Las intervenciones que se realizan en el ámbito clínico, se diseñan y fundamentan en el conocimiento previo que se tiene, con respecto a los efectos que producen los tratamientos que se aplican para la mejora o el mantenimiento de la salud; además, en este contexto, con frecuencia, es necesario valorar la utilidad que se obtuvo de la aplicación de un determinado tratamiento. Para ambas cuestiones es necesario medir; en unos casos para evaluar la intervención y en otros para elegir el tratamiento adecuado a ese caso concreto