La poesía. En castellano, catalán, gallego o euskera, la poesía y los poetas nos acompañan siempre. En Cádiz, por supuesto Rafael Alberti. Poeta y militante. Comunista y poeta.
Podríamos comenzar la crónica de nuestra última ruta, celebrada por tierras gaditanas, de muchas maneras.
Desde luego recogiendo las palabras de don Benito Pérez Galdós al comienzo de su libro, uno de los Episodios Nacionales y que lleva por título el nombre de Cádiz “ … y recorrí, con otros compañeros (…) el largo istmo que sirve para que el continente no tenga la desdicha de estar separada de Cádiz”, como piropo no tiene parangón.
Cádiz es una ciudad sorprendente a la que los tópicos no hacen justicia. Su luz no tiene comparación, su situación geográfica, rodeada de mar, hace que esta se multiplique por todos lados. Y en Cádiz comenzamos esta ruta en la que mezclamos, muy sabiamente, a Rafael Alberti con una constitución, no con la de 1812 de la que no tenemos fotografía, por supuesto, pero sí de la de 1978, y esa fotografía es la del poeta gaditano, en las recién elegidas Cortes democráticas, bajando las escaleras del hemiciclo, del brazo de Dolores Ibárruri, la Pasionaria, para presidir la sesión del Congreso que daría a luz el nuevo texto constitucional.