El estudio de la calidad de vida desde el punto de vista del envejecimiento activo y saludable para el bienestar de las personas mayores se ha convertido en un tema prioritario en la Organización Mundial de la Salud, y que también se recoge en la Estrategia de Europa 2020. El cambio de estilo de vida y los hábitos saludables son fundamentales para ralentizar el proceso de envejecimiento y mejorar la salud de las personas.
El aumento de la esperanza de vida y las nuevas exigencias de la sociedad hacen que la calidad de vida se haya convertido en una de las principales aspiraciones hacia el bienestar y la felicidad a la que todos debemos tender, de lo que se deriva la demanda de la formación de profesionales para actuar en el campo socio-educativo y cultural.
La calidad de vida es un concepto amplio y complejo que Incluye la satisfacción de una serie de necesidades encaminadas hacia un orden de convivencia y estado de salud óptimo y hacia una formación mínima que permita a las personas adultas y mayores realizarse como seres autónomos e independientes.
En la actualidad, hablar de calidad de vida es hablar de calidad en todas sus dimensiones. Es una cuestión importante independientemente de la edad, pero en las personas adultas y mayores se producen una serie de circunstancias que la hacen prioritaria y que son, entre otras, el aumento de las situaciones de dependencia, en general, y el incremento de las enfermedades crónicas en particular, por ello uno de los ejes prioritarios en las políticas gerontológicas actuales es el envejecimiento activo.