Los contrastes paramétricos se caracterizan porque: 1) permiten contrastar hipótesis referidas a algún parámetro (generalmente µ, σ2, β, ρxy, etc.), 2) requieren del cumplimiento de determinados supuestos sobre las poblaciones originales de las que se extraen los datos (generalmente normalidad y homocedasticidad), y 3) analizan datos obtenidos con una escala de medida de intervalo o razón. Estos contrastes son los más utilizados en la investigación empírica, pero su aplicabilidad se ve reducida, fundamentalmente por dos razones: 1) requieren del cumplimiento de algunos supuestos que en ocasiones pueden resultar demasiado exigentes y 2) es necesario trabajar con unos niveles de medida que, especialmente en ciencias como la Psicología, no siempre resulta fácil alcanzar. Afortunadamente, los contrastes paramétricos no son el único tipo de contrastes disponible.