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Madrid, 16 de noviembre de 2021




El mejor estudiante de Ingeniería de España acabó la carrera a los 40

Miguel Ángel Rodríguez Díaz lo ha hecho todo. Quizás un poco más tarde que la mayoría. A los veinticinco años se puso con la Educación Secundaria, luego el Bachillerato y a los 39, casi cuarenta, se graduó de Ingeniería en la UNED. Trabajaba desde los dieciséis, pero no haber estudiado le pesaba y era una cuenta que tenía pendiente, sobre todo, con sus padres. Ahora, no solo ha estudiado, sino que encabeza el ranking nacional de SEDEA (Sociedad Española De Excelencia Académica) que premia a los estudiantes más brillantes de España.


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No sabría decir exactamente cuándo descubrió su vocación de ingeniero. Si lo piensa, dice que siempre tuvo “mucha curiosidad por aprender y entender cómo funciona las cosas y su propósito”. “Diría que ha sido incremental, a medida que adquiría conocimientos me iba encontrando más cómodo y más quería saber… Entiendo la Ingeniería como una vocación y una forma vida, sin embargo, también se debe mirar a otras áreas como la Economía medioambiental o administrativa, para tener una perspectiva global y dar soluciones adecuadas, que al fin y al cabo es lo que se debe hacer en esta profesión”.

Empezó a trabajar con dieciséis años, “sin ningún conocimiento técnico ni preparación académica”, dice. Por esta razón, empezó con trabajos muy poco cualificados. Su aprendizaje se basaba en la observación de sus compañeros. “Miraba cómo lo arreglaban, para después pedir permiso para intentarlo yo, digamos que he ido primero al laboratorio que a las clases. Es sorprendente como en ocasiones la práctica no se sostiene si no aprendes la teoría y viceversa. Por eso, hay que ser cauteloso a la hora de tomar decisiones y, bajo mi punto de vista, estudiar todo lo posible desde esos dos paradigmas tan relacionados, pero a la vez tan distantes”.

Miguel decidió estudiar Ingeniería, a pesar de que otras muchas áreas también le llamaban la atención. “Me resultaban atractivas Física, Matemáticas, Informática, Electrónica. Sin embargo, dado que profesionalmente mi trabajo está relacionado con la energía eléctrica, decidí escoger esta especialidad. Además, estoy convencido de que jugará un papel principal en las siguientes décadas debido, entre otras cosas, al vehículo eléctrico, las energías renovables, el almacenamiento de energía, la descarbonización, la industria 4.0, etc. No descarto hacer el grado en Matemáticas o Física, pero no a corto plazo. Estas son las madres de toda Ciencia, y me ayudarían a comprender mejor todo. También me despiertan curiosidad otros conocimientos como Psicología o Derecho, pero lamentablemente no tendré suficiente tiempo para todo…”.

Durante toda su vida de estudiante, Miguel ha compatibilizado estudio, trabajo y familia. “La UNED me dio la posibilidad de continuar mis estudios ya que con el Plan Bolonia las Universidades presenciales presentan ciertas dificultades para compatibilizar con otras obligaciones, así que para mí la mejor opción fue la UNED. Aunque existen otras universidades semipresenciales o a distancia, la UNED fue mi primera opción debido a su historia y reconocimiento”, explica.

Califica su experiencia en la UNED como “fantástica y muy enriquecedora”. “Me ha cambiado la forma de afrontar las cosas. También me ha dado la oportunidad de conocer a personas de otros lugares de España e incluso de otros países. Me llevo a muchos amigos. Por ejemplo, tenemos un grupo de WhatsApp que hemos llamado A-Team, no preguntes por qué… No lo sé (risas). Somos seis alumnos con grados como Mecánica, Electrónica y Eléctrica y, aunque la mayoría ya hemos finalizado nuestros estudios, seguimos compartiendo conocimientos, dudas y también muchas risas”.



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También mantiene el contacto con muchos profesores. Entre ellos, menciona a su directora de TFG Rosario Gil Ortego, Antonio Bello García, del Centro Asociado de UNED-Gijón y la Universidad de Oviedo, y Manuel Castro Gil, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica, Control, Telemática y Química Aplicada a la Ingeniería.

“Estudiar en la UNED me ha dado la oportunidad de formar parte de HKN (Eta Kappa Un). Se trata de la sociedad de honor Internacional del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos. Es la primera vez que España cuenta con un capítulo (junto con la UPM), y una de las primeras de Europa. Nuestro capítulo es Nu Alpha, y está formado por estudiantes, académicos y profesionales no solo de Ingeniería, también de Informática, Física o Ciencias Medio ambientales. Me llevo la satisfacción ser co-founder, y quiero destacar que este capítulo no habría sido posible sin su presidente Alejandro Macho Aroca que ha hecho y hace una labor extraordinaria”, explica Miguel.

Quizás el símbolo del éxito académico y la excelencia universitaria que representa Miguel sea ese número uno en el ranking de SEDEA, la Sociedad Española De Excelencia Académica. “Un profesor me recomendó aplicar al ranking, y se lo agradezco enormemente. Ha sido una experiencia fantástica y por supuesto estoy muy contento con ese primer puesto en un ranking nacional, que ha sido una sorpresa. Estoy muy contento, aunque creo que mi familia se alegró más que yo. Además, si puedo servir de ejemplo a mi hijo, eso sería lo más importante, aunque por supuesto él debe encontrar su propio camino”.

SEDEA pone al servicio del estudiante una red de contactos, oportunidades laborales, congresos etc. “El Ranking Nacional, es una iniciativa que SEDEA ofrece a los titulados universitarios más brillantes, se clasifica por carreras y es una especie de competencia con otros estudiantes de tu mismo grado de todas las universidades españolas para entrar en el top nacional, ¿no es bonito?”, indica Miguel.

Dice que el único secreto del éxito que conoce es “hacer lo que te gusta y trabajar, no hay nada mágico”. “Yo siempre he creído en esto: tener unos objetivos concretos, realistas e inteligentes ayuda mucho a progresar, no puedes ir hacia un destino si primero no sabes dónde está y cómo llegar… Es fundamental. Respecto al éxito… para mí, es una palabra ambigua que no tengo muy claro su significado, sin embargo, definiría tener éxito como hacer lo que te gusta y ser feliz con ello, independientemente de si eres ingeniero, banquero, albañil o am@ de casa, y en ese sentido creo que estoy en el buen camino para conseguirlo”.

Miguel acaba de iniciar un Master en Investigación en Inteligencia Artificial y está muy ilusionado. Le resulta muy interesante ver cómo trabajan los algoritmos, en qué se inspiran y el enorme potencial de las aplicaciones en todos los sectores. Cree que si no decrece la inversión e investigación, junto con la industria 4.0 y la computación cuántica, estamos ante una revolución tecnológica que cambiara nuestras vidas a mediano y largo plazo.

Se define como “bastante cinéfilo, futbolero y amante de la gastronomía”. “Soy natural de Lieres, un pequeño pueblo de Asturias, me siento privilegiado por vivir en un lugar que lo tiene todo, no puedo pedir más: playa, montaña, parajes incomparables y también una gastronomía espectacular… Es un sitio que todo el mundo debería conocer”.

Su familia es su piedra angular –“mi mujer, Úrsula, y mi hijo, Enzo, han sido muy generosos, sin su apoyo y comprensión no habría logrado nada”, asegura. Ahora dispone de más tiempo que sin dudas, será para ellos. “Será mi proyecto más bonito”.

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