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22 de abril 2013



Todos somos iguales 

Hablemos en femenino.

Curiosamente la palabra universidad, es femenino y procede del latín “universitas”  que significa el todo, lo universal.  La primera universidad conocida como “la madre de la Universidad” es la de Bolonia y nace en 1088. Le cantamos a la “vieja Facultad”, que también es femenino. Es una clásica canción de la Tuna cuya letra es original del antiguo tuno, Luis García Matilla “Catilina” que consiguió el premio a la mejor canción inédita en el Concurso Nacional de Tunas en 1970.

Tenemos la música y tenemos la letra, y a pesar de todo esto, de que los orígenes de la cultura y la educación se expresan  en femenino, hoy, en pleno siglo XXI se sigue  hablando y luchando por la igualdad de género. Porque todavía no existe.

La UNED, creada en 1972  es una universidad tradicionalmente preocupada por garantizar  el principio de igualdad de oportunidades en el acceso a la enseñanza superior, como reza el Informe de Responsabilidad  Social Corporativa de la Institución.También, fue la primera  en contar con una mujer, como rectora. La Catedrática de Derecho Internacional Privado, Elisa Pérez Vera. Siempre presente en la UNED, a través del premio que anualmente concede esta universidad, para trabajos de investigación que traten sobre igualdad de género y que lleva su mismo nombre.

Además, la UNED, fue pionera en la  implantación de un Programa de Estudios en Centros Penitenciarios que facilitaba y facilita el acceso a la enseñanza superior a la población reclusa, bajo un principio de igualdad.


Paz San Segundo Técnico de la UNED y ex Responsable de este programa y del Informe: “estudios universitarios en prisiones del curso 92-93, nos comenta que  “El número de alumnos matriculados durante el curso 1992-93 era de 565. El porcentaje de alumnas equivalía a un 8% del total de los matriculados. Y aunque  se trata de un número bajo, debemos  recordar que en el curso 1981-82, sólo había inscritas ocho mujeres. En el curso 2011-12 cursaban sus estudios en Centros Penitenciarios  1273 estudiantes. El 87.5%  eran  hombres y  el 12,5 % mujeres.

Bajo esta filosofía, La UNED celebra anualmente las Jornada de Igualdad, que en esta ocasión cumplieron su IV edición con el lema: “Mujer: exclusión visible e invisible”. Porque quizá  la igualdad de género quede todavía bastante lejana en organizaciones, instituciones y empresas de este nuevo milenio y hay que seguir recordándole a la sociedad, que todos somos iguales”. Con las mismas obligaciones y con los mismos derechos.

La Dra. Teresa San Segundo Manuel, dirige el Centro de Estudios de Género de la UNED.

Pregunta.- Frente al hecho difícilmente cuestionable de la desigualdad histórica –al menos de la historia que conocemos- y de las causas ampliamente estudiadas  que la provocan, cuesta trabajo entender que esta especie de institucionalización de la desigualdad se haya eficazmente mantenido  con toda naturalidad hasta el tiempo presente sin más concurso que el del “macho opresor”. ¿Somos las mujeres solo víctimas de esta realidad o, también, corresponsables de la misma?

Respuesta.- Toda persona, todo grupo social tiene una responsabilidad. Cuanto más poder se tiene el radio de acción e influencia es mayor y, por tanto, la responsabilidad también es mayor.

La asimetría de poder hace que no sea comparable el nivel de responsabilidad. Si tomamos como ejemplo el mantenimiento de una sociedad esclavista no podemos comparar la responsabilidad del amo que tiene todos los medios de control a su disposición con la del esclavo por no rebelarse. Tenemos que exigir que se nos trate como iguales pero no se puede decir que seamos corresponsables cuando la situación de partida no es la misma.

Hace muy poco que se ha conseguido la igualdad formal. En la década de los 70 se reconoció capacidad a la mujer casada. Posteriormente la Constitución reconoció la igualdad. Llevamos apenas tres décadas. Tenemos que conseguir que esa igualdad se materialice, que exista en el ámbito público, en las relaciones personales, en el hogar.


P.- El Centro de Estudios de Género de la UNED tiene por objeto coordinar e impulsar las actividades docentes e investigadoras directamente relacionadas con la materia de igualdad de género, partiendo de la premisa básica de que la perspectiva de género es una pieza clave en la formación y la investigación universitaria. Así es como se define el objetivo del Centro de Estudios de Género que Vd. dirige. ¿Podríamos llegar a afirmar que en lo que respecta a la igualdad de género, quizá nos sobra teoría y nos falta práctica? ¿O quizá, es que no acabamos de asimilar la teoría?

R.- Pensar sobre la igualdad, ir a sus raíces, examinar las causas y las consecuencias de la falta de igualdad siempre es positivo, sirve para avanzar, para darnos cuenta del potencial que encierra cada ser humano y no ponerle cortapisas, no impedirle su crecimiento.

Como sociedad y como personas hemos de impregnarnos de la idea de igualdad y de dignidad para ir alcanzando mayores cotas de justicia.

Quienes gozan de un status más elevado no quieren perder privilegios y son reacios a aceptar la igualdad, además, los grupos privilegiados no son siempre conscientes de sus ventajas porque para ellos eso es “lo normal”.

Hombres y mujeres tenemos que implicarnos, tenemos que trabajar por la igualdad, las mujeres potenciando su autonomía y los hombres respetándola. Todos/as tenemos que asimilar la igualdad, exigirla constituye un derecho y un deber.

P.- Vd. que tiene un importante conocimiento de la cuestión, al dirigir este centro en la UNED, ¿considera que la universidad, por su espíritu y esencia eminentemente cultural y formativa, es menos participativa en cuanto a la discriminación profesional de género?

R.- No sé bien a qué se refiere en su planteamiento si a que se discrimina menos en la universidad o a que nos implicamos menos en la erradicación de la discriminación profesional  por razón de género. Trataré de responder.

La universidad constituye un reflejo de la sociedad. En el acceso hay una mayor igualdad, el número de mujeres es elevado, pero en los puestos de dirección los hombres son mayoría lo cual se explica no sólo por la forma de promoción profesional sino porque la mujeres dedican más tiempo a la casa y a los cuidados familiares lo que les resta tiempo a su promoción profesional sobre todo si tienen hijos/as. Adaptan su trayectoria profesional a su vida familiar.

P.- Las Jornadas de Igualdad que organiza anualmente la UNED – este año, es  su IV convocatoria – ¿suponen una puesta a punto del problema de la desigualdad de género, un intercambio de opiniones y experiencias, o una serie de planteamientos encaminados a poder paliar el problema?

R.- Las jornadas de igualdad sirven a todos los objetivos planteados: a apreciar los logros obtenidos y a ver dónde falla el sistema, constituyen un punto de encuentro y reflexión, una toma de conciencia que ha de servir para hacer propuestas que contribuyan a que nuestra sociedad sea cada día más justa e igualitaria.

P.-¿Se podría afirmar  que en concurso de mérito y capacidad, accede más fácilmente, en la administración, la mujer que el hombre, pero que, paradójicamente, los puestos de responsabilidad se le adjudican antes a los hombres que  a las mujeres?

R.- Así es. Las mujeres tenemos un suelo pegajoso que nos impide despegar y un techo de cristal. Tenemos más dificultades para acceder a determinados puestos pero, además, a menudo no lo intentamos por las cargas familiares, por los roles tradicionales. La mujer se cuestiona el tipo de trabajo al que va a acceder en función de su familia. Si una mujer asume la responsabilidad del cuidado (que otros descuidan) es imposible que pueda desplegar todo su potencial en el ámbito laboral, se le está limitando su desarrollo profesional.

Estas jornadas deben servir para ir quitando trabas y que desaparezcan los techos de cristal y los suelos pegajosos, para que la igualdad existente en el plano legal se convierta en real.

Como las meigas, la igualdad de género puede no existir, pero quizá “habelas, hainas”. Sheryl Sandber actual Directora de Operaciones de Facebook, acaba de publicar Lean In, un libro que pretende ser una guía práctica para el continuo y difícil desafío que supone alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. Ha suscitado gran polémica en menos de un mes y en el, se puede leer por ejemplo: ”Nadie puede tener dos trabajos a tiempo completo, tener niños perfectos, cocinar tres comidas deliciosas y nutritivas al día y ser multi-orgásmica”.

Isabel  Quiñones

comunicacion@adm.uned.es