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PROCESOS DE DESARROLLO Y SIGNOS DE ALERTA

Cod.22203091
PRESENTACIÓN

 

El desarrollo es un fenómeno complejo y multidimensional. Presentar los avances y progresos del ser humano a lo largo de la vida; en los diferentes ámbitos en que éstos se producen y teniendo en cuenta los factores que influyen o pueden influir en él, no es una tarea fácil y supone, necesariamente, realizar una selección de los más pertinentes para los objetivos de este Máster y de la especialidad. La presentación de los contenidos responde a este mismo principio.
El pronóstico y evolución de muchos trastornos del desarrollo se ve matizado en gran medida, en muchas ocasiones, por la sensibilización y formación en la detección de factores de riesgo, indicios y señales de alerta que indican que el curso evolutivo se está viendo comprometido o puede llegar a estarlo.
El desarrollo ha de ser entendido como un proceso continuo que se produce de forma integrada. Estos dos conceptos son fundamentales para apreciar adecuadamente la esencia del cambio evolutivo. En primer lugar, es un proceso continuo porque las diversas etapas o fases suponen únicamente momentos en los que ciertos cambios se asientan, se hacen patentes. Pero estos cambios no podrían producirse sino es porque provienen de otros que se produjeron en etapas anteriores y, a su vez, las nuevas competencias, servirán de base sobre las que se asentarán las próximas.
Por otro lado, el desarrollo es un proceso integrado porque el cambio evolutivo, el progreso psicológico es, como hemos dicho ya, un entramado complejo, en el que todos los ámbitos se encuentran interconectados y se influyen mutuamente. A pesar de esta certeza de que todos los aspectos del desarrollo están entrelazados, la complejidad de abordarlos de forma conjunta es evidente, por lo que las investigaciones acerca del cambio evolutivo se han centrado tradicionalmente en aspectos esenciales de los diferentes ámbitos. Ello, insistimos, no debe dar la impresión del desarrollo como un conjunto de progresos que ocurren de forma disgregada, en compartimentos estancos.
Por último,  el cambio evolutivo no puede entenderse en el vacío. El ser humano nace y crece en relación con otros y dentro de un complejo entramado social y cultural. La influencia de estos entornos, desde los más próximos -como la relación con la madre o con la propia familia, hasta la más lejana como las normas que rigen la convivencia social-, es decisiva. Tanto es así, que puede moldear lo previsto genéticamente. Muchas de las alteraciones o problemas potenciales del desarrollo afloran durante la infancia, por eso, nos centraremos especialmente en esta etapa de la vida.