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DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN A LA REVOLUCIÓN DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA

Curso 2016/2017 / Cod.24400610

DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN A LA REVOLUCIÓN DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA

CONTENIDOS DE LA ASIGNATURA

4.1.- Descripción general de la asignatura
La novela hispanoamericana había irrumpido en el siglo XX de la mano del Naturalismo y del Modernismo literarios y había conseguido expresiones brillantes como la alcanzada por Enrique Larreta en 1908, con su novela La gloria de Don Ramiro. Pero con la el Centenario y el Mundonovismo y cierta vertiente del discurso arielista volvía a la utilización de una temática propia, enriquecida con las innovaciones formales del Modernismo.
Es cierto que la extraordinaria eclosión de la poesía lírica durante el Modernismo y las Vanguardias, opacó, de algún modo los niveles de calidad que la novela hispanoamericana estaba alcanzando por esas fechas, vuelta hacia sus tierras y hacia sus gentes. Sin embargo, hoy podemos afirmar que constituyó un auténtico correlato del florecimiento poético. Búsquedas de creaciones literarias de estricta modernidad, como las realizadas por Pablo Palacio (Débora, 1927), Roberto Artl (El juguete rabioso, 1926), o Torres Bodet (Proserpina rescatada, 1931), coexisten con novelas que reflejan las tensiones socio-económicas que azotan al continente iberoamericano, o anonadan por la fuerza avasalladora de su paisaje. Hitos de estas últimas son:
a)              La Novela de la Revolución Mexicana, que tiene en Mariano Azuela su iniciador y su  cronista más apasionado, a la par que el creador de la novela moderna mexicana (Andrés Pérez maderista, 1911; Los de abajo, 1915; o La luciérnaga, 1932). Y junto a él una pléyade de escritores que no es el momento de señalar.
b)              La Novela Regionalista y/o telúrica, con el colombiano José Eustasio Rivera (La vorágine, 1923), el venezolano Rómulo Gallegos (Doña Bárbara, 1929, y Canaima, 1936 y el argentino Ricardo Güiraldes (Don Segundo Sombra, 1926), que animan sus narraciones con una prosa poética que convierte a sus novelas en auténticas joyas literarias.
c)              La Novela Indigenista, próxima en muchos aspectos al neo realismo de los otros dos apartados, y que adquiere gran resonancia con las novelas de Alcides Arguedas, Jorge Icaza, Ciro Alegría, Mauricio Magdaleno y José María Arguedas.
Todos estos metagéneros narrativos muestran en sus páginas las tensiones económicas y sociales de la época, y las discusiones estéticas que las acompañaron con claridad meridiana. Pero la línea de indagación e introspección literarias, iniciada en la década de los veinte, si soterrada por las horas “heroicas” que vivía el continente iberoamericano, no había desaparecido, sino que se mantenía tenuemente. Por eso, con el agotamiento de las líneas temáticas anteriores, la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de dar respuestas a los procesos de modernización de los países hispanoamericanos, afloró nuevamente, con renovados bríos. Los escritores hispanoamericanos, sin renunciar al compromiso social con los problemas del continente, se sintieron llamados a buscar nuevas formas de expresión, en consonancia con las del mundo occidental. Obras como El Señor Presidente (1946), u Hombres de maíz (1948), de Miguel Ángel Asturias, El pozo (1941), de Juan Carlos Onetti, El túnel (1948), de Ernesto Sábato, El reino de este mundo (1948), o Los pasos perdidos(1953), de Alejo Carpentier, Al filo del agua(1947, de Agustín Yánez,  y Pedro Páramo(1955), de Juan Rulfo, muestran que la novela hispanoamericana había adquirido su mayoría de edad y había iniciado el proceso de renovación formal que la crítica ha concretado en la década siguiente, con el apelativo famoso del “boom”.
A lo largo de  todo este apartado (Apartado 4) se desglosan los contenidos del programa de la asignatura para facilitar el estudio y orientar las lecturas. Los cuatro grandes bloques temáticos se dividen en apartados y temas, indicando los aspectos más relevantes en función de los objetivos de este curso. Este esquema pormenorizado no constituye el “programa” de la asignatura, sino una orientación para su estudio.
Al realizar las lecturas, el estudiante deberá tener siempre presente este esquema de contenidos, con el fin de tomar sus notas y realizar las recensiones de acuerdo con los objetivos marcados en el apartado correspondiente.
Al finalizar el estudio de cada apartado, mediante la lectura de la bibliografía básica y las obras literarias prescritas, deberá ser capaz de elaborar unos resúmenes con la mayor precisión sobre estos aspectos y estará en condiciones de iniciar su investigación y poner en práctica el resto de las competencias adquiridas o desarrolladas.

 

 

4.2.- Descripción y relevancia de los bloques temáticos
           
            Como puede verse a continuación, he dividido los quince temas en cuatro bloques temáticos que se justifican plenamente por la relevancia de sus contenidos y por la autonomía de sus producciones literarias, que, como no podía ser de otro modo, tienen que ver con la aclimatación en Hispanoamérica de distintas corrientes culturales y  movimientos literarios a la particular idiosincrasia de los países iberoamericanos y a sus convulsiones político-sociales.
            El primer bloque lo constituye la Novela de la Revolución mexicana. Consta de cinco temas, en los que se especifica el contexto histórico-político en que surge; las bases ideológicas que la conforman; su inserción en la producción literaria de México hasta ala publicación de Al filo del agua, que marca la aparición de la novela moderna en el país azteca; el estudio detallado de su máximo representante, a la vez el mejor novelista de México durante la primera mitad del siglo, el jalisciense Mariano Azuela; y el análisis de otros escritores representativos de este ciclo narrativo, como Martín Luis Guzmán, Gregorio López y Fuentes o Francisco l. Urquizo.
            El segundo bloque está formado por la denominada novela regionalista, criollista o mundonovita. Una novela incardinada dentro del realismo literario, que ha incorporado a su narración las innovaciones técnicas del Modernismo y, en parte, de las vanguardias, e inicia la indagación sobre la identidad del ser americano. Este bloque está compuesto por tres temas bien definidos: la novela del gaucho, con don Segundo Sombra como su mejor representación; y la novela de la tierra, bien en su vertiente telúrico-lírica (La vorágine), o bien en su vertiente educadora (Doña Bárbara).
            El tercer bloque, todavía sin  estudiar en profundidad, muestra la recepción de la literatura vanguardista en Iberoamérica y el afán por realizar una novela de experimentacion formal y artística, independiente de los problemas sociales y económicos del subcontinente, que reclama la autonomía del hecho literario. Esta narrativa, que hunde sus raíces en la literatura modernista, incide en los ambientes urbanos, y en la creación de un héroe problemático y moderno, psicológicamente complejo e inmerso en los problemas que rodean al hombre normal en el mundo contemporáneo. Esta literatura se dio en toda Hispanoamérica de forma paralela a la novela realista de observación y compromiso y quedó subsumida posiblemente por la inexistencia de un público lector hispanoamericano preparado para las innovaciones que proponían diversos autores en toda el área hispanoamericana. Lo he recogido en un tema porque he preferido aunar los rasgos comunes que la caracterizan por encima de los rasgos que las diferencian.
            El cuarto bloque tiene, como los anteriores, una profunda homogeneidad, dentro de la diversidad caracterizadora. Lo constituye la novela indigenista hispanoamericana, un subgénero literario, de enorme complejidad, por su gran amplitud cronológica y espacial: cinco siglos y un número considerable de países hispanoamericanos (al menos, México, Guatemala, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia). Su importancia es esencial para entender muchos de los acontecimientos históricos que están ocurriendo actualmente en Iberoamérica (ascenso de gobiernos indígenas, como el de Evo Morales en Bolivia, llegadas de gobiernos mesiánicos- populistas; organizaciones indígenas supranacionales, etc.). Lo he distribuido en seis temas, relacionados con los problemas de conceptualización, delimitación y bases ideológicas que sustentan los diversos indigenismos (tema 10); y el estudio sistemático de las novelas indigenistas producidas en Bolivia (tema 11), Ecuador (tema 12); Perú (tema 13); México (tema 14) y Guatemala (tema 15).  Explicito su desarrollo en el punto siguiente.

 


4.3.- Programa

I.- LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

I.1.- Contexto histórico de la Novela de la Revolución Mexicana.
I.2.- Bases ideológicas de la Novela de la Revolución Mexicana.
I.3.-  La  Novela de la Revolución Mexicana en la novela mexicana de su tiempo.
I.4.- Mariano Azuela (1873-1952)
I.5.- Otros autores.
        I.5.1.- Martín Luis Guzmán (1887-1976).
        I.5.2.- José Rubén Romero (1890-1952).          
        I.5.3.- Gregorio López y Fuentes (1897-1966).
        I.5.4.- Rafael Felipe Muñoz (1899-1972).         
        I.5.5.- Francisco L. Urquizo (1891-1969).
        I.5.6.- Nellie Campobello (1900- ¿).
                       

II.- LA NOVELA REGIONALISTA HISPANOAMERICANA.
Es una novela realista, enriquecida con las descripciones cromáticas y sensuales, y el lirismo poético de la prosa modernista. Se compone de diversos ciclos temáticos, a caballo entre el pintoresquismo costumbrista del siglo XIX y la denuncia social. De entre ellos destaco dos: la novela del gaucho, y la novela de la tierra. También se la denomina como Novela posmodernista, criollista o mundonovista. Es fácil encontrar en ella estos rasgos caracterizadores:
 
-          Los hechos históricos determinan el compromiso del escritor.
-          Una nueva expresividad del lenguaje.
-          Incorporación progresiva del mundo mítico y mágico.
-          Incorporación progresiva de americanismos.
-          La crisis espiritual de la modernidad occidental tras la 1ª Guerra Mundial.
-          Impacto de la Revolución Rusa.
-          Exaltación de las culturas americanas.

II.1.- La novela del gaucho

        Argentina:          
      II.1.1.- Benito Lynch (1885-1951).
      II.1.2.- Enrique Larreta (1875-1961).
      II.1.3.- Ricardo Güiraldes (1886-1927).
       Uruguay:
      II.1.4.- Enrique Amorín (1900-1940).   
      II.1.5.- Carlos Reyles (1868-1938).

II.2.- La novela de la tierra: Colombia.

      II.2.1.- José Eustasio Rivera (1888-1928).
      II.2.2.-  Seguidores en Colombia: César Uribe Piedrahita (1897-1951).

II.3.-  La novela de la tierra: Venezuela.

      II.3.1.- Rómulo Gallegos (1884-1969).
                         
III.- HACIA UNA NARRATIVA EXPERIMENTAL Y ARTÍSTICA.

III.1.1.- El Río de la Plata

    1.- Roberto Arlt (1900-1942).
    2.- Jorge Luis Borges (1899-1986).
    3.- Felisberto Hernández (1902-1964).

III.1.2.- Chile

     4.- Pablo Neruda (1904-1973)
     5.- Vicente Huidobro (1893-1948)

III.1.3.- Ecuador

     6.- Pablo Palacio (1906-1947)

III.1.4.- Venezuela

      7.- Arturo Uslar-Pietri (1906-1996).

III.1.5.- Cuba

     8.- Alejo Carpentier (1904-1980)

III.1.6.- México
 

     9.- La novelística del grupo Contemporáneos, de la que destacan las novelas de Jaime Torres Bodet.

IV.- LA NOVELA INDIGENISTA.
IV.1.- Concepto y delimitación de la novela indigenista. 

 

1.- Oposiciones confusas.
2.- Ensayistas del Indigenismo.
3.-  Problemas para un estudio exhaustivo. 

IV.2.- la novela indigenista en Bolivia: Alcides Arguedas (1879-1946).

IV.3.- La novela indigenista en Ecuador: Jorge Icaza (1906-1978).
 

IV.4.- La novela indigenista en Perú

         IV.4.1.- Ciro Alegría (¿1908?-1967).
         IV.4.2.- José María Arguedas (1911-1969).

IV.5.- La novela indigenista en México        
 

-   Gregorio López y Fuentes.
-   Mauricio Magdaleno.
-   Miguel Ángel Menéndez.
-   Miguel N. Lira.
-   Antonio Mediz Bolio.
-   Ermilo Abreu Gómez.
-   Ricardo Pozas.
-   Ramón Rubín.
-   Rosario Castellanos.
-   Carlo Antonio Castro.

 

IV.6.- La novela indigenista en Guatemala                      
 

Carlos Wild Ospina.
Flavio Herrera.
Miguel Ángel Asturias.
Mario Monteforte Toledo.
Virgilo Rodríguez Macal.

     -Una novela indígena: El tiempo principia en Xibalbá (1984).