En esta asignatura se aborda el tratamiento educativo de necesidades de un amplio y heterogéneo colectivo de personas, cuyo denominador común es ser personas adultas. A nuestro juicio, los profesionales de la educación, en el período de su formación inicial, no adquieren los conocimientos, habilidades y actitudes que les preparen para hacer frente a las situaciones específicas que caracterizan a la educación de adultos.
Como el referente de la educación en la diversidad actualmente son las necesidades de las personas, no las deficiencias o discapacidades, la asignatura se centra en las necesidades fundamentales, que corresponden a las habilidades o capacidades básicas que la persona adulta debe adquirir o desarrollar para desenvolverse en el mundo, como miembro de una familia, como trabajador en una organización y como ciudadano. Este desarrollo armónico le permitirá conseguir lo que todas las personas anhelan: la felicidad.
Esta asignatura no es independiente de las otras, sino que se integra como una parte complementaria con todas ellas. Por eso, no se incluyen conceptos generales, ya desarrollados en otras asignaturas.
Se pretende aportar al educador algunos conceptos básicos sobre las necesidades educativas de las personas adultas, en una doble dimensión: conceptual (teórica) y operativa (práctica). Teoría y práctica deben estar estrechamente relacionadas, por cuanto la teoría fundamenta la práctica y la interpreta. De otra parte, las técnicas y estrategias habilitan para intervenir en la realidad y modificarla