Aunque el interés por la Ética Pública y por la Deontología en la historia no es nuevo, en los momentos actuales ha cobrado especial importancia en todos los campos profesionales. Ambas, Ética y Deontología, se encuentran íntimamente unidas. Carece de sentido una Deontología sin Ética, quedaría reducida a unas normas de conducta sin preguntarse por el sentido de las mismas. Como consecuencia, esta asignatura intenta vincular el estudio ético con la deontología. Se ha tenido en cuenta que dentro del MASTER UNIVERSITARIO DE ACCESO A LA PROCURA y ateniéndose a las competencias establecidas en la normativa vigente debía de tener cabida una asignatura destinada al estudio de la Deontología Profesional y al Régimen de Responsabilidad de los Procuradores como profesionales que cumplen un papel trascendental en el ejercicio del derecho a una defensa eficaz dentro de nuestro ordenamiento jurídico.
Por todo ello hemos elaborado un programa en el que se abordan las principales cuestiones que hoy tiene planteadas la Deontología y la Ética Profesional y enfocadas desde las conductas positivas, con una consideración especial a los Códigos Deontológicos de esta profesión.
Hoy son ya muchos los países, especialmente anglosajones, en los que existen Códigos deontológicos de las distintas profesiones, sistematizaciones de normas éticas que señalan, más allá del Derecho, pautas objetivas de conducta a los que ejercen una determinada actividad profesional.
Es obvio que, en la actualidad, la promoción ética de la función pública que debe de cumplir un Procurador es, sin duda, una de las principales actividades que debe de promocionar un Máster de Acceso a esta Profesión liberal. Pero no es menos cierto que el distanciamiento existente en algunos profesionales y los ciudadanos refleja una realidad de nuestro tiempo que sólo puede superarse a partir del conocimiento y la puesta en práctica de las normas de ética profesional y un mayor acercamiento de determinadas profesiones al ciudadano medio.
Por ello es importante promover una exigencia de los valores éticos y de la praxis de las virtudes morales del servicio profesional. Tal esfuerzo será, cuando menos, un buen ejercicio democrático de higiene.
Para ello los Procuradores deben cumplir las previsiones estatutarias que regulan los derechos y deberes en el Ejercicio de la Profesión, así como los Códigos Deontológicos que les afecten,. Así, los colegios profesionales conforme a lo dispuesto en Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia, en el ámbito de su competencia y con el fin de velar por la ética y por la dignidad y por el respeto debido a los derechos de los particulares regulan la actividad profesional de los colegiados y ejercer la facultad disciplinaria en el orden profesional y colegial.
Para ser un buen procurador no solo es necesario el cumplimiento de las normas procesales y de fondo, también nos ayudará a ello tener una conducta diligente y evitar acciones de responsabilidad, evitando acciones u omisiones que pueden derivar en daños que han de ser reparados.
En este sentido, los Códigos deontológicos regulan principios y normas de comportamiento de los profesionales en el ejercicio de su profesión, regulando los derechos y deberes que les asisten.
Es cierto que, a la hora de abordar esta problemática, los enfoques más frecuentes han sido, casi siempre, de carácter negativo (acentuando el análisis de los comportamientos considerados negativos), pero desde esta asignatura consideramos más conveniente partir de una aproximación positiva implementando programas de ética que nos permitan explicar el buen comportamiento ético de estos operadores jurídicos.
Esta asignatura pretende que, de conformidad con las competencias que deben garantizarse en el curso de formación de los nuevos procuradores (según la legislación vigente), el alumno conozca y sepa aplicar los Derechos y Deberes deontológicos profesionales que informan las relaciones del procurador con el cliente, con los otras partes del procedimiento, con los órganos judiciales y autoridades públicas, con sus compañeros y demás profesionales. Así como conocer y evaluar las distintas responsabilidades vinculadas al ejercicio de su actividad profesional. Es fundamental el conocimiento de los derechos y deberes que asisten al profesional en el ejercicio de su profesión. El Procurador debe tener conocimiento de las previsiones legales y estatutarias que regulan la materia, para evitar acciones de responsabilidad, diferenciando para ello la intencionalidad en la negligencia del error ocasional. Así, se plantearán situaciones en las que la actuación profesional en un sentido u otro, puede conllevar no tan solo el fracaso del derecho de su cliente, sino también una acción de responsabilidad contra el Procurador o sanción disciplinaria que ejercen los Colegios de Procuradores en el marco de su potestad disciplinaria por incumplimiento de los deberes que deben regir en la actividad diaria profesional del procurador.
