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Nacimiento y características del MLF (Mouvement de libération des femmes) (1970)
En la prolongación de las movilizaciones obreras y estudiantiles de mayo del 68, y precedido de varias manifestaciones públicas, como la del 26 de agosto de 1970, día en el que un grupo de mujeres (entre las que se encuentra Wittig) depositan, en el Arco de Triunfo de París, un ramo de flores para la «viuda» del «soldado desconocido» (acontecimiento considerado como el gesto fundador), el Mouvement de libération des femmes nace ese mismo año (1970).
Sin una doctrina determinada, este movimiento espontáneo, plural, colectivo e igualitario de mujeres surge como un espacio común de acción política (asambleas -como el mitin en la universidad de Vincennes en mayo de 1970-, manifestaciones, movilizaciones, huelgas, reivindicaciones -igualdad salarial, reparto de las tareas domésticas, etc,- e incluso acciones espectaculares, como el «Manifeste de las 343 salopes» -reclamando el aborto libre y gratuito- que se publica en el nº 334 de El Nouvel Observateur del 5 de abril de 1971 y que pondrá su granito de arena para que el 17 de enero de 1975 se promulgue la polémica ley Veil de despenalización del aborto) y de reflexión, toma de la palabra y discusión en el que las mujeres analizan críticamente el sistema patriarcal (el sistema que les oprime de manera específica) y en el que abordan toda una serie de cuestiones (cuerpo, sexualidad, violación, aborto) que hasta entonces resultaban «prohibidas» y que les van a permitir liberarse sexualmente y hacerse con el control de su propio cuerpo (contraconcepción y legislación del aborto; elección de la orientación sexual, pero también lucha contra la «violencia de género», la pornografía, la prostitución, etc.).
Sin embargo, desde mediados de la década de los años 70 hasta finales de los 80, la incorporación de muchas feministas a las luchas y reivindicaciones de los movimientos de izquierdas así como, más adelante, la polémica “apropiación” del MLF por parte de Antoinette Fouque contribuyen a dividir de manera irremediable y permanente dicho movimiento, ya de por sí heterogéneo, dando lugar a una pluralidad de enfoques y de propuestas prácticas y teóricas enfrentadas a la hora de entender tanto la diferencia sexual como la forma de combatir los mecanismos de opresión patriarcal.
Estudio de las dos principales corrientes:
Feminismos de la igualdad: teoría materialista radical
Influencia de Simone de Beauvoir y creación de la revista Questions féministes (1977-1980), posteriormente denominada Nouvelles questions féministes (1981). Universalismo, antiesencialismo y modelo materialista (método y conceptos). Proximidad con organizaciones políticas de extrema izquierda, pero crítica (y desvinculación) del feminismo marxista de la lucha de clases. Radicalidad del proyecto político: lucha en nombre de la «clase de las mujeres» concebida como sujeto político. Carácter histórico y socialmente construido de la diferencia jerárquica entre los sexos. Relevancia de la noción de género.
- El lesbianismo político de Monique Wittig (1935-2003). La crítica de la ideología heterosexual (la «mente hetero») como régimen patriarcal, político y simbólico de dominación y opresión. El lesbianismo: una elección y una práctica políticas. Erradicación de las categorías sexo/género. Literatura engagée (comprometida) e importancia del lenguaje como instrumento para la «creación» de identidades plurales.
- El «feminismo materialista» radical de Christine Delphy (1941). La economía política del género: análisis del sistema patriarcal y de su base económica («el modo de producción doméstico»). Explotación y no-reconocimiento de las mujeres. Las relaciones entre capitalismo, patriarcado y subordinación y opresión femeninas. La teoría de la plusvalía como modalidad de explotación. Estudio de las variables de género (que crea al sexo), clase y etnia. La «lucha revolucionaria» (que no «lucha de clases») y las estrategias de acción contra el patriarcado. Reivindicación de la igualdad como ideal. Universalismo y derechos humanos.
Feminismos de la diferencia: psicoanálisis y escritura.
Influencia de Antoinette Fouque (teórica de la « feminología » y fundadora del colectivo Psychanalyse et Politique, de la librería Des femmes, de las Éditions Des femmes, etc.). Exploración del inconsciente como punto clave para reconstruir la esencia femenina. El derecho a la diferencia: afirmación de la diferencia sexual como diferencia natural y como dimensión fundamental de la identidad femenina. Redefinición de dicha identidad y reivindicación de la igualdad en la diferencia. Fuente de inspiración para el desarrollo de otras corrientes feministas contemporáneas en Italia y en Estados Unidos.
- Luce Irigaray (1930). Reinterpretación de las claves del psicoanálisis: el orden simbólico patriarcal excluye a la mujer como el lado negativo (lo diferente, lo impensable) del propio reflejo del hombre (lógica especular de lo mismo). Elaboración de una teoría de la identidad femenina a partir de la afirmación de la diferencia sexual (lugar de extraterritoralidad del falogocentrismo): exploración del cuerpo y del placer sexual de la mujer. El imaginario femenino. La simbólica de la relación madre-hija. La fluidez del «parler femme» («el hablar como mujer»). La «ética de la diferencia sexual».
- El feminismo «disidente» de Annie Leclerc (1940-2006). El derecho a ser mujer: la reivindicación de la especificidad femenina como cuerpo. Invención de una palabra de mujer. El goce como referente.
- Hélène Cixous (1937). La «escritura femenina» y la «jouissance» (goce) como fuerza subversiva de transformación, de afirmación política y de liberación frente a las estructuras falocéntricas predominantes. Funcionamiento de la economía libidinal no sometida a la ley, a lo simbólico ni a la represión del cuerpo sino abierta al otro, al don y al compartir: sustitución de la dominación por el amor. Trabajo con la diferencia sexual (la «D.S.», déesse, diosa) imitando la lógica patriarcal, desbaratando las oposiciones binarias y estimulando el juego libre de los significantes. La «otra bisexualidad» (múltiple y variable) que «no anula las diferencias sino que las fomenta, las provoca, las aumenta».
- El feminismo insurreccional de Françoise Collin (1928-2012, co-fundadora de Les Cahiers du Grif (Bruselas): 1973-1978, con una nueva serie hasta los años 1990). Importancia de la obra de M. Blanchot y de H. Arendt. «Conversión» y compromiso feminista. Sustitución de la teoría explicativa por la aventura permanente del pensamiento: gesto inaugural sin modelo preestablecido ni garantías (lo «irrepresentable»). Compleja articulación entre la experiencia literaria como proceso singular y solitario (aunque expuesto al riesgo de las futuras lecturas) y la acción política como proyecto compartido (iniciativa y decisión subjetiva basada en un diálogo plural). La praxis de los sexos: reflexión sobre las relaciones de poder entre las categorías de «hombre» y «mujer» con vistas a superar la desigualdad secular materializada en la «dominación masculina». Trabajo de reinvención de las posiciones sexuadas y del «mundo en común» como pluralidad de diferentes. La importancia de la historia (matrimoine) y de la transmisión y la filiación generacional: reconstrucciones no lineales imprevisibles.
- El «postfeminismo» de Sylviane Agacinski (1945, militante del CoRp, Collectif pour le respect de la personne). El reconocimiento de la dualidad biológico-metafísica. La maternidad como una pieza clave de la libertad femenina. Crítica de la oposición naturaleza/cultura y de la reducción del sexo al género. La teoría de la mixitud y la lógica de lo mixto. La reivindicación de la paridad en el espacio público. Reflexiones sobre la bioética y las nuevas formas de solidaridad.
- Michèle Le Doeuff (1948). El imaginario filosófico y lo femenino. La exclusión de «la» mujer de los saberes: ni ciencia ni filosofía son inherentemente masculinas (la pluralidad de racionalidades desmiente por sí misma una razón masculina hegemónica). Dicha exclusión, por consiguiente, no procede de la ciencia ni de la filosofía, sino de su ejercicio, como práctica histórica, por parte de los hombres. La crítica feminista lucha contra este sexismo esencial utilizando los propios recursos de la filosofía y de la ciencia, las cuales siempre son potencialmente liberadoras (fidelidad, en consecuencia, a los principios de la Ilustración y la crítica). El análisis de la figura de la “devota” o la “discípula” del gran filósofo y la «transferencia erótico-teorética».
Importante evolución de los movimientos feministas desde los años 1970 hasta nuestros días. Multiplicidad e interdisciplinariedad de las perspectivas reivindicadas, más allá de una política identitaria, por las feministas más jóvenes. Crítica (discutible en muchos casos) de la visión homogénea de la categoría «mujeres» sin tener en cuenta la multiplicidad de relaciones de dominación que la atraviesan (Elsa Dorlin y Éric Fassin, sociólogo que se reivindica feminista): importancia de la interseccionalidad o coextensividad de las relaciones sociales de sexo, género, clase, raza y religión.
En la década de los años 1990, las nuevas generaciones feministas toman el relevo de las anteriores (con todas las filiaciones y las rupturas que esto supone) dando un nuevo giro y un nuevo impulso al feminismo social y militante. Sin dejar de lado las reivindicaciones de sus predecesoras (como la igualdad y la libertad sexual), el nuevo feminismo francés hace suyas asimismo otras demandas sociales como la lucha contra el paro, la precariedad, la pobreza, la exclusión social, etc., pero también problemáticas como el postcolonialismo (feminismo postcolonial) y el respeto por el multiculturalismo, los efectos de la globalización y el ciberespacio (ciberfeminismo), la protección del medio ambiente y la ecología (ecofeminismo), etc., sin olvidar tampoco la lucha contra el sexismo y contra la violencia de género o la importancia de las cuestiones de género y la transexualidad.
Al mismo tiempo, también se crean e inventan otras formas, algunas transgresoras, de activismo y de proselitismo que incluyen los últimos -y siempre en evolución- medios teletecnológicos de información y de comunicación (Internet, redes sociales, plataformas digitales, blogs, etc.), espacios alternativos inéditos hasta entonces que, además, propician la internacionalización de las luchas feministas. A su vez, surgen una multitud de colectivos, movimientos, organizaciones y redes feministas heterogéneos (algunos disueltos actualmente, pero la mayoría en plena actividad) que, sin embargo, mantienen a menudo contacto entre sí: Collectif National pour les droits des femmes (1996), Mix-Cité (1997), ProChoix (1997), Chiennes de Garde (1999, Ni Putes Ni Soumises (2003), Efigies (2003), La Barbe (2008), Osez le féminisme (2009), Le laboratoire de l’égalité (2010), Femen France (2010), G.A.R.C.E.S (2010), Les efFRONTé-e-s (2011), FièrES (2013), etc.
Debates feministas recientes en Francia
Desde la última década del siglo XX, en Francia se producen una serie de acontecimientos, unos en forma de leyes (fruto de determinadas reivindicaciones de los años 1970 pero también de la relevancia que -como ya se ha dicho- cobran las cuestiones de género, el hecho del multiculturalismo, etc.); otros unidos a una liberación sexual cada vez mayor, no incompatible con los insistentes modelos sexistas o con la mercantilización de los cuerpos de las mujeres (pornografía, prostitución, explotación televisiva de la imagen femenina); otros, a su vez, relacionados con la bioética, con las nuevas tecnologías de procreación, etc., que suscitan con frecuencia reacciones enfrentadas, las cuales desembocan en toda una serie de debates, algunos de ellos, hoy por hoy, de plena actualidad.
Algunas leyes
1990 autorización de la píldora RU 486 en medios hospitalarios para la interrupción voluntaria del embarazo (IVG).
1992 ley contra la violencia de género y penalización del acoso sexual en el trabajo.
1999 PACS (ley del Pacto Civil de Solidaridad).
2000 ley sobre la paridad.
2000 ley sobre la contracepción de emergencia (píldora anticonceptiva de emergencia (PAE) o «del día después» de venta libre en farmacia).
2004 prohibición del velo islámico (y otros signos religiosos) en los establecimientos públicos de enseñanza.
2004 ley que autoriza la interrupción voluntaria del embarazo por medios farmacológicos.