, e integrada por directores de museos y galeristas, funcionarios y militares, especuladores y mafiosos. Lejos del amor al arte, muchos de ellos actuaron por afán de poder y ánimo de lucro, impulsos que alentaron un alto grado de violencia y corrupción. El banquero alemán Alois Miedl, marchante de Goering, fue uno de los protagonistas de aquella trama. A través de su vida, este libro explica en qué consistió el expolio nazi.


España desempeñó también un importante papel en la dispersión de los bienes saqueados, pues Miedl halló aquí refugio al acabar la guerra e introdujo de contrabando un número indeterminado de pinturas cuyo paradero aún hoy desconocemos. No fue el único: por aquellos días, los contrabandistas de arte procedentes del Tercer Reich campaban por España con la complicidad de la dictadura franquista y en varias galerías del país podían hallarse pinturas procedentes del expolio.


“El libro salió justo en marzo del 20, pero la pandemia impidió hacer una presentación a los medios de comunicación. “el “boca a boca” le dio visibilidad y ha tenido muy buena acogida y muy buenas ventas”, explica el profesor Martorell. ´”Recibir este premio de los colegas de la Asociación de Historia Contemporánea es muy importante para mí. Entiendo que el reconocimiento de los colegas es un orgullo y una aspiración de cualquier autor”.

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Sorpresas de una investigación

El catedrático recuerda con cariño las vicisitudes de su investigación. “Empezó hace 20 años, siendo aún becario, cuando trabajé en una comisión del Gobierno español para comprobar las implicaciones cultures y económicas de España con la Alemania nazi. Luego la vida te lleva por otros derroteros, tienes que afianzar tu carrera docente, desarrollar otros proyectos… Hace 5 años retomé el tema y fue muy gratificante comprobar cómo se ha facilitado el acceso a archivos internacionales que agilizan y mejoran el proceso de investigación”.

Entre sus fuentes, el profesor Martorell accedió a archivos como los de Whasington, y Londres o los de instituciones de gobiernos francés, español o la británica Foreign Office. “Me llevé muchas sorpresas, como descubrir por ejemplo que España es el lugar de salida de muchas obras expoliadas cuando los nazis pierden la guerra o qué españoles están implicados en el expolio”.

Sus retos a corto plazo incluyen decidir qué asunto abordará en su próxima investigación: “Dudo en centrarme en la Guerra Civil, con el eje de la historia familiar de mi abuelo, militar republicano que perdió la guerra, salvó a muchos vecinos de ser ejecutados y sobrevivió a una condena de 12 años en aquellos penales franquistas. La otra alternativa es seguir profundizando en el expolio, centrándome en los delincuentes colaboracionistas con los nazis la delincuencia colaboracionista de los nazis que se refugiaron en España. Es importante dar a conocer que uno, por ejemplo, de los cuadros de Camille Pissarro que hoy se expone en el Museo Thyssen ha sido acreditado como proveniente del expolio, pero el museo ganó el pleito a los demandantes. O que el diplomático Antonio Maria Aguirre Gonzalo, hermano del fundador de Banesto está relacionado con la compra de cuadros procedentes del expolio. Aún no he decidido qué opción tomar”.

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Aida Fernández Vázquez
Edición web: Rafael Carretero del Puerto

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