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Madrid, 9 de marzo de 2018




África Cabanillas Casafranca recibe el XX Premio Elisa Pérez Vera


La UNED, a través del Centro de Estudios de Género, reconoce de esta forma los trabajos de investigación que traten sobre género y feminismo. El rector, Alejandro Tiana, y la propia Elisa Pérez Vera, presidieron el acto de entrega



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África Cabanillas, durante su intervención tras recibir el premio.
En la mesa, de izquierda a derecha, Esther Souto, Alejandro Tiana,
Elisa Pérez Vera y Teresa San Segundo



La UNED ha entregado su vigésimo galardón Elisa Pérez Vera, que lleva el nombre de la que fuera primera rectora de la UNED y de la universidad en España, y con el que se premian los mejores trabajos de investigación sobre género y feminismo. Alejandro Tiana Ferrer, rector de la universidad; Elisa Pérez Vera, magistrada del Tribunal Constitucional hasta 2012 y rectora honorífica de la UNED; Esther Souto Galván, vicerrectora de Investigación e Internacionalización, y Teresa San Segundo Manuel, directora del Centro de Estudios de Género y presidenta del Jurado, presidieron un acto celebrado en la víspera del Día Internacional de la Mujer en el que las investigadoras Belén Yuste y Araceli Muñoz pronunciaron la conferencia titulada Mujeres que merecieron el Nobel. San Segundo afirmó al inaugurar el acto que “el siglo XX fue el sigo de la igualdad formal y el XXI tiene que ser el siglo de la igualdad real”, concluyendo que “queremos que los Derechos Humanos sean también de las Humanas”.



San Segundo anunció que el próximo curso se pondrá en marcha el Máster en Estudios de Género de la UNED, una titulación multidisciplinar que, aunque estará inscrita en la Facultad de Derecho, contará con la participación de docentes de diversas facultades y estará coordinada en conjunto por la Facultad de Filología. El objetivo de esta nueva titulación será “dar acceso al Doctorado desde los Estudios de Género”.



A continuación hizo entrega del XX Premio Elisa Pérez Vera de Estudios de Género a María África Cabanillas Casafranca, por su trabajo titulado Liberación y opresión en las artes femeninas. Las Labores y la moda bajo la perspectiva del feminismo español (1875-1936). La presidenta del jurado quiso destacar precisamente la dimensión de éste, pues ha estado integrado por 31 profesores, “lo que supone aún más mérito para la premiada”. Ambas, Teresa San Segundo y África Cabanillas destacaron en sus intervenciones la originalidad del trabajo premiado, así como su rigor. El estudio trata de demostrar la existencia de una primera crítica de arte feminista en España, desarrollada aproximadamente entre 1875 y 1936, que aportó una nueva perspectiva al análisis y la interpretación de las llamadas artes femeninas: las labores de aguja y la moda. En este contexto destacaron cuatro autoras feministas, Emilia Pardo Bazán, Carmen de Burgos Colombine, María Martínez Sierra (nombre con el que María Lejárraga, casada con Gregorio Martínez Sierra, firmó unas pocas obras, pues como sostienen numerosas estudiosas, casi toda su producción fue publicada bajo el nombre de su marido) y Margarita Nelken, “críticas que se interesaron por el arte que quedaba habitualmente relegado al ámbito doméstico y que se consideraba reiterativo”, resaltó San Segundo. Por su parte, la premiada señaló que, gracias a su trabajo “se puede establecer la existencia de una crítica de arte femenina anterior a lo que se ha estudiado hasta la fecha”.


Teresa San Segundo y África Cabanillas

Teresa San Segundo (izquierda) y África Cabanillas (en primer plano a la derecha)




Mujeres que merecieron el Nobel


Belén Yuste, comisaria de la exposición Mujeres Nobel junto a Sonnia L. Rivas, fue la encargada de comenzar la conferencia que impartió al alimón con Araceli Muñoz y bajo el título de Mujeres que merecieron el Nobel. De esta forma, mientras Yuste se centró en las que sí obtuvieron el galardón –a excepción de Concha Espina, que estuvo nominada hasta en nueve ocasiones y que fue finalista en otras tres-, Muñoz dio a conocer a otras muchas mujeres que, pese a haberlo merecido, no vieron su trabajo reconocido, en la mayoría de los casos porque fueron sus compañeros o maridos varones los que se los adjudicaron.


Yuste mostró su satisfacción por la aceptación de la exposición, que se podrá visitar hasta el 20 de marzo en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid y en la que la UNED, a través de su Centro de Producción Audiovisual (CEMAV) ha colaborado activamente con la elaboración de diversas piezas documentales, incluida la que se proyecta en la muestra. “Ya se han superado las 150.000 visitas”, destacó Yuste, “y se han recibido propuestas de numerosos países, incluido Suecia donde, a pesar de ser los anfitriones y organizadores del premio, no existe hasta la fecha una exposición dedicada en exclusiva a las mujeres y su relación con él”. La acogida ha sido tal que hasta Estados Unidos, que no participa en proyectos culturales que no organicen ellos pero que cuenta con el mayor número de premiados Nobel, ha accedido a colaborar en la organización.


La conferenciante explicó a los asistentes que, desde que se instauraran los Premios Nobel en 1901, “tan sólo 48 mujeres lo han recibido, frente a los 900 varones galardonados”, exceptuando la categoría de Economía, que no ha sido incluida en la exposición por no existir desde los inicios de la convocatoria. En este sentido, Yuste recogió las palabras de Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel de Medicina en 1986 junto a Stanley Cohen, quien señaló que “es muy destacable que, estando la mujer tan relegada como ha estado hasta ahora, haya conseguido ya más de 40 premios Nobel”.





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La trayectoria e historia personal de cada una de estas mujeres se puede conocer en el audiovisual preparado por el CEMAV con motivo de la exposición madrileña:





"Efecto Matilda”

Yuste dio paso a Araceli Muñoz de la Peña, encargada de hablar de todas esas mujeres que, a pesar de sus logros, nunca obtuvieron el Premio Nobel, centrándose en el área de Astronomía. La ponente inició su intervención hablando del “efecto Matilda” por el que se “atribuyen méritos de mujeres a hombres” y cuya denominación hace referencia a Matilda Yoslyn, sufragista y abolicionista norteamericana del siglo XIX que lo describió en su ensayo La mujer como inventora.

Araceli Muñoz, licenciada en Ciencias Físicas y Matemáticas con formación académica en Astronomía y Astrofísica, así como licenciada en Filosofía por la UNED con Premio Extraordinario y Medalla al Mejor Expediente, comenzó su exposición con uno de los ejemplos más flagrantes de dicho efecto: el caso de Rosalind Franklin, cuyos descubrimientos y fotografías sobre la estructura en forma de doble hélice del ADN humano, “la estructura de la vida”, como ella misma describió, “le fueron robados por un compañero de su despacho en la universidad y entregados a los científicos Watson y Crick, quienes finalmente recibieron el Premio Nobel por ellos”, detalló Muñoz.

En su extenso relato sobre las mujeres que merecieron ganar el Premio Nobel a lo largo de la Historia destacó el caso de las denominadas “Calculadoras de Harvard” o “El harén de Pickering”, un investigador responsable del Observatorio de Harvard que contrataba a las mujeres “a bulto, sin identidad propia, y que empezaban a trabajar primero gratis y luego a 25 centavos la hora realizando cálculos de manera mecánica”. De ese grupo surgieron numerosas mujeres que “dedujeron cosas esenciales para la Astronomía” y entre las que figuraban la criada del propio Pickering, a la que adjudicó determinadas tareas tras enfrentarse a uno de sus subordinados afirmando que “hasta mi criada lo haría mejor” y que acabó descubriendo las enanas blancas.

Igualmente, la experta hizo referencia a Mileva Maric, primera mujer de Albert Einstein y a la que se atribuye el peso principal en el descubrimiento de la Teoría de la Relatividad. De ella su marido afirmaba que le “hacía las matemáticas” y en su caso fue ella misma la que, por su discreción y su deseo de no alcanzar ninguna notoriedad, decidió retirar su nombre de los estudios publicados, pues se refería a su matrimonio como “Eins-Stein” –“una roca” en alemán jugando con el apellido de él. De esta forma, aunque el primer trabajo sobre la Teoría de la Relatividad lo firmaron los dos, su nombre desapareció de ellos y el propio Albert Einstein “se ocupó de que siempre fuera así”.



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Reconocimiento en La Luna


A lo largo de su exposición, Araceli Muñoz fue detallando los distintos reconocimientos alcanzados por las mujeres científicas que no llegaron a ganar el Premio Nobel, la mayoría de las cuales tienen un cráter con su nombre en la Luna. Finalizada su conferencia, Elisa Pérez Vera tomó la palabra haciendo referencia a este hecho y afirmando que “cuando las mujeres no tenemos hueco en La Tierra nos dan un cráter en la Luna”. “Aun así”, continuó, “no hace falta irse tan lejos para ver la discriminación. En el Tribunal Constitucional del que yo formé parte, sólo ha habido 6 mujeres frente a los 80 hombres que lo han integrado a lo largo de su historia”.


La rectora honorífica de la UNED hizo especial hincapié en la jornada del día siguiente y en la actual situación de discriminación a la que todavía se enfrenta la mujer e hizo una reflexión acerca de los cambios de percepción de los trabajos y las profesiones en función de quién los ejerza mayoritariamente. Así, “en cuanto una profesión se feminiza pierde relevancia social o económica, al contrario que cuando un hombre entra en lo que se conoce como cosas de mujeres, en cuyo caso las dignifica, tal y como ha sucedido en el mundo de la moda, donde los grandes diseñadores son hombres y las que cosen son invisibles, o en el mundo de la cocina, donde los grandes chefs son hombres aunque reconozcan que lo han aprendido todo de sus madres”.


Por otro lado, la catedrática quiso poner en valor la existencia desde hace 20 años del premio que lleva su nombre, “que es muestra del compromiso de la UNED con la igualdad”.



Manifiesto universitario


El acto de entrega del XX Premio Elisa Pérez Vera concluyó con la intervención del rector de la UNED, Alejandro Tiana, quien comenzó sus palabras celebrando el nombramiento de una nueva rectora universitaria, en este caso en la Universidad de Valencia, que accede al cargo por primera vez en los más de 500 años de existencia de la institución.

El rector se sumó al compromiso expresado por Elisa Pérez Vera en pos de la igualdad y aprovechó la ocasión para leer el manifiesto redactado y consensuado por CRUE Universidades Españolas de la que Tiana es vicepresidente, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.



“En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Crue Universidades Españolas, la asociación que agrupa a 76 universidades públicas y privadas de nuestro país, desea hacer público su compromiso social con la necesidad de continuar trabajando por la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en la comunidad universitaria.

La promoción del respeto a los derechos humanos, así como la responsabilidad social y la defensa de los principios de igualdad y no discriminación por razón de sexo constituyen, entre otros, los principales valores del conjunto de las universidades españolas.

Por eso, deseamos manifestar nuestro pleno empeño en remover todos los obstáculos que todavía impiden alcanzar la igualdad de género real y efectiva en la universidad, en conseguir una representación equilibrada de mujeres y hombres en los diversos órganos de gobierno y en alcanzar una mayor visibilidad de las aportaciones de las mujeres a la Ciencia. También deseamos reafirmar nuestro compromiso con la erradicación de cualquier forma de violencia de género y la necesidad de seguir avanzando en la conciliación de la vida laboral y personal. Las universidades deben ser promotoras de la justicia social e integrar la perspectiva de género de modo transversal en todas las áreas de gestión, docencia e investigación.



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La contribución de las universidades a la consecución de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha sido fundamental, aunque todavía quede camino por recorrer. En este sentido, es oportuno reconocer la labor de las Unidades de Igualdad de Género de las universidades españolas, cuyo trabajo ha sido esencial para la incorporación de la perspectiva de género en el seno de la vida universitaria, a través del diseño de Planes de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres o bien de los protocolos de actuación frente al acoso sexual y sexista en el ámbito académico.

Hemos progresado de manera significativa, pero la igualdad efectiva todavía dista de ser una realidad. El desequilibrio de género se pone de manifiesto tanto en la carrera investigadora y académica (donde todavía sólo una de cada cinco cátedras es ocupada por mujeres), como en los órganos de gobierno de las universidades (con el escaso número de decanas, directoras de centro o de rectoras).

Por todo ello, creemos que es necesario renovar el compromiso activo de los gobiernos de las universidades para situar la igualdad de género como una prioridad estratégica. La calidad y la excelencia también deben ir de la mano de la igualdad de género. La Universidad es creadora y difusora de cultura y, al mismo tiempo, tiene que dar respuesta a las exigencias en el ámbito de la responsabilidad social. Ese es su deber: liderar la defensa de valores responsables socialmente y denunciar las desigualdades”.


CANAL.UNED: Vídeo del acto




COMUNICACIÓN UNED: Galería de imágenes


20º Premio Elisa Pérez Vera (07/03/18)


Itziar Romera

Fotografías: José Rodríguez

Edición web: Óliver Yuste e Itziar Romera

Comunicación UNED