Javier Urra acompañado del Director del Curso, Enrique García Fernández-Abascal, se presentó ante los medios de comunicación con su habitual sonrisa para decirnos “La vida es lo más bonito que tenemos, tiene muchos matices … mi hijo acaba de venir de Brasil y hoy me lo he traído a Ávila, en un día precioso y eso que por teléfono mi amiga me acaba de decir que su cáncer ha empeorado …. todo en un espacio muy corto de tiempo, pero hay espacio para la esperanza”.
Urra asegura que como Defensor del Menor “he visto de todo, niños abrasados, el chabolismo vertical … en las visitas a las cárceles me he entrevistado con violadores en serie y también con víctimas … hijos que agreden a sus padres y todo tipo de violencia intrafamiliar ….de verdad he visto partes muy duras de la vida…. he sufrido un infarto, tengo colocados 3 stents… la vida tiene partes que te abofetean y otras con esperanza. Acabo de escribir un libro con una pregunta que nos hacemos muchas personas: ¿qué se puede pedir a la vida? y la respuesta es sencilla: no más de lo que puede dar”. Para Javier Urra lo alarmante es que entre jóvenes de 18 a 24 años la causa de muerte más común sea el suicidio “estamos creando jóvenes como el cristal: duros pero frágiles, verdaderamente vulnerables”
En este punto, Javier Urra nos trae a la memoria la letra de una canción de Rodolfo Sciammarella, esa que entona que para ser feliz sólo se necesita “salud, dinero y amor”. Y comienza el análisis de Urra: “DINERO, es necesario lo justo para llegar a final de mes, yo conozco gente que tiene mucho y no es feliz. SALUD no, he vistado hospitales y visitado pacientes terminales y es gente feliz. Me preocupa la gente que lo tiene todo y no es feliz. AMOR siiii, el amor el necesario, amor de cualquier tipo … familiar, de pareja, de amigos…… mi madre que está enferma de Alzheimer, esa enfermedad que muchos no entienden y lo esencial es la “piel con piel”.
