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NARRATIVA DEL SIGLO DE ORO

Curso 2022/2023/Subject's code24400659

NARRATIVA DEL SIGLO DE ORO

NAME SUBJECT NARRATIVA DEL SIGLO DE ORO
CODE 24400659
SESSION 2022/2023
DEGREE IN WHICH IT IS OFFERED MÁSTER UNIVERSITARIO EN FORMACIÓN E INV. LITERARIA Y TEATRAL EN EL CONTEXTO EUROPEO
TYPE CONTENIDOS
ECTS 5
HOURS 125.0
PERIOD SEMESTRE  1
OFFER LANGUAGES CASTELLANO

PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

El equipo docente de esta asignatura está formado este curso 2021/2022 por el Dr. Jaime J. Martínez Martín, quien ha dedicado la parte central de su trayectoria al estudio de la literatura de los s. XVI y XVII escrita en Hispanoamericana y en España, periodo en el que ambas formaban aún una unidad. Con sus peculiaridades, por supuesto, pero unidas inextricablemente por una herencia, unos modelos y unos fundamentos teóricos comunes. 

A lo largo de los años ha publicado numerosos estudios y editado obras escritas a ambos lados del Atlántico relacionados con la poesía, el teatro y la narrativa del Siglo de Oro. Por ejemplo, en este último ámbito, recientemente ha salido a la luz su edición de la novela pastoril Siglo de Oro en las selvas de Erifile (Madrid, 1608) de Bernardo de Balbuena, a quien ha dedicado además varios artículos; también ha trabajado sobre la novela pastoril a lo divino Los sirgueros de la Virgen (México, 1620). Asimismo es autor de una edición de los Infortunios de Alonso Ramírez (México, 1690) de Carlos de Sigüenza y Góngora, libro que narra la biografía del protagonista siguiendo a menudo esquemas que parecen remitir a los códigos literarios propios de la novela picaresca. De la misma forma, ha dedicado su atención a la prosa didáctica, especialmente al diálogo renacentista, publicando varios ensayos sobre el tema: "El diálogo renacentista en América: los Diálogos militares de Diego García de Palacio", “Aspectos retóricos de la narratio en el Diálogo de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés”, “El Diálogo en laude de las mujeres de Juan de Espinosa”“Elementos picarescos en los Colloquios de Baltasar de Collazos" y “La defensa del indio americano en un diálogo del Renacimiento: los Coloquios de la verdad de Pedro Quiroga”; también ha editado el Diálogo del viejo y del mancebo de Juan de Jarava (Lovaina, 1544).

Además, durante su años de docencia, ha impartido cursos sobre la literatura española e hispanoameicana del Siglo de Oro, entre ellos cursos monográficos dedicados a la novela de caballerías y a la novela sentimental. Actualmente forma parte del equipo docente de la asignatura "Textos literarios del Siglo de Oro" perteneciente el Grado en Lengua y literatura española que se imparte en la UNED.

  

1. Encuadramiento de la asignatura dentro del plan de estudios de la titulación y competencias asignadas en el marco del plan formativo

Esta asignatura pertenece al Módulo de Especialidad "Metodologías, Teorías y Técnicas de Investigación en la Literatura Española e Hispanoamericana" (5 créditos) que se inscribe en el Máster “Formación e investigación literaria y teatral en el contexto europeo”, ofrecido por el Departamento de Literatura española y Teoría de la Literatura de la UNED, dentro del Programa de Posgrado de la Facultad de Filología de esta Universidad.

Forma parte del Módulo de Especialidad (Metodologías, Teorías y Técnicas de Investigación en la Literatura española e hispanoamericana), compuesto por varias asignaturas destinadas a formar especialistas en investigación literaria.

Tiene 5 créditos y ofrece un panorama general y diacrónico de la narrativa en los siglos XVI y XVII, basado fundamentalmente en los autores y textos más representativos de las diferentes tendencias habitualmente señaladas por la crítica (ficción, costumbrismo, alegoría, sátira, didáctica). Esta asignatura se propone ahondar tanto en los aspectos de historia literaria de la narrativa áurea como en el conocimiento de las principales obras más representativas del período, que se abordarán desde la metodología del comentario de textos filológico en la que el alumno deberá profundizar.

Naturalmente el conocimiento de la narrativa del periodo áureo exige el conocimiento paralelo, al menos a un nivel superficial, del desarrollo de los otros géneros, poesía y teatro principalmente.

    
2. Perfil del estudiante al que va dirigido
Esta materia va dirigida a todo estudiante interesado en adquirir una formación especializada en la metodología e investigación de la literatura española e hispanoamericana. 


3. Justificación de la relevancia de la asignatura

El estudio de la narrativa en ocasiones ha quedado relegado a un segundo lugar respecto de otros géneros del Siglo de Oro, como el teatro y la poesía, que alcanzaron durante los siglos XVI y XVII un desarrollo y una originalidad extraordinarios. Sin embargo, basta pensar en el Lazarillo y en el Quijote, por poner solo dos de sus ejemplos más representativos, para tener una idea de hasta qué punto también la novela española del periodo áureo marcó un antes y un después en el desarrollo del género. Y, además de esto, cómo constituye la piedra de toque de las formas narrativas actuales, que tienen aquí su punto de partida y desarrollo en la tradición realista del siglo XIX.

 

Dejando de lado la obra maestra cervantina, cuya influencia se hará evidente sobre todo en el siglo siguiente y más en Europa que en la propia España, tampoco el ejemplo del Lazarillo (1554), a pesar de su éxito inmediato, fue cabalmente entendido hasta que en 1599 se publicó el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (la segunda parte es de 1604). Será él quien establecerá definitivamente el molde que podemos seguir a partir de ese momento en obras como El Buscón (1626) de Francisco de Quevedo, Marcos de Obregón (1618) de  Vicente Espinel, etc. Pero, además, el género irá introduciendo también novedades como la existencia de una picaresca femenina en obras como La pícara Justina (1605) de Francisco López de Úbeda, La hija de Celestina (1612) de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo,  La garduña de Sevilla (1642) de Alonso de Castillo Solórzano, etc.

No obstante, no podemos olvidar que estas obras marchan de la mano en el camino de un realismo que no siempre fue la fórmula más frecuentada durante ese periodo: géneros como la novela de caballerías (Amadís de Gaula, 1508, y Las sergas de Esplandián, 1510, ambas de Garci Rodríguez de Montalvo, etc.), la novela pastoril (La Diana, 1559, de Jorge de Montemayor, El pastor de Fílida, 1582, de Luis Gálvez de Montalvo, la Galatea, 1585, de Cervantes, la Arcadia, 1598, de Lope de Vega, el Siglo de Oro en las selvas de Erifile, 1608, de Bernardo de Balbuena, etc.), la novela bizantina (la Selva de aventuras, 1565, de Jerónimo de Contreras, el Persiles y Sigismunda ,1617, de Cervantes, etc.), así como la sentimental, continuadora de la tradición del siglo anterior (Proceso de cartas de amores, 1548, de Juan de Segura), la novela morisca (Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, 1561) etc. responden a la mentalidad y a los gustos de la época y tuvieron gran aceptación en su momento, en ocasiones incluso fuera de nuestras fronteras. Recordemos que, por ejemplo, la Cárcel de amor y el Arnalte y Lucenda de Diego de San Pedro, así como otras de su género, aún fueron publicadas durante el s. XVI en España y en Europa; de manera parecida, la Diana de Montemayor fue reeditada más de veinte veces en el s. XVI y que aún gozó de varias en el XVII (sin contar con las traducciones a las principales lenguas europeas); por no hablar del gran éxito que obtuvo el Amadís de Gaula, que se convirtió en un verdadero manual de cortesanía para los caballeros franceses, y que alcanzó tal éxito en Italia que Bernardo Tasso escribió un poema épico sobre el mismo tema titulado Amadigi.

Sin embargo, no podemos obviar el hecho de que a menudo esta literatura de tipo idealista ha ido perdiendo actualidad y separándose del gusto contemporáneo, hasta el punto de que ha sido excluida del canon moderno. Basta ver cualquier manual de literatura de la ESO y del bachillerato para darse cuenta de que prácticamente no se menciona o lo hace de pasada; pero es que, incluso en niveles universitarios, a menudo no forma parte de las lecturas obligatorias que cualquier estudiante de filología tiene que hacer a lo largo de su carrera; lo que contrasta radicalmente con la gran relevancia que esta narrativa tuvo en los Siglos de Oro y su gran éxito entre los lectores del momento.

 

Por su parte, el estudio de la novela corta en español plantea un conocido problema metodológico previo. Es de sobra conocido cómo la mayor parte de las lenguas de nuestro entorno existen dos términos distintos para designar dos géneros narrativos de ficción según su extensión sea más larga o mediana (en italiano: romanzo y novella; o en francés: roman y nouvelle; etc.); en cambio, en el caso de la literatura española solemos distinguir ambos conceptos recurriendo a la misma palabra pero añadiendo, en el caso de la narrativa de mayor extensión que el cuento pero que no supera unas ciertas dimensiones, un adjetivo: novela corta. El motivo de este desajuste se debió a la imposibilidad que se dio entre nosotros de adaptar las palabras romanzo, roman a nuestra lengua debido a la existencia de un género poético de gran tradición, el romance. No obstante, no debemos olvidar que, además de una diferencia en cuanto a la extensión, ambos géneros responden a tradiciones y códigos distintos.

La palabra novela fue adaptada en los s. XIV-XV del italiano, donde Boccaccio había denominado novelle a las narraciones contenidas en el Decamerón, con el mismo significado (por ejemplo, Juan Rodríguez del Padrón la usa para designar su Siervo libre de amor), mientras que se prefería la palabra libro (o incluso tratado) para las narraciones más extensas (Tratado de Arnalte y Lucenda). Poco a poco, el término fue perdiendo una significación clara y, así, podía usarse como sinónimo de historia, cuento, ejemplo, patraña, etc. Hasta llegar a Cervantes, quien en el prólogo a sus Novelas ejemplares declara: “Yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas todas son traducidas de lenguas extranjeras”. A partir de él el término se asentó definitivamente en nuestra lengua. Sin embargo, seguía existiendo cierta indeterminación fruto de la falta de prestigio que arrastraba una literatura que se consideraba de puro entretenimiento y carente de moralización. Esta distinción se ve claramente en El pasajero (1617) de Suárez de Figueroa:

DOCTOR: Por novelas al uso entiendo ciertas patrañas o consejas propias del brasero en tiempo de frío, que, en suma, vienen a ser unas bien compuestas fábulas, unas artificiosas mentiras […] Las novelas, tomadas con el rigor que se debe, es una composición ingeniosísima cuyo ejemplo obliga a imitación o escarmiento. No ha de ser simple ni desnuda, sino mañosa y vestida de sentencias, documentos y todo lo demás que puede ministrar la prudente filosofía.

DON LUIS: Pues si ha de tener semejantes requisitos, pasemos adelante; que me juzgo insuficiente para novelar.

De esta manera, desde mediados del s. XVII, con la decadencia posterior del género de la novela a la italiana, la palabra se empieza a usar de manera generalizada para designar a las narraciones de ficción de gran extensión.

Quizá como resto de esos prejuicios, la novela corta (también denominada novela cortesana) ha sido considerada durante demasiado tiempo como una forma menor dentro de la gran narrativa del Siglo de Oro, pese a que incluye un considerable número de obras y autores que disfrutaron de un importante éxito en su época.

Aunque la crítica ha discutido mucho su origen, podemos remitirnos tanto a la tradición de los exempla, apólogos, cuentos, etc. de origen medieval (Disciplina clericalis de Pero Alfonso, El Conde Lucanor de Don Juan Manuel, etc.), como a una influencia italiana cada vez más importante durante el s. XVI (el Decamerón de Boccaccio, las Novelle de Mateo Bandello, etc.), presente, por ejemplo, en El patrañuelo (1566) de Juan de Timoneda, así como en una gran cantidad de textos que no pueden ser considerados estrictamente de ficción (diálogos, etc.), en los que se incluían pequeñas narraciones con el fin de amenizar la lectura. Aunque a veces se ha descalificado a sus autores como epígonos de la gran narrativa áurea, lo cierto que a este género se dedicaron entre otros Miguel de Cervantes (Novelas ejemplares, 1613), Lope de Vega (Novelas a Marcia Leonarda), Tirso de Molina (Deleitar aprovechando, 1635; Los cigarrales de Toledo, 1621), María de Zayas (Novelas amorosas y ejemplares, 1637; Desengaños de amor, 1647), Alonso de Castillo Solórzano (Tardes entretenidas, 1625), etc.

 

Además, en esta asignatura vamos a dar entreda a esas otras obras en prosa que, si bien no entran directamente en el concepto de novela, repersentan una parte importante de la prosa de la época. Se trata de una producción de difícil denominación, ninguna de las cuales ha alcanzado la unanimidad de los estudiosos: prosa ensayística (en un momento en el que como tal género aún no existía), prosa didáctica, etc. de la cual forman parte diálogos, epístolas, misceláneas, etc. y que disfrutaron de un gran éxito en su momento. Autores como Juan de Valdés (El diálogo de la lengua), Alfonso de Valdés (Mercurio y Carón, Diálogo de las cosas ocurridas en Roma), Fray Antonio de Guevara (Epístolas familiares, 1541), Pero Mexía (Flores de varia poesía, 1540), Antonio de Torquemada (Jardín de flores curiosas, 1570), etc.), etc. sobresalen en el cultivo de este género en el siglo XVI. Son obras que, en sus ejemplos más apreciados, a menudo, intentan aligerar su carácter didáctico incluyendo refranes, anécdotas, facecias, etc. y, así, divertir al público lector. También en el s. XVII estos géneros siguieron dando frutos de gran importancia; pero fueron también renovando ideas y géneros que a veces provenían de la centuria anterior y dando entrada a materiales nuevos y nuevas filosofías que respondían a la nueva sensibilidad del momento, como la sátira menipea, el neoestoicismo, la literatura emblemática, etc. (los Sueños, 1627, de Quevedo, El discreto, 1646, de Gracián, Empresas políticas, 1640, de Diego de Saavedra Fajardo, etc.).


4. Relación de la asignatura con el ámbito profesional y de investigación
El estudio de la Narrativa del Siglo de Oro está relacionado con el de la investigación para la obtención del Doctorado y la especialización en la historia de la literatura. En el campo de la enseñanza, contribuye de manera importante a la capacitación profesional de los docentes de los niveles medio y superior; y en el ámbito de la crítica literaria, tanto científica como divulgativa (medios periodísticos), permite una mejor comprensión y base formativa imprescindible para indagar en la novela de nuestros días. Asimismo, la asignatura está relacionada en las actividades del campo  editorial y, como formación personal, permite la posibilidad de informarse directamente de temas historiográficos de la época y así poder tener un espíritu crítico; y prepara al alumno para que pueda realizar sus propias creaciones a partir de las diferentes formas, técnicas y estructuras que surgen en esta época y constituyen bases de este género en la época moderna y contemporánea.